Casada con mi mejor amigo
img img Casada con mi mejor amigo img Capítulo 3 Una propuesta inesperada
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Capítulo 6 Los primeros días de convivencia img
Capítulo 7 Un incidente trivial img
Capítulo 8 El peso de la duda img
Capítulo 9 Un cambio inesperado img
Capítulo 10 Más allá de la amistad img
Capítulo 11 Un consuelo inesperado img
Capítulo 12 La primera grieta img
Capítulo 13 Un abrazo inesperado img
Capítulo 14 La semilla de la duda img
Capítulo 15 El resplandor de la realidad img
Capítulo 16 La protección que duele img
Capítulo 17 La culpa del deseo img
Capítulo 18 Un respiro fuera de la ciudad img
Capítulo 19 El peso de las palabras no dichas img
Capítulo 20 El cambio en su mirada img
Capítulo 21 El regreso del pasado img
Capítulo 22 Confesiones y dudas img
Capítulo 23 Gabriela se encuentra con su ex img
Capítulo 24 El cambio inesperado img
Capítulo 25 La conversación sincera img
Capítulo 26 Una cena inesperada img
Capítulo 27 El malentendido img
Capítulo 28 Un día juntos img
Capítulo 29 Confusión en la comodidad img
Capítulo 30 Un acercamiento inesperado img
Capítulo 31 Reconociendo lo irrefutable img
Capítulo 32 Un momento de felicidad compartida con amigos img
Capítulo 33 Gabriela se enfrenta a sus sentimientos img
Capítulo 34 Un conflicto menor img
Capítulo 35 Gabriela confiesa que siente algo img
Capítulo 36 Mateo tiene un sueño extraño img
Capítulo 37 Gabriela siente celos img
Capítulo 38 Mateo se muestra distante img
Capítulo 39 Gabriela se enfrenta a la realidad img
Capítulo 40 Mateo le pregunta si está enamorada de él img
Capítulo 41 Gabriela confiesa sus sentimientos img
Capítulo 42 Mateo se siente confundido img
Capítulo 43 Gabriela intenta alejarse img
Capítulo 44 Gabriela enfrenta su miedo img
Capítulo 45 Un evento importante img
Capítulo 46 Gabriela se da cuenta de que necesita dejar de correr img
Capítulo 47 Un día de lluvia img
Capítulo 48 El primer beso entre ellos img
Capítulo 49 Ambos se sienten felices img
Capítulo 50 Una situación tensa con la familia de Gabriela img
Capítulo 51 Gabriela y Mateo toman un viaje img
Capítulo 52 Los dos se reconcilian img
Capítulo 53 Gabriela se siente insegura img
Capítulo 54 Un conflicto menor img
Capítulo 55 Un suceso desafortunado pone a prueba su confianza img
Capítulo 56 La relación está evolucionando img
Capítulo 57 Gabriela comienza a ver a Mateo como su compañero de vida img
Capítulo 58 Gabriela y Mateo tienen una conversación profunda img
Capítulo 59 Gabriela se enfrenta a la posibilidad de perder a Mateo img
Capítulo 60 Un incidente fuera de control img
Capítulo 61 Gabriela se enfrenta a su ex img
Capítulo 62 Mateo defiende a Gabriela img
Capítulo 63 Un malentendido img
Capítulo 64 Gabriela y Mateo se reconcilian img
Capítulo 65 Gabriela se siente amenazada img
Capítulo 66 Un día fuera de la rutina img
Capítulo 67 Gabriela toma una decisión importante img
Capítulo 68 Mateo toma una decisión importante img
Capítulo 69 La familia de Gabriela pone presión img
Capítulo 70 Ambos hacen frente a la realidad img
Capítulo 71 Gabriela se enfrenta a una oportunidad profesional img
Capítulo 72 Mateo muestra su apoyo a Gabriela img
Capítulo 73 Gabriela se siente abrumada por el futuro img
Capítulo 74 Un giro inesperado img
Capítulo 75 Gabriela hace una confesión importante img
Capítulo 76 Mateo revela lo que realmente siente por Gabriela img
Capítulo 77 La relación se prueba aún más img
Capítulo 78 Gabriela y Mateo reflexionan sobre el verdadero significado del amor img
Capítulo 79 Gabriela decide arriesgarse img
Capítulo 80 Mateo y Gabriela finalmente admiten que están listos img
Capítulo 81 Sin importar las consecuencias img
Capítulo 82 Mateo le ofrece una declaración sincera de amor img
Capítulo 83 Gabriela acepta su amor img
Capítulo 84 Un viaje juntos img
Capítulo 85 Gabriela se siente más segura img
Capítulo 86 Un obstáculo del pasado resurge img
Capítulo 87 La familia de Mateo img
Capítulo 88 Gabriela enfrenta un dilema importante img
Capítulo 89 Mateo y Gabriela enfrentan un desafío externo img
Capítulo 90 Gabriela acepta una nueva oportunidad img
Capítulo 91 Enfrentarlo juntos era lo que realmente importaba img
Capítulo 92 Un evento en la vida de Mateo img
Capítulo 93 Ambos enfrentan los desafíos de estar juntos img
Capítulo 94 Gabriela se enfrenta a sus propios miedos img
Capítulo 95 Un momento íntimo img
Capítulo 96 Mateo se enfrenta a una gran decisión img
Capítulo 97 abriela enfrenta sus propias inseguridades img
Capítulo 98 Mateo y Gabriela hablan sobre su futuro juntos img
Capítulo 99 El futuro de su relación se vuelve más claro y seguro img
Capítulo 100 Un gran gesto de Mateo hacia Gabriela img
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Capítulo 3 Una propuesta inesperada

La mañana siguiente, Gabriela despertó en el sofá de su apartamento. Había quedado allí durante la noche, sin darse cuenta de que el cansancio la había vencido mientras aún conversaba con Mateo. Él había insistido en que durmiera, que no estaba sola, que tenía tiempo para recuperarse, que no necesitaba tomar decisiones precipitadas. Y aunque, en el fondo, Gabriela sabía que era lo mejor, no podía evitar sentirse como si todo fuera parte de una pesadilla de la que no podía despertar.

El sol entraba por las cortinas medio cerradas, bañando la habitación con una luz tenue, como si el mundo exterior intentara ofrecerle algo de consuelo. Pero dentro de ella todo seguía oscuro. El recuerdo de Sergio la golpeaba una vez más, como una ola que la empujaba hacia atrás. Lo que había hecho, la forma en que la había dejado... No podía dejar de pensar en ello. El dolor seguía fresquito, pero también empezaba a quedar claro que Gabriela no podría seguir lamentándose por siempre. No podía detener su vida en ese punto. Algo tenía que cambiar.

A medida que se levantaba del sofá, mirando alrededor de su pequeño departamento vacío, sintió la necesidad de salir, de tomar un respiro. Decidió que lo primero que tenía que hacer era salir a caminar para despejarse. Necesitaba pensar, de alguna manera.

Cuando se estaba levantando, escuchó un suave golpe en la puerta. Era Mateo, como había prometido. Gabriela le había pedido que volviera por la mañana para acompañarla. No le sorprendió que él fuera puntual, como siempre. Mateo era el tipo de persona que cumplía lo que prometía.

-Buenos días -dijo él, con una leve sonrisa al verla abrir la puerta. Llevaba una mochila sobre el hombro, pero en su rostro se reflejaba más preocupación que alegría.

-¿Qué haces aquí tan temprano? -preguntó Gabriela, forzando una sonrisa para disimular la pesadez que sentía.

-Te dije que vendría. ¿No lo recuerdas? -respondió Mateo, sin perder la sonrisa, aunque en sus ojos había una inquietud palpable. Se notaba que había pasado la noche preocupado, pendiente de ella.

Gabriela se apartó de la puerta para que él entrara, pero no dijo nada. En su interior, aún sentía ese nudo de incomodidad. Era raro. Después de todo, Mateo era su mejor amigo. Pero algo había cambiado en ella en los últimos días, algo que no lograba entender. El dolor la mantenía atrapada, pero también había algo más, algo indefinido, que la hacía sentir vulnerable y a la vez extraña.

-¿Te sientes mejor? -preguntó Mateo, mirando a su alrededor, como si estuviera buscando alguna señal de que Gabriela ya no se sentía tan perdida.

Gabriela no estaba segura de si se sentía mejor, pero al menos ahora podía hablar sin que las palabras se atascaran en su garganta.

-Sí... un poco. Gracias por estar aquí, Mateo. -Lo miró con gratitud, pero también con una sensación de duda. Había algo en su mirada que la hacía sentirse como si estuviera por dar un paso hacia un lugar que no reconocía.

Mateo asintió, pero el silencio entre ellos se hizo denso. Ambos sabían que, aunque ella había empezado a respirar un poco más tranquilo, el dolor seguía ahí, como un peso constante. La tensión no desaparecía.

De repente, sin previo aviso, Mateo rompió el silencio.

-Gabriela, quiero proponerte algo. Algo que tal vez te parezca loco, pero sé que es lo que más te beneficiaría ahora. -Su tono había cambiado, se había vuelto más serio, como si estuviera tratando de reunir valor para decir lo que estaba pensando.

Gabriela frunció el ceño, sin comprender del todo lo que Mateo estaba diciendo.

-¿Qué quieres decir? -preguntó, en voz baja, aún no sabiendo qué pensar de esa repentina seriedad en él.

Mateo dio un paso hacia ella, su mirada fija en la suya, sin parpadear. En sus ojos había una mezcla de sinceridad y decisión. Sabía que lo que estaba a punto de decir podría cambiarlo todo, pero también sabía que no había vuelta atrás.

-Sé que estás pasando por un momento difícil. Lo que Sergio hizo fue cruel y doloroso. Pero sé que no quieres quedarte atrapada en el dolor, no por mucho tiempo. Y no quiero que te sientas sola, Gabriela. No te lo mereces. Así que... quiero ofrecerte una solución. Algo que podría ayudarte a sanar.

Gabriela lo miró en silencio, sin saber qué responder. Su mente seguía un ritmo agitado, atrapada entre la incredulidad y el deseo de escuchar lo que Mateo tenía que decir.

-No sé si esto será lo que necesitas, pero... te propongo que nos casemos. -La palabra "casarnos" flotó en el aire como una bomba silenciosa. Gabriela parpadeó varias veces, como si no pudiera comprender lo que acababa de escuchar.

-¿Qué? -dijo, atónita. No podía creer que estuviera escuchando bien. -¿Casarnos? ¿Pero qué estás diciendo?

Mateo no se dejó intimidar por su sorpresa. Sabía que lo que proponía sonaba completamente loco, pero estaba convencido de que, para Gabriela, sería una salida.

-Sí, casarnos. Pero no como lo haría cualquier otra pareja. No por amor ni por compromiso emocional. Sino por conveniencia. Un matrimonio para ayudarte a dejar atrás lo que has perdido. Un matrimonio que te dé estabilidad mientras sanas. Algo que te permita empezar de nuevo sin tener que enfrentar todo ese dolor a solas.

Gabriela lo miró, incapaz de procesar completamente lo que acababa de escuchar. La propuesta era tan extraña, tan ajena a todo lo que había imaginado, que su mente se rebelaba contra la idea. ¿Casarse? ¿Con Mateo? No podía ser posible.

-¿Estás... loco? -dijo, entre risas nerviosas, pero en su tono había una mezcla de incredulidad y fascinación.

Mateo suspiró, como si supiera que su propuesta sonaría como una locura, pero que, en el fondo, podría ser lo que Gabriela necesitaba.

-Lo sé, suena raro. Pero piensa en ello, por favor. Sé que no tienes fuerzas para salir y empezar de cero ahora mismo. Sé lo que sientes. Y si te casas conmigo, no tendrías que enfrentarlo sola. Podríamos vivir juntos, pero no de la forma convencional. Viviríamos como una pareja, pero sin la carga emocional. Solo estaríamos ahí para ayudarnos mutuamente. Yo te daría el espacio para sanar sin que tengas que seguir aferrándote al pasado.

Gabriela se quedó en silencio, procesando sus palabras. Lo miró detenidamente, como si intentara encontrar una respuesta clara en sus ojos. La idea, aunque absurda a primera vista, parecía ofrecerle un tipo de refugio. Mateo era su mejor amigo, el único que conocía cada rincón de su alma. Y aunque el concepto de un matrimonio sin amor le parecía completamente extraño, algo dentro de ella comenzó a sentir que, tal vez, podría ser lo que necesitaba.

-No sé qué pensar... -murmuró, recorriendo la habitación con la mirada, como si estuviera buscando alguna señal en el aire.

-No tienes que decidir ahora mismo -dijo Mateo, con un tono tranquilo-. Solo quiero que lo pienses. Si alguna vez hay un momento para hacer algo como esto, es ahora. Sé que lo que has perdido es mucho. Y sé que necesitarás tiempo para sanar. Si me aceptas, puedo estar a tu lado, sin presiones. Y te prometo que te daré el espacio que necesites.

Gabriela siguió mirándolo, luchando entre lo que sentía y lo que sabía que era la realidad. Casarse con Mateo. ¿Podría ser tan sencillo? O, más bien, ¿podría funcionar? Sabía que no era una solución normal, ni tradicional, pero algo en su interior le decía que esta locura de matrimonio de conveniencia podría ser, de alguna manera, la forma de seguir adelante. No como una solución definitiva, sino como un refugio temporal.

-No lo sé, Mateo... -repitió, pero en su voz había un leve tono de curiosidad, algo que indicaba que la idea comenzaba a calar en ella.

Mateo sonrió, un poco aliviado de ver que Gabriela no había rechazado la propuesta de inmediato. Sabía que había dado un paso arriesgado, pero al menos, ahora, ella estaba considerando la idea.

-Piénsalo. No tienes que decidir ahora. Solo quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, de la forma que necesites.

Gabriela asintió lentamente, perdida en sus propios pensamientos. La idea de casarse con Mateo, aunque completamente insólita, comenzaba a parecerle... menos absurda.

            
            

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