_¿Demetrio? ¿Cómo te ha ido?_ Le pregunta de manera intimidante_ Mientras se acerca a él, jugando con una pequeña navaja que tenía en sus manos.
_ Bien....¿Qué pasa?_ Pregunta él muy nervioso, parecía un ratóncito asustado.
¿Qué pasa Demetrio? ¿Estas nervioso?_ Le pregunta el hombre_ Mientras lo acorrala contra la pared.
_ No, claro que no, es que iba a hacer algo muy importante _ Responde Demetrio_ Con la voz entre cortada.
_ ¿De verdad? ¿No irías a buscar a tu hija de casualidad?_ Le pregunta el hombre.
_¡¿Qué le hicieron a mi hija?!_ Pregunta a gritos, la desesperación se sentía en sus palabras.
_ Nada, bueno, nada aun, eso depende de ti, has hecho mal las cosas Demetrio, te dimos la oportunidad de salir de tu inmundicia, ¿Y como nos pagas? Robandole al jefe.
_ No, eso no es así, yo....
_¡Nada! Lo sabemos todo, has traicionado a la mano que te quito el hambre, eso se paga, y se paga muy caro _ Le dice el hombre _ Pasando por el rostro de Demetrio la pequeña navaja.
Mientras tanto, Alejandra estaba aterrada y desconcertada, dentro de una fría y extraña habitación.
_¡¿Hay alguien aquí?!_ Pregunta a gritos _ Pero solo el silencio es su respuesta.
Ella se sienta en el piso doblando sus rodillas, tenía mucho miedo, y no tenia idea que sucedía.
De repente, abren la puerta.
Un hombre fornido entra y la toma bruscamente por el brazo.
_¿Qué pasa? ¿A dónde me llevan? ¡Yo no he hecho nada!_ Le dice ella entre lágrimas, con el corazón acelerado.
El hombre la pone de espaldas contra la pared, y luego cubre sus ojos.
_¡¿Porqué me hacen esto?! ¿Quieren dinero? Yo no tengo dinero, yo solo soy maestra _ Le dice Alejandra con miedo.
_¡Cállate! O también te tapo la boca_ Le responde él.
Alejandra es llevada a otra habitación, alli la sienta el hombre en una silla, y luego amarra sus manos.
Tal vez pasaron unos minutos, Alejandra no lo sabe con exactitud, pero de pronto, una puerta se abre, ella se queda quieta, esperaba que alguien hablara, pero no.
De repente, escucha a su padre.
_¡Hija! ¡¿Hija estas bien?!.
_¿Papá? ¡ Si papá, ¿Y tu? ¿Qué te han hecho?_ Pregunta ella desconcertada.
Pero Demetrio no le responde, él es sentado al lado de su hija con la boca vendada igual que sus ojos.
De repente, el olor de un fino perfume de hombre impregna el lugar.
Alejandra trata de identificar el olor, pero era totalmente desconocido.
Ella se queda quieta, y escucha como unos pasos firmes se le acercan lentamente.
_¿Este es la rata?_ Pregunta la misteriosa voz, era de un hombre, su tono era fuerte e intimidante al mismo tiempo.
_ Asi es señor, esta es la rata asquerosa_ Le responde el hombre con cara cortada.
_¿Y ella?.
_ Es la hija de esta rata señor.
Alejandra siente al hombre justo frente de ella, él le alza la cara y luego dice.
_ Muy interesante.
Luego ordena quitarle la venda a Demetrio.
_¡Señor lo siento mucho! ¡Se lo suplico, deje ir a mi hija!_ Fue lo que Demetrio dice enseguida.
Alejandra queda desconcertada, ¿Porqué su padre pedía perdón? ¿Quién era ese hombre? ¿Qué estaba pasando? Tenía tantas preguntas.
_ Eres un asqueroso ladrón, por tu culpa tuve que dejar mis negocios, porque odio tanto a las ratas, que me gusta aplastarlas personalmente_ Le dice él.
_ Perdón, yo no quise, fui débil, pero le prometo que le pagaré, hasta el último centavo mi señor _ Le dice Demetrio, llorando del miedo.
_ Nadie le roba a Bruno Dilasio_ Le responde él _ Con un tono frío, amenazante_ Mientras lo mira fijamente.
Demtrio se sentía avergonzado con su hija, le había fallado, y ahora estaba de perderla para siempre.
_¡Se lo juro señor! ¡Le pagaré cada centavo!_ Le vuelve a decir Demetrio a Bruno, suplicando.
Bruno voltea su mirada hacia Alejandra, y luego ordena ponerla de pie.
Ella estaba temblando del miedo, quería saber que estaba pasando.
La ponen de pie, y Bruno empieza a mirarla de pie a cabeza, luego camina a su alrededor, como si estuviera mirando un objeto que piensa comprar.
Demetrio no entendía porque hacia eso, esa actitud le causaba aun mas temor.
_ Señor...._ Dice Demetrio.
Pero bruno alzando su mano, lo calla enseguida.
En su mirada se notaba que Alejandra no le era indiferente.
Ordena quitarle las vendas, y cuando lo hacen, Alejandra queda confundida, mirando con desconcierto todo a su alrededor.
Bruno la mira fijamente, los ojos cafés claros de ella, lo paralizaron enseguida.
_¿Qué pasa?_ Pregunta Alejandra.
_ Hija lo siento, yo..._ Dice Demetrio.
Pero Bruno enfurece y le grita.
_¡Silencio! No te he permitido hablar.
_¡¿Quién es usted?! ¡¿Y porqué nos tiene aquí?! Somos personas honradas, decentes, esta equivocado_ Le dice Alejandra, nerviosa, pero segura de lo que decía.
_¿Decente? Jajaja, eso es muy gracioso, al menos tu padre no lo eres, ¡Él es una rata asquerosa!_ Le responde Bruno.
_ ¡No es cierto! ¡Papá por favor, dile que esta equivocado!_ Le grita Alejandra desesperada a su padre.
Pero Demetrio solo baja la cabeza, él sabia que Bruno tenía razón, y eso lo llenaba de vergüenza.
_ ¡Ya basta! Demetrio, tienes suerte, hoy estoy generoso, y no tengo ganas de matarte, al menos no todavía, así que te daré la oportunidad de pagarme.
Los hombres de Bruno se miran uno al otro desconcertados, Bruno no era el tipo de hombre que daba segundas oportunidades, él nunca perdonaba la traición, por menos de eso, había acabado con la vida de otros en el pasado.
_¿De verdad señor?_ Pregunta Demetrio con esperanza.
_ Si...Te daré esa oportunidad, me pagaras, lo harás con tu hija_ Responde Bruno, secamente.
Demetrio queda atónito, no podía creer lo que estaba escuchando, y mucho menos Alejandra.
Ella mira a su padre con los ojos llenos de lágrimas mientras era alejada de él, nisiquiera le pudo preguntar ¿Porqué lo hiciste?.