Diez años como pupila
img img Diez años como pupila img Capítulo 7 7
7
Capítulo 9 9 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 11 img
Capítulo 12 12 img
Capítulo 13 13 img
Capítulo 14 14 img
Capítulo 15 15 img
Capítulo 16 16 img
Capítulo 17 17 img
Capítulo 18 18 img
Capítulo 19 19 img
Capítulo 20 20 img
Capítulo 21 21 img
Capítulo 22 22 img
Capítulo 23 23 img
Capítulo 24 24 img
Capítulo 25 25 img
Capítulo 26 26 img
Capítulo 27 27 img
Capítulo 28 28 img
Capítulo 29 29 img
Capítulo 30 30 img
img
  /  1
img

Capítulo 7 7

Chapter 7

La mente de Sofía se quedó en blanco.

La escena con la que había soñado innumerables veces estaba sucediendo de verdad.

La mano áspera de Alejandro se movió hacia su pecho. Ella se estremeció como si la hubieran electrocutado, luchando por alejarlo.

-¡Alejandro! -gritó, pero su caricia solo se volvió más insistente.

-Camila, pórtate bien -murmuró él, con la voz espesa por el deseo. Las palabras fueron como un trueno en sus oídos.

La estaba confundiendo con Camila.

La llevó a su habitación y la empujó sobre la cama. El shock la devolvió a la realidad.

-¡Soy Sofía! -gritó, su voz cruda por la angustia-. ¡No soy Camila!

Alejandro se congeló. La miró con ojos borrachos, luego la atrajo a sus brazos, abrazándola con fuerza, pero no hizo más movimientos.

Intentó levantarse, pero su voz ronca la detuvo.

-No te vayas.

¿Le estaba pidiendo que se quedara, o a la mujer que él creía que era?

Cerró los ojos y se quedó dormido. Se sintió impotente, incapaz de escapar de la prisión de sus brazos.

Le palpitaba la cabeza y el agotamiento finalmente la venció.

A la mañana siguiente, abrió los ojos y vio a Alejandro de pie junto a la cama, mirándola con una expresión indescifrable.

-¿Por qué estás en mi cama? -exigió.

La cara de Sofía se sonrojó. Quería explicar, pero él la interrumpió.

-No me importa lo que estuvieras pensando -espetó, su voz teñida de decepción y asco-. Si esto vuelve a suceder, puedes hacer las maletas y mudarte a las residencias para siempre.

Se tragó todas sus explicaciones y simplemente se disculpó. Incluso si le dijera la verdad, él no le creería.

Cinco días más. Luego estaría en Monterrey y desaparecería de su mundo para siempre.

Se levantó y se ajustó la ropa desaliñada mientras salía de la habitación.

Justo cuando abrió la puerta, se encontró con Camila subiendo las escaleras.

Los ojos de Camila se abrieron de par en par por la sorpresa.

-¿Por qué sales de la habitación de Alejandro?

El rostro de Sofía se puso pálido. Evitó la mirada de Camila y huyó de regreso a su propia habitación.

Camila la siguió, con los ojos agudos y escrutadores.

-¿Qué hiciste con Alejandro?

La acusó:

-Zorra descarada. Te metiste en su cama mientras estaba borracho.

Sofía tenía la cabeza gacha. Cualquier explicación se sentía débil.

-Ni siquiera intentes negarlo -espetó Camila-. Tuvimos una pelea y viste tu oportunidad, ¿no?

Le advirtió:

-Si vuelves a hacer algo tan repugnante, me aseguraré de que te echen de esta casa para siempre. -Cerró la puerta de golpe y se fue.

Sofía se deslizó por la pared, toda la fuerza se le escapó del cuerpo.

Las acusaciones de Alejandro y las advertencias de Camila se sintieron como una mano invisible, apretando su corazón.

Gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas. Las emociones que había reprimido durante tanto tiempo finalmente se rompieron. Se cubrió la boca y sollozó.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022