Casarme con un CEO en coma
img img Casarme con un CEO en coma img Capítulo 6 El collar fue subastado
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Capítulo 8 Acuerdo de Regalo img
Capítulo 9 Cachetada img
Capítulo 10 Se hacía ilusiones img
Capítulo 11 A buscar trabajo img
Capítulo 12 - La Entrevista img
Capítulo 13 Sin Chamba img
Capítulo 14 Un trabajo en el Grupo Anderson img
Capítulo 15 La Apuesta img
Capítulo 16 Una apuesta img
Capítulo 17 A Hacer el Trabajo Sucio img
Capítulo 18 Chismes img
Capítulo 19 Seducción img
Capítulo 20 Marido Calenturiento img
Capítulo 21 Barrera Lingüística img
Capítulo 22 Un Gran Malentendido img
Capítulo 23 Ayuda de Último Momento img
Capítulo 24 La Jugada de Donna img
Capítulo 25 La Estrella Caída img
Capítulo 26 La Verdadera Historia img
Capítulo 27 Un Beso Torpe img
Capítulo 28 Un Accidente de Auto img
Capítulo 29 El Bondadoso Theodore img
Capítulo 30 Una Chica Extraña img
Capítulo 31 Niña Desaparecida img
Capítulo 32 Dormir Juntos img
Capítulo 33 Quedándose a Dormir img
Capítulo 34 Admisión img
Capítulo 35 Modelo Estelar img
Capítulo 36 Un Buen Espectáculo img
Capítulo 37 Acoso img
Capítulo 38 Pánico en el Baño de Damas img
Capítulo 39 Encuentro img
Capítulo 40 Video de Vigilancia img
Capítulo 41 Arañazos en su mano izquierda img
Capítulo 42 Enganchada img
Capítulo 43 Seducción img
Capítulo 44 La Droga img
Capítulo 45 Pervertido img
Capítulo 46 Deseo Saciado img
Capítulo 47 La Opinión Pública Dividida img
Capítulo 48 Él Estaba Raro img
Capítulo 49 - Pidiendo Tregua img
Capítulo 50 Una Jugada Maestra img
Capítulo 51 Regalo Sangriento img
Capítulo 52 Venganza con Saña img
Capítulo 53 Día de San Valentín img
Capítulo 54 Una Pareja de Descarados img
Capítulo 55 Despedido del Grupo Anderson img
Capítulo 56 Arrepentimiento img
Capítulo 57 Beso Forzado img
Capítulo 58 - Asaltado en la Peda img
Capítulo 59 Muévete Tú Sola img
Capítulo 60 Nuevo Obstáculo img
Capítulo 61 Ladrón de Contratos img
Capítulo 62 Sugar Baby Abandonado img
Capítulo 63 - El Famoso Don Nadie img
Capítulo 64 Firmar el Contrato img
Capítulo 65 Ayuda Disfrazada img
Capítulo 66 Inseminación Fallida img
Capítulo 67 Buscando Pleito img
Capítulo 68 Fotos Comprometedoras img
Capítulo 69 Ácido Sulfúrico img
Capítulo 70 Susto a Medianoche img
Capítulo 71 Falsa Alarma img
Capítulo 72 Una Razón Tangible img
Capítulo 73 Embarazo img
Capítulo 74 Humíllalos con Dinero img
Capítulo 75 Prueba Contundente img
Capítulo 76 El Misterioso Sr. H img
Capítulo 77 La Cita img
Capítulo 78 Toda Arreglada img
Capítulo 79 Un Capricho por una Mujer Casada img
Capítulo 80 Petición Atrevida img
Capítulo 81 Taser img
Capítulo 82 Miedo en la Oscuridad img
Capítulo 83 Beso Forzado img
Capítulo 84 : ¡Qué Cobarde! img
Capítulo 85 Un Rumor sin Fundamento img
Capítulo 86 Caída en desgracia img
Capítulo 87 Debut img
Capítulo 88 A Cappella img
Capítulo 89 La Ganadora img
Capítulo 90 Lo bloqueó img
Capítulo 91 Esposos de Papel img
Capítulo 92 Batalla Online img
Capítulo 93 Tendencia img
Capítulo 94 Se Pasaron de la Raya img
Capítulo 95 Nadie la ayuda img
Capítulo 96 Esperando La Llamada img
Capítulo 97 La gota que derramó el vaso img
Capítulo 98 Un artículo de un fan de Sarah img
Capítulo 99 Josh Fue Arrestado img
Capítulo 100 Aziel y Sarah img
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Capítulo 6 El collar fue subastado

Ariana leyó la noticia con el corazón en un puño y los ojos se le llenaron de lágrimas al ver la foto del collar de su madre.

Estaba segura de que su madrastra, Glenda, era la responsable de que el collar estuviera en esa subasta.

El objeto era parte de un juego completo de joyas, cada pieza exquisita y sin precio. En particular, estaba adornado con un rubí rarísimo, lo que lo hacía todavía más valioso.

Ariana no pudo evitar recordar la última vez que vio a su madre.

Su mamá le había tomado la mano y le susurró que quería que se casara usando ese juego de joyas en el futuro. El recuerdo la dejó todavía más destrozada.

La sola idea de que Glenda estuviera vendiendo las preciadas pertenencias de su madre la llenó de coraje.

Ariana sabía que no había forma de que pudiera comprar ese collar, pero tomó la firme decisión de recuperar el resto de las cosas de su madre.

Sabía que no podía esperar más, pues temía que su madrastra vendiera lo que quedaba.

Incapaz de quedarse quieta, decidió ir a la casa de la familia Edwards de inmediato.

Con la prisa por irse, hizo un alboroto en el pasillo, sin darse cuenta de que la puerta de otra habitación se abría lentamente.

* * *

A finales de noviembre, el día amaneció oscuro y con neblina; el cielo teñía el mundo de un tono gris. Llovía a cántaros, convirtiendo el pavimento en un río. A pesar del clima, Ariana marchó con determinación hacia la casa de los Edwards.

Golpeó la puerta con furia. Esta se abrió con un rechinido, revelando a Glenda, que estaba de pie con una mueca de desprecio y la barbilla levantada con arrogancia. Ariana estaba empapada por la lluvia, con el pelo pegado a la cabeza y la ropa adherida a la piel.

Su madrastra se burló: "¿Qué se te ofrece, Ariana? Estoy en medio de la planeación de la boda de Brielle".

Su hija salió de la habitación, con una sonrisa empalagosa en la cara.

Ah, es Ariana, dijo con una dulzura fingida. "Jasper y yo nos vamos a casar pronto. No te molesta, ¿o sí? Digo, ahora que estás casada con Theodore".

Soltó sus palabras con el mayor orgullo, un rasgo que arrastraba desde la infancia.

Era típico de Brielle arrebatarle las cosas a su hermanastra y luego presumirlas para hacerla sentir menos. Hoy no era la excepción.

Antes, Ariana se habría puesto furiosa, pero ahora solo pensaba que Brielle era una estúpida y una egoísta.

Jasper no era más que una basura para ella, pero Brielle seguía presumiendo a su novio. ¡Qué ridícula!

Como Ariana no respondía, Brielle la provocó a propósito: "Por cierto, ¿dónde está mi cuñado? ¿A poco no ha despertado? ¿Por qué no está aquí contigo?".

Esas palabras burlonas resonaron en el aire, y su cara estaba llena de arrogancia.

Glenda intervino con sorna: "Te refieres al señor Theodore Anderson. ¿Cómo podría enamorarse de ella? Se casaron cuando él estaba inconsciente. Ahora que despertó, seguro se van a divorciar".

La cara de Ariana se contrajo con asco; ya estaba harta de los comentarios crueles de su madrastra. "Todavía no me he divorciado; no necesito que te preocupes por mí. Solo devuélveme las cosas de mi madre. En cuanto me las des, me largo".

Los ojos de Glenda se movieron de un lado a otro, mientras se hacía la tonta. "¿De qué hablas? ¿No te las llevaste contigo?".

No te hagas la tonta conmigo, gruñó Ariana, perdiendo la paciencia con su teatrito. "Vi el collar de mi madre en las noticias de la subasta. Tú lo vendiste, ¿verdad? Puedo olvidarme de ese collar, pero tienes que entregarme el resto".

Estaba cansada de los jueguitos de Glenda. Se dirigió directamente a la habitación de esta, decidida a encontrar las cosas por sí misma.

Sin embargo, su madrastra no se iba a rendir tan fácil. Se abalanzó sobre ella y la fulminó con la mirada, su voz cargada de veneno. "Tu padre tenía deudas antes de morir. Vendí eso para pagarlas. Ya que te casaste con los Anderson, ¿no deberías ayudar a la familia Edwards con las deudas?".

La mirada afilada de Ariana captó al instante la ropa extravagante de Glenda, lo que la hizo bufar ante sus ridículas excusas sobre las supuestas deudas de su padre. Era obvio que solo usaba a él como pretexto para justificar sus engaños. ¿Cómo podían seguir viviendo en la casa de los Edwards si de verdad estuvieran tan endeudados?

Se negó a darle la satisfacción de seguir con más pleitos tontos. Lo único que quería era recuperar las pertenencias de su madre y largarse de ese ambiente tóxico. Sin más, la empujó a un lado y se dirigió hacia la escalera.

Glenda la agarró con más fuerza mientras confesaba sin pelos en la lengua: "Vendí todo lo de tu madre. Puedes buscar todo lo que quieras, pero no vas a encontrar nada".

Ariana no podía creer lo que oía, asqueada por su descaro.

¿Vendiste todo?, se burló mientras sus ojos se clavaban en los aretes que adornaban las orejas de Glenda. "¡Hasta esos aretes te los robaste de la colección de mi madre!".

Las manos de su interlocutora cubrieron instintivamente sus orejas antes de soltar un grito iracundo. "¿Y qué? Después de criarte por tantos años, me los merezco. ¡Tengo derecho a ellos! ¡La única forma de que los recuperes es que tu madre resucite y te los pida!".

¡No te atrevas a volver a mencionar a mi madre!, siseó Ariana, sintiendo la rabia hervir dentro de ella. Sin pensar, le arrancó el arete de la oreja derecha.

Un grito desgarrador de dolor atravesó el aire mientras la sangre brotaba de la herida. Glenda se agarró la oreja, mirando a Ariana con incredulidad. "¡Cómo te atreves!", exclamó, con los ojos inyectados de furia.

Justo cuando Brielle se lanzaba hacia Ariana con la intención de abofetearla, la segunda esquivó el ataque con agilidad, pero Glenda la atrapó por el otro lado.

Brielle aprovechó el momento para empujar a su hermanastra al suelo, agarrándola del pelo.

Con una voz furiosa, gritó: "¡Ariana, maldita zorra!". Levantó la mano para golpearla, pero fue interrumpida por una voz grave y fría que retumbó en toda la habitación.

¡Oigan! ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué le están haciendo a mi esposa?.

            
            

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