Capítulo 5 ¿Puedes ponerte de pie

-¿No te lo dejé claro? Estoy casada. Lo nuestro se acabó. Él es mi esposo -dijo Elyse mientras se pegaba al lado de Jayden, aferrándose a su brazo.

Theo miró a Jayden, sin reconocerlo para nada. Con una mueca de desprecio, soltó: -¿Para desquitarte conmigo te casaste con un lisiado? -Luego extendió la mano, ordenando con un tono prepotente-: ¡Elyse, ven acá! Te lo voy a compensar cuando regresemos.

Pero Elyse lo miró como si fuera un desconocido.

-¿Me oíste? ¡Ven acá! -Theo comenzó a perder la paciencia.

Elyse pensó en cómo habría reaccionado antes; sin duda, habría corrido a su lado.

Lo había amado con todo su ser durante tres años, y esos sentimientos fueron genuinos. Pero la profundidad de ese amor solo hacía que la traición doliera más.

Recordó cómo en su primer cumpleaños juntos había querido celebrarlo junto al mar. Para darle gusto, Theo compró una cámara, prometiéndole que le tomaría fotos increíbles. Justo cuando iban a subirse al avión hacia la playa, Kaelyn se lastimó en un set de filmación y le llamó. Sin pensarlo, Theo la dejó plantada en el aeropuerto. Fue el cumpleaños más decepcionante de su vida.

También le había jurado que iría a su debut con la orquesta, pero nunca apareció. Ella se quedó esperándolo toda la noche en el auditorio, solo para enterarse al día siguiente de que él había preferido quedarse con Kaelyn porque ella se había emborrachado en una cena para conseguir un papel. Estaba preocupado por ella, pero nunca se preocupó por Elyse.

Durante tres años, Theo fue el protector de Kaelyn, pero nunca le ofreció a Elyse esa misma seguridad.

Toda esa acumulación de decepciones explotó el día de la boda. Elyse entendió que merecía algo mejor, merecía amor y respeto, no ser tratada como una opción más.

-Ahora soy la esposa de Jayden. Le debo lealtad a él -declaró Elyse con una frialdad que cortaba.

-¡Elyse Lloyd! -rugió Theo, furioso. Pensó que Elyse solo estaba siendo rencorosa y que se inventaba todo por lo que había pasado ese día.

Cuando intentó agarrarla de la mano, Jayden se interpuso, bloqueándolo con rapidez.

Theo forcejeó para soltarse, pero no pudo. ¿No podía con un hombre discapacitado? La idea lo sacó de quicio.

-¡Suéltame! -gritó Theo.

-Ella no quiere irse contigo, ¿qué no entiendes? -presionó Jayden, con calma, pero con una fuerza que hizo que el rostro de Theo se contrajera de dolor.

Jayden no lo soltó hasta que Theo emitió un quejido, y solo entonces lo liberó.

-Recuerda este día, Elyse. ¡Te vas a arrepentir! -Con un toque de vergüenza, Theo fulminó a Elyse con la mirada antes de irse, después de lanzar su amenaza.

Mientras lo veía alejarse, Elyse sintió una sonrisa amarga dentro de ella. Sabía que a Theo no se le olvidaría fácilmente la humillación, pero para ellos ya no había vuelta atrás.

-Vámonos a casa, Elyse.

-Sí.

Después de ayudar a Jayden a subir al auto, ambos se quedaron en silencio, mirando por la ventana y evitando a toda costa mencionar a Theo.

-¿Cómo supiste que estaba aquí afuera? -preguntó Elyse, la curiosidad picándole.

Sin voltear a verla, Jayden respondió: -Driscoll mencionó que no era seguro que estuvieras sola a estas horas, así que vine a recogerte.

La verdad era que él había sospechado que ella tramaba algo, pero resultó que solo se estaba viendo con su ex. Esa revelación lo dejó un poco decepcionado.

-Ya que te casaste conmigo, deberías cortar lazos con tu ex. Mi familia es muy estricta, y no podré cubrirte si se enteran de que sigues viendo a otro hombre.

-No lo volveré a ver. Solo me vi con él para devolverle un anillo -respondió Elyse, asintiendo.

Jayden no dijo nada más. Mientras Elyse respetara sus límites, era libre de tomar sus propias decisiones.

Cuando llegaron a casa, Elyse notó que Jayden se dirigía directo al estudio, como siempre. Curiosa, le preguntó a Driscoll: -¿Por qué siempre está en el estudio?

-El estudio no solo es su lugar de trabajo, también se ha convertido en su refugio personal -explicó Driscoll.

-¿Y por qué no vuelve a su cuarto?

-A veces lo hace, pero casi nunca sabemos cuándo. Prefiere que no estemos tan encima de él.

Con eso, Driscoll se fue. Después de refrescarse en su habitación, Elyse se preparaba para dormir, pero no dejaba de pensar en lo que había sucedido con Jayden ese día. Se dio cuenta de que, a pesar de lo reservado que era, de verdad se preocupaba por su seguridad.

Sintiendo gratitud y queriendo agradecérselo, salió de su cuarto y caminó hacia el estudio. Al acercarse, notó que la puerta estaba entreabierta, y un hilo de luz se escapaba hacia el pasillo.

Elyse empujó la puerta y, para su sorpresa, vio a Jayden de pie. Se quedó sin aliento y preguntó: -Jayden, ¿puedes ponerte de pie?