-- ¿Quién te ha llamado? parece que estés preocupada - me dijo.
-- Nada, no te preocupes, ¿nos vamos por favor? estoy cansada - le dije muy seria.
- Claro, lo que tú quieras, nos despedimos de mis compañeros y nos vamos - comentó.
Al acercarnos a la mesa, me fijé en la forma que tenía David de mirarme, ¿deseo?¿celos? ¿qué significaba su mirada? me preguntaba. Nos despedimos Adam y yo marchandonos hacia donde tenía su coche. En vez de llevarme a mi hotel, mi chico me llevó a su casa, entramos dirigiendome al dormitorio, Adam me bajó los tirantes del vestido dejándolo caer al suelo, acariciando mis nalgas mientras me lamia y mordía mi cuello, haciendome gemir.
-- Estás muy tensa, ¿quién te ha llamado? te has quedado muy seria después de hablar por teléfono, - me dijo
-- No pasa nada Adam, - le dije, mientras él acariciaba mis pechos y los pellizcaba sacando algún que otro gemido,
Adam me cogio en sus brazos tumbandome en la cama, acaricio la tela de mi tanga, mientras me retorcia en la cama, me quito el tanga, rozando mi sexo con sus dedos mientras me miraba.
-- Mirame, no cierres los ojos, quiero que me veas lo que te voy a hacer -- me dijo.
Lamio con su lengua mi sexo, acaricio mis pechos, lamio mis pezones, sacandome mas de un !! Por favor sigue no pares ¡¡ Introdujo sus dedos dentro de mi follandome con ellos mientras su lengua parecía una serpiente en mi clítoris, Arquee mi espalda, poniendo mis manos en su pelo, volviendome loca el placer que Adam me daba. Por la madrugada me senté en la cama, viendo como dormía Adam, me levanté para ir a la cocina y hacerme un vaso de leche caliente, la llamada que recibi me puso nerviosa y no dejaba de dar vueltas en la cama. Me tomé el vaso de leche y volví a la cama pero entonces aparecieron en mi mente los preciosos ojos azules de David, el calor de su boca y la suavidad de sus labios, haciendo que me preguntara si Adam era mi hombre o sería su jefe.
Por la mañana cuando me desperté estaba sola en la cama, me levanté y fui al cuarto de baño para asearme, me vestí bajando a la cocina para tomarme una taza de café. Preparada ya para marcharme llego a su casa Adam, entró acercándose a mi, dándome un beso en mis labios.
-- Adam necesito que me lleves a mi hotel, no tengo aqui ropa - le dije.
- Vamos al hotel coges tu equipaje y te vienes a vivir a mi casa hasta que tengas que marcharte - me dijo.
-- No me parece buena idea, prefiero el hotel, la playa, la piscina y aquí no hay nada de eso, además no conozco nada de aquí y me gastaría mucho dinero en taxi para ir a cualquier sitio, gracias pero no. -- dije.
Adam me llevo a mi hotel, acompañándome a mi habitacion despues, al entrar rodeo mi cuerpo con sus brazos, me quitó los tirantes de mi vestido dejándolo caer al suelo, apretó sus labios a los míos hasta que caímos los dos en la cama.
- Adam por favor, ahora no, estoy cansada - le dije mirándome algo extrañado.
- ¿Qué te pasa Bella, desde anoche estás como distraída - me dijo.
- Nada mi amor – le dije acariciando su mejilla con mis dedos.
Adam acaricio mi vientre con sus dedos, lamiendo mis pechos, haciéndome cerrar los ojos, pero lo que sentía no era Adam el que me estaba dando placer, si no que lo que sentía era la suavidad de las manos de David acariciándome. Me levanté enseguida de la cama, entre en el cuarto de baño para ducharme, viendo entrar segundos después a Adam completamente desnudo, Apoyo mi cuerpo a la pared, cogió mis nalgas subiendo un poco mi cuerpo, introduciendo dentro de mí su virilidad, pase mis brazos por su nuca, rodeé sus caderas con mis piernas y debajo de los chorros de agua Adam me embestía una y otra vez, mordiendo mi cuello, dejando su marca, mis hombros, puso una de sus manos en mi nuca, apretando sus labios con mis labios, metiendo su lengua para jugar con la mía, arañando yo su espalda, gimiendo, pidiendo mas y mas fuerte, sintiendo su virilidad dentro de mí haciéndome gritar por el placer, hasta que salió de mi, pero antes de que se corriera, me puse de rodillas saboreando su virilidad.
-- Voy a correrme Bella, apártate mi amor - me dijo.
Pero yo segui con su virilidad, arriba abajo, masturbandolo con mi mano, con mi lengua, lamiendo su glande, hasta que note su líquido caliente llenando mi boca, pero segui lamiendo hasta que la última gota salió, poniendome despues de pie, besándonos como si no fuéramos a vernos nunca más.
-- Puff, ha sido maravilloso, nadie me lo ha echo como tu, me tiemblan las piernas Bella, ya te lo puedo decir, te amo, me tienes loco, estoy completamente enamorado de ti, quédate en Miami conmigo, te amo Bella, por favor no te marches - dijo