Capítulo 4

El sonido de cristales rotos resonó por todo el salón de baile.

Alina ni siquiera pudo gritar antes de desplomarse pesadamente en el suelo como una muñeca de trapo.

Lucas se apresuró y alzó la chica en brazos, que estaba inconsciente y tenía la frente ensangrentada.

El traje caro que él llevaba puesto se manchó con la sangre.

"¡Eve! ¿Has perdido completamente la cabeza?". Lucas rugió con una ira y desprecio que nunca había mostrado.

Eve lo miró y declaró: "Sí, he perdido la cabeza, y es por tu culpa y la de Alina".

Lucas la ignoró y salió con la chica inconsciente en brazos.

Al pasar junto a Eve, le dio un empujón violento. "¡Quítate del camino!".

Esta última, desprevenida, tropezó hacia atrás y cayó pesadamente de espaldas sobre los cristales rotos en el suelo. Algunos pedazos afilados perforaron instantáneamente su piel. "¡Ah!".

Se encogió de dolor mientras la sangre corría por sus brazos y espalda. Su vestido blanco se tiñó de rojo.

Ella y Lucas habían salido juntos durante cinco años, y nunca la había tratado con tanta dureza.

Anteriormente, incluso si tenía un pequeño rasguño, él se preocupaba por ella. Pero en ese momento se mostró completamente indiferente mientras ella sangraba profusamente.

Las personas alrededor de Eve se quedaron pasmadas, pero nadie se atrevió a intervenir.

Lucas no le dedicó a Eve ni una mirada mientras salía apresuradamente del salón de baile con Alina en sus brazos.

La primera se mordió el labio e intentó levantarse, pero casi se desplomó por el dolor.

Justo entonces, dos fuertes brazos la sostuvieron.

"Eve". Una voz profunda y familiar sonó sobre su cabeza.

Ella levantó la vista para encontrarse con unos ojos profundos y calmados.

Era su prometido, Samuel.

Él se quitó el saco y se lo puso sobre los hombros, cubriéndola. Luego la levantó en sus brazos y dijo:

"Vámonos". Su voz era suave pero firme.

Eve se apoyó en él y se quedó aturdida por un momento.

Siempre se había resistido a casarse con él, pero era el único que le hacía sentir segura.

Samuel la condujo entre la multitud, dejando atrás el lugar de su traición y dolor bajo las miradas sorprendidas y temerosas de los demás.

Después de que el hombre llevó a Eve al hospital, recibió una llamada de su padre, quien le dijo que volviera de inmediato.

Él organizó cuidadosamente la internación de la chica en el hospital antes de irse apresuradamente.

Una vez que se fue, Lucas irrumpió inesperadamente en la habitación del hospital de Eve con furia.

Esta frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir una palabra, la policía que estaba detrás de Lucas entró en la habitación y la esposó abruptamente sin explicación alguna.