CEO en ruinas
img img CEO en ruinas img Capítulo 5 Descubrimiento de Aliados
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Capítulo 6 Primer Encuentro con Hugo img
Capítulo 7 Creciendo la Competencia img
Capítulo 8 La Guerra de Mercados img
Capítulo 9 Secretos del Pasado img
Capítulo 10 El Conflicto Emocional img
Capítulo 11 Manipulación Empresarial img
Capítulo 12 El Primer Golpe Real img
Capítulo 13 Encuentro en la Gala img
Capítulo 14 Traición en el Equipo de Samantha img
Capítulo 15 Vulnerabilidad de Hugo img
Capítulo 16 Doble Juego img
Capítulo 17 El Conflicto se Escaló img
Capítulo 18 Tentación Prohibida img
Capítulo 19 Un Giro Sorpresivo img
Capítulo 20 Consecuencias de la Tentación img
Capítulo 21 Revancha de Samantha img
Capítulo 22 Confusión Emocional img
Capítulo 23 Un Nuevo Rival img
Capítulo 24 Un Encuentro Inevitable img
Capítulo 25 Confesiones No Planeadas img
Capítulo 26 Alianzas Inesperadas img
Capítulo 27 Ataque Bajo img
Capítulo 28 Revelaciones Del Pasado img
Capítulo 29 El Borde de la Ruina img
Capítulo 30 Recuperando el Control img
Capítulo 31 El Enfrentamiento Final img
Capítulo 32 El Desenlace Emocional img
Capítulo 33 Traición Dentro de las Filas img
Capítulo 34 El Conflicto Moral img
Capítulo 35 Un Giro de Lealtad img
Capítulo 36 El Último Golpe img
Capítulo 37 La Revelación del Corazón img
Capítulo 38 El Renacer de Samantha img
Capítulo 39 La Decisión de Hugo img
Capítulo 40 El Regreso a la Realidad img
Capítulo 41 El Nuevo Comienzo img
Capítulo 42 La Última Batalla img
Capítulo 43 Resolución de la Venganza img
Capítulo 44 El Perdón img
Capítulo 45 La Última Conquista img
Capítulo 46 El Cambio de Rumbos img
Capítulo 47 Un Nuevo Desafío img
Capítulo 48 El Desafío Personal img
Capítulo 49 El Amor Surge img
Capítulo 50 El Compromiso Mutuo img
Capítulo 51 La Reconciliación Final img
Capítulo 52 Los Nuevos Caminos img
Capítulo 53 La Paz Alcanzada img
Capítulo 54 La Decisión del Futuro img
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Capítulo 5 Descubrimiento de Aliados

Samantha se sentó frente a su computadora, mirando la lista de contactos que había recopilado en los últimos días. Sabía que la única manera de que su empresa pudiera despegar era rodeándose de personas que creyeran en ella. Y no cualquier persona. Necesitaba a aquellos que comprendieran el sector, que tuvieran la visión para ver más allá de lo que Hugo y su empresa representaban.

Tomó una respiración profunda y marcó el primer número en su teléfono. Era de Carlos, un ex compañero que había trabajado con ella en proyectos anteriores. Habían sido buenos colegas, pero hace meses que no se hablaban. No era fácil contactar a alguien cuando todo había terminado de manera tan abrupta.

El teléfono sonó varias veces antes de que Carlos respondiera.

- ¿Samantha? ¿Eres tú? - dijo su voz, claramente sorprendida. - Hace mucho que no sabíamos de ti. ¿Cómo estás?

Samantha sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Esta era la primera llamada importante que hacía.

- Estoy bien, Carlos. Gracias por contestar. Necesito hablar contigo sobre un proyecto. Algo que podría interesarte.

Carlos se quedó en silencio por un momento. Sabía que no era habitual que Samantha le pidiera ayuda, especialmente en circunstancias como las actuales.

- Claro, pero ¿qué es lo que está pasando? Sabes que no suelo involucrarme en cosas que no están claras.

Samantha sonrió, pero la sonrisa fue rápida y algo nerviosa.

- Lo sé, pero esta vez es diferente. Estoy comenzando algo nuevo. Quiero crear una empresa que compita directamente con la que estaba trabajando antes. Hugo me despidió, pero no voy a quedarme de brazos cruzados. Necesito alguien con experiencia, alguien que sepa cómo moverse en este sector.

Carlos guardó silencio, procesando lo que le estaba diciendo. La sorpresa era evidente, pero pronto su tono cambió.

- Eso suena... arriesgado. ¿Estás segura de que puedes hacerlo? Sabes que Hugo tiene una infraestructura increíblemente sólida.

Samantha dejó escapar una risa sin alegría.

- Lo sé. Pero por eso mismo, estoy buscando personas como tú. Necesito algo más que un equipo. Necesito aliados, Carlos. Personas que no solo me den dinero, sino también su experiencia y visión. Y yo sé que tienes eso.

Hubo una pausa del otro lado de la línea. Finalmente, Carlos habló, pero esta vez su tono era más firme.

- Estoy dispuesto a escuchar más. Dame detalles, Samantha. Quiero saber cómo planeas hacerle frente a Hugo.

Samantha dejó escapar un suspiro de alivio. Sabía que esto era solo el primer paso, pero lo importante era que había comenzado.

- Gracias, Carlos. Estoy armando una propuesta y tengo algunas ideas clave que quiero discutir contigo. Si me apoyas, no solo serás parte del proyecto, sino que juntos podríamos hacerle una verdadera competencia a lo que está haciendo Hugo.

Carlos no contestó inmediatamente. Samantha comenzó a sentir la presión, pero al final, él respondió.

- Está bien, Sam. Me interesa. Vamos a hablar más a fondo. Mandame la propuesta y fijemos una reunión para la próxima semana. Quiero ver de qué estás hablando exactamente.

Samantha sonrió, satisfecha por cómo había ido la conversación.

- Te lo enviaré. Y te agradezco de verdad por confiar en mí. Esto va a funcionar.

Colgó el teléfono, y una sensación de alivio la invadió. Había dado el primer paso para reunir a su equipo. Ahora solo faltaba encontrar a más personas que compartieran su visión.

No pasaron ni diez minutos cuando decidió llamar a otro contacto importante: Clara, una ex colega que había trabajado con ella en marketing digital y que tenía una habilidad excepcional para captar la atención de los consumidores. Clara había sido una de las primeras personas en darse cuenta del potencial de Samantha, y aunque también se habían distanciado con el tiempo, ella siempre había sido confiable.

El teléfono sonó hasta que Clara finalmente respondió.

- Samantha, ¡qué sorpresa escucharte! ¿Cómo estás?

- Bien, Clara, gracias. Oye, necesito hablar contigo sobre algo importante. Algo que puede interesarte.

Clara no pudo evitar reír un poco, aunque su tono era curioso.

- Me suena intrigante, ¿qué es?

Samantha sintió cómo el miedo a ser rechazada comenzaba a desvanecerse. Ahora que había hablado con Carlos, las cosas se sentían diferentes. Ella ya no era la mujer que había sido despedida, sino alguien que estaba tomando el control de su futuro.

- Estoy comenzando una nueva empresa, Clara. Algo que compita directamente con la de Hugo. Y necesito alguien con tu talento para llevar el marketing y la imagen de marca a otro nivel.

Hubo un silencio breve, y luego Clara habló, esta vez con más seriedad.

- ¿En serio? Estás hablando de Hugo Salazar, ¿verdad? ¿Qué te hace pensar que esto va a funcionar? Él tiene todo. ¿Y tú?

Samantha se mordió el labio, consciente de la dificultad de lo que estaba pidiendo.

- Yo tengo algo que él no tiene: el deseo de ganar. Y sé que puedo hacerlo. Necesito a alguien que crea en esta idea, que vea lo que yo veo. Y yo sé que tú puedes ser esa persona.

Clara no dijo nada durante unos segundos, pero Samantha pudo sentir cómo sus dudas comenzaban a disiparse.

- Está bien, Samantha. Me interesa. Mándame los detalles, y hablamos más en profundidad. Pero ten claro que esto va a requerir mucha dedicación y esfuerzo. Si te metes en esto, no habrá vuelta atrás.

Samantha sonrió, sintiendo una gran presión levantarse de sus hombros.

- Gracias, Clara. Sabía que podía contar contigo. Te enviaré la información esta tarde.

Colgó el teléfono y se quedó sentada un momento, procesando lo que acababa de suceder. Había hecho dos llamadas, y ya había conseguido aliados importantes. No solo tenía a Carlos en su esquina, sino que Clara también estaba dispuesta a unirse a su causa. El plan empezaba a tomar forma.

La puerta de su oficina se abrió y entró Eduardo, que la observó con una expresión que oscilaba entre la curiosidad y el escepticismo.

- ¿Cómo va todo? ¿Has encontrado algo de apoyo?

Samantha sonrió, su energía renovada.

- Lo he conseguido. Carlos va a estar a bordo, y Clara también. El equipo empieza a formarse.

Eduardo la miró, sorprendido.

- ¿Carlos y Clara? ¿Estás segura de que ellos son lo que necesitas?

Samantha asintió, segura de su decisión.

- Sí. Ellos saben lo que están haciendo. Y con su ayuda, vamos a lograrlo. Ahora, tenemos que poner en marcha el plan.

Eduardo se sentó, pero no pudo evitar sonreír también.

- Bueno, parece que las cosas están comenzando a tomar forma. A ver qué tal les va con la propuesta.

Samantha miró los papeles sobre la mesa y sonrió. Este era el comienzo de algo grande.

                         

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