La herencia de la Reina
img img La herencia de la Reina img Capítulo 5 El primer conflicto
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Capítulo 6 El pasado olvidado img
Capítulo 7 La invitación a la gala img
Capítulo 8 Un encuentro incómodo img
Capítulo 9 Conflictos familiares img
Capítulo 10 Revelación impactante img
Capítulo 11 La promesa de Alejandro img
Capítulo 12 El aliado inesperado img
Capítulo 13 El dilema del corazón img
Capítulo 14 Encuentro con el pasado img
Capítulo 15 La estrategia empresarial img
Capítulo 16 El primer beso img
Capítulo 17 La intriga de los Valenzuela img
Capítulo 18 Tensión creciente img
Capítulo 19 La traición interna img
Capítulo 20 Conflictos familiares img
Capítulo 21 Los primeros pasos de liderazgo img
Capítulo 22 El enfrentamiento con el patriarca img
Capítulo 23 Descubrimientos oscuros img
Capítulo 24 Alejandro y el dilema moral img
Capítulo 25 La amenaza externa img
Capítulo 26 El misterio de la herencia img
Capítulo 27 El amor prohibido img
Capítulo 28 La oferta tentadora img
Capítulo 29 El regreso de un viejo enemigo img
Capítulo 30 Descubriendo la verdad img
Capítulo 31 La guerra interna img
Capítulo 32 El regreso de un amor antiguo img
Capítulo 33 La amenaza financiera img
Capítulo 34 Los secretos del pasado img
Capítulo 35 El acercamiento de Alejandro img
Capítulo 36 La traición de un aliado img
Capítulo 37 El precio del poder img
Capítulo 38 La revelación final img
Capítulo 39 El triángulo amoroso img
Capítulo 40 El golpe final img
Capítulo 41 El sacrificio personal img
Capítulo 42 El regreso triunfal img
Capítulo 43 La revelación de Alejandro img
Capítulo 44 La lucha interna img
Capítulo 45 El ultimátum img
Capítulo 46 La revelación final de la madre img
Capítulo 47 La guerra abierta img
Capítulo 48 La decisión final de Valeria img
Capítulo 49 El sacrificio de Alejandro img
Capítulo 50 La victoria img
Capítulo 51 La reconstrucción img
Capítulo 52 El amor triunfa img
Capítulo 53 La consolidación del poder img
Capítulo 54 A enfrentar todo img
Capítulo 55 La revelación de una nueva amenaza img
Capítulo 56 La lealtad final img
Capítulo 57 La verdad sobre los Valenzuela img
Capítulo 58 La boda de Valeria y Alejandro img
Capítulo 59 El legado eterno img
Capítulo 60 El final img
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Capítulo 5 El primer conflicto

El sol apenas asomaba por el horizonte, pero la mansión Renier ya estaba llena de actividad. Valeria se había despertado temprano, incapaz de dormir por la incertidumbre que la rodeaba. La noche anterior había sido un cúmulo de preguntas sin respuestas, pero, al menos, había decidido algo: no iba a dejar que la situación la desbordara. Estaba en medio de un juego mucho más grande que ella, pero pensaba luchar por lo que le correspondía, aunque fuera lo último que hiciera.

Después de un rápido desayuno, fue acompañada por Alejandro hacia una de las salas de conferencias, donde, según le dijo, se llevaría a cabo la reunión con los otros herederos. A medida que caminaba por los pasillos, Valeria no pudo evitar sentir que estaba cruzando una línea invisible que la separaba de un mundo con el que no tenía nada que ver. La tensión en el aire era palpable, y no podía dejar de preguntarse si todo esto realmente la involucraba, o si solo era una pieza más en un tablero de ajedrez.

-¿Estás lista para la reunión? -preguntó Alejandro, manteniendo la mirada al frente mientras avanzaba. Su voz era tranquila, pero Valeria pudo notar una ligera tensión en su tono.

-Creo que no tengo más opción que estarlo -respondió Valeria, sin mucha convicción. Se sentía pequeña ante todo lo que estaba por suceder.

Al llegar a la sala de conferencias, Alejandro abrió la puerta y la invitó a pasar. Dentro, ya estaban los otros herederos, sentados alrededor de una mesa rectangular de madera, observando a Valeria con expresiones que variaban entre la curiosidad y la desconfianza. Los tres hombres y una mujer se levantaron al verla entrar, y Valeria sintió que todos los ojos se clavaban en ella, como si fuera una extraña que acababa de irrumpir en un mundo que no le pertenecía.

-Valeria, ellos son los otros herederos -dijo Alejandro, señalando con la mano hacia los cuatro presentes. -Les presento a Esteban, Carlos, Raúl y Mónica. Como verás, todos tienen una parte de la cadena de hoteles. Cada uno tiene una responsabilidad diferente en la compañía.

Valeria asintió, sin saber exactamente qué hacer. Esteban era un hombre alto, de unos 45 años, con una mirada severa y el cabello entrecano. Carlos, en cambio, parecía más joven, alrededor de 30, y su rostro mostraba una mezcla de arrogancia y desdén. Raúl, un hombre de mediana edad con barba recortada, observaba en silencio, mientras Mónica, la mujer en la sala, tenía una postura recta y elegante, pero sus ojos delataban cierto resentimiento.

-Encantada de conocerlos -dijo Valeria, forzando una sonrisa que nadie devolvió. La tensión era inmediata.

Esteban fue el primero en hablar, su voz grave y segura.

-Así que finalmente has llegado, Valeria -dijo, observándola con frialdad. -La gran heredera que nadie esperaba. Qué conveniente.

Valeria se tensó, pero no permitió que su incomodidad fuera evidente. Alejandro, al notar la dirección que tomaba la conversación, intervino rápidamente.

-Esteban, por favor, no vamos a empezar con esto -dijo, alzando la mano para calmar la situación. -Valeria tiene todo el derecho a estar aquí. Lo que necesitamos ahora es sentarnos y discutir cómo vamos a proceder.

-¿Proceder con qué? -interrumpió Mónica, con tono desafiante. -Lo que realmente debemos discutir es por qué ella está aquí. Nadie la invitó. Nadie la esperaba. Este negocio no es un juego de familia para ella. Esto es trabajo.

Valeria sintió cómo la sangre se le subía a la cabeza. No pensaba permitir que la menospreciaran. No lo haría, no después de todo lo que había pasado. Alejandro, aunque parecía preocupado por el tono que tomaba la reunión, se mantuvo en silencio, dejándola a ella responder.

-No estoy aquí para jugar a nada -dijo Valeria, firme. -Mi madre me dejó la mitad de este negocio, y por eso estoy aquí. Quizás algunos de ustedes no lo entiendan, pero yo tengo derechos. Así que no me subestimen.

La sala cayó en un silencio pesado. Esteban y Carlos intercambiaron miradas cargadas de desdén, mientras que Raúl seguía observando en silencio, como si estuviera analizando cada palabra que Valeria decía. Mónica no dejaba de mirarla, y Valeria pudo ver que la desconfianza en sus ojos solo aumentaba.

-Tienes razón en que tienes derechos, Valeria -dijo Esteban, pero su tono no era amistoso. -Pero eso no te da derecho a caminar por aquí como si todo fuera tuyo. La familia Renier tiene reglas, y tú no eres parte de ellas. ¿O acaso te crees que tu madre, después de todo lo que hizo, tenía alguna intención de que heredaras algo? Nadie aquí cree que mereces esto.

Valeria apretó los dientes, sintiendo cómo el veneno en sus palabras la afectaba más de lo que le gustaría admitir. Su madre había hecho cosas terribles, había abandonado a Valeria sin explicación, pero eso no significaba que su derecho a esa herencia fuera menos legítimo.

-Mi madre hizo lo que hizo por sus propios motivos -dijo con voz tensa. -Pero eso no cambia lo que está en el testamento. Yo estoy aquí porque me corresponde.

Carlos se rió sin ganas, un sonido vacío que resonó en la sala.

-Lo que pasa, Valeria, es que todos sabemos que no tienes idea de lo que estás haciendo. Esto no es un negocio para principiantes. Aquí no venimos a jugar a las herencias. Si no estás preparada, no deberías estar aquí. Ya tenemos suficiente con Alejandro.

Las palabras de Carlos fueron como un golpe en el estómago. Valeria miró a Alejandro, que permanecía en silencio, observando la situación con atención. ¿Qué quería decir con eso de "ya tenemos suficiente con Alejandro"? Valeria no podía dejar de preguntarse si la familia esperaba que ella fuera solo una figura decorativa, un simple legado para la compañía, mientras que ellos tomaban todas las decisiones.

Fue entonces cuando Raúl, hasta ese momento callado, habló con voz grave:

-La familia no está lista para aceptar a alguien como tú, Valeria. Puede que tengas sangre Renier, pero eso no basta para pertenecer a este círculo. Hay reglas, y te lo estoy diciendo para que no te hagas ilusiones. Si crees que ser heredera te da el derecho de venir aquí a hacer lo que quieras, estás muy equivocada.

La tensión en el aire era insoportable. Valeria podía sentir cómo sus palabras se clavaban como cuchillos, pero no iba a ceder. No iba a permitir que la intimidaran. No ahora.

-Gracias por la advertencia, Raúl -dijo, controlando la rabia que sentía. -Pero yo no soy una niña, y no vine aquí a que me digan lo que tengo o no tengo derecho a hacer. Estoy aquí para quedarme.

Alejandro se levantó lentamente, su presencia aliviando, en cierto modo, la carga de tensión que había impregnado la sala.

-Basta. -Su voz cortó el aire como una cuchilla afilada. -Valeria está aquí porque le corresponde. Nadie va a discutir eso. Pero necesitamos un enfoque constructivo para avanzar, no un conflicto constante.

Los demás se miraron entre sí, pero, al final, el ambiente se calmó, aunque no desapareció por completo. Valeria sabía que esa confrontación solo era el principio. La batalla por el control de la herencia iba a ser más complicada de lo que pensaba.

                         

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