Bajo el manto de la venganza
img img Bajo el manto de la venganza img Capítulo 5 La reacción de Carmen
5
Capítulo 6 La decisión de mudarse img
Capítulo 7 El primer vistazo a la mansión img
Capítulo 8 Un nuevo comienzo img
Capítulo 9 La familia de Eduardo León img
Capítulo 10 La llegada de Vicente img
Capítulo 11 El testamento de Eduardo img
Capítulo 12 Los primeros intentos de manipulación img
Capítulo 13 El personal de la mansión img
Capítulo 14 Los recuerdos de su madre adoptiva img
Capítulo 15 La revelación sobre la familia de Eduardo img
Capítulo 16 Los negocios de Eduardo León img
Capítulo 17 El poder de Vicente img
Capítulo 18 La amenaza silenciosa img
Capítulo 19 La confesión de Carmen img
Capítulo 20 La primera confrontación con la familia img
Capítulo 21 La creciente tensión img
Capítulo 22 La primera traición img
Capítulo 23 El dilema moral img
Capítulo 24 Un nuevo enemigo img
Capítulo 25 El acercamiento de un aliado inesperado img
Capítulo 26 La amenaza directa img
Capítulo 27 Revelaciones familiares img
Capítulo 28 La decisión final img
Capítulo 29 La confrontación definitiva img
Capítulo 30 La Declaración de Guerra img
Capítulo 31 Primeros movimientos estratégicos img
Capítulo 32 El regreso de los enemigos img
Capítulo 33 Descubrimiento de traiciones dentro de la mansión img
Capítulo 34 Alianzas arriesgadas img
Capítulo 35 El precio de la venganza img
Capítulo 36 La batalla interna img
Capítulo 37 La primera traición dentro del círculo cercano img
Capítulo 38 Un enemigo más peligroso img
Capítulo 39 El dilema legal img
Capítulo 40 La revelación de la madre biológica img
Capítulo 41 Los primeros aliados img
Capítulo 42 El regreso de Vicente img
Capítulo 43 La guerra interna en la mansión img
Capítulo 44 La presión de la familia img
Capítulo 45 El acercamiento de Miguel img
Capítulo 46 El plan de la familia img
Capítulo 47 La primera gran derrota img
Capítulo 48 Los secretos de la familia de Eduardo img
Capítulo 49 La confrontación con Carlos Del Valle img
Capítulo 50 Los juegos de poder img
Capítulo 51 La confesión de Carmen img
Capítulo 52 La verdad sobre la muerte de su madre biológica img
Capítulo 53 La guerra final img
Capítulo 54 El sacrificio final de Vicente img
Capítulo 55 La traición de un aliado cercano img
Capítulo 56 El último golpe a Carlos Del Valle img
Capítulo 57 La revelación pública img
Capítulo 58 La consolidación del poder img
Capítulo 59 El precio del poder img
Capítulo 60 El futuro de la herencia img
Capítulo 61 El regreso de Miguel img
Capítulo 62 La lucha interna por el legado img
Capítulo 63 La despedida de Carmen img
Capítulo 64 La victoria definitiva img
Capítulo 65 Un nuevo camino img
Capítulo 66 El futuro con Miguel img
Capítulo 67 La reconstrucción del imperio img
Capítulo 68 La paz con su pasado img
Capítulo 69 El legado de Lucía img
Capítulo 70 El regreso de viejos enemigos img
Capítulo 71 La lealtad puesta a prueba img
Capítulo 72 El reencuentro con su madre biológica img
Capítulo 73 La restauración de la confianza img
Capítulo 74 Los peligros del poder img
Capítulo 75 El amor en tiempos de guerra img
Capítulo 76 La caída de un imperio rival img
Capítulo 77 El sacrificio de la libertad img
img
  /  1
img

Capítulo 5 La reacción de Carmen

Lucía caminaba de regreso hacia su apartamento con los papeles del testamento de Eduardo León en la mano. A cada paso, sentía que el peso de lo que había descubierto se volvía más denso, más difícil de asimilar. En el fondo, algo dentro de ella seguía preguntándose si todo esto no era más que una ilusión, una mentira, pero la evidencia que tenía en sus manos le decía lo contrario. Su vida, esa vida sencilla y tranquila que había conocido hasta ese momento, había cambiado para siempre.

Había sido heredera de una fortuna impensable, pero también había descubierto que su padre biológico, un hombre que jamás había formado parte de su vida, había existido y había tenido razones para alejarse.

Carmen caminaba a su lado, silenciosa. Lucía había notado la tensión en ella durante todo el encuentro con el abogado, y a pesar de que su madre adoptiva siempre había sido el pilar que la sostenía, hoy parecía más distante, como si su propio mundo estuviera a punto de desmoronarse.

Ambas llegaron al apartamento en un silencio incómodo. Lucía cerró la puerta detrás de ellas, aún sin poder procesar del todo la información que acababa de recibir. Estaba sentada en el sillón del salón, mirando los papeles del testamento, mientras Carmen permanecía de pie, en la entrada, mirando al vacío.

-Carmen... -dijo Lucía, incapaz de mantener el silencio por más tiempo. Su voz temblaba, llena de incertidumbre-. ¿Sabías algo sobre mi padre? ¿Sobre todo esto?

Carmen se quedó quieta por un instante, como si no estuviera segura de cómo responder. Su rostro, generalmente tranquilo y lleno de calma, ahora mostraba signos de tensión, como si hubiera estado ocultando un peso que finalmente no podía seguir cargando. Lucía sintió cómo su corazón se aceleraba. La pregunta que había estado evitando durante tantos años, esa pregunta que nunca había tenido el valor de hacer, ahora estaba fuera, suspendida en el aire, esperando una respuesta.

Carmen suspiró y, con una mirada cansada, se sentó junto a Lucía en el sofá. Durante unos segundos, no dijo nada, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. Finalmente, habló, pero su voz era baja, temblorosa.

-Sí, Lucía, sabía algo. Pero no podía contártelo. -Carmen levantó la mirada y se encontró con los ojos de Lucía-. No quería que cargaras con todo eso. La verdad es que siempre supe que tu padre existía, que no había sido una historia inventada. Pero había razones para no decírtelo. Quería protegerte de un mundo que podría haberte hecho daño.

Lucía la observó fijamente, procesando lentamente sus palabras. El dolor y la confusión llenaban su pecho. ¿Cómo podía Carmen haberle ocultado todo eso? Sabía que su madre adoptiva siempre la había cuidado, siempre había hecho todo por ella, pero este silencio la hería de una manera que no sabía cómo explicar.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? -preguntó Lucía, con la voz rota, casi sin poder controlar las lágrimas que amenazaban con caer. Su mente se agitaba con miles de preguntas. ¿Qué tipo de vida había tenido su madre adoptiva para tomar esta decisión? ¿Por qué Carmen había preferido callar y no decirle la verdad, por dolorosa que fuera?

Carmen cerró los ojos, como si las palabras la estuvieran destrozando por dentro. Sabía que este momento llegaría, sabía que Lucía tendría derecho a saber la verdad, pero no había encontrado el valor para enfrentarlo antes.

-Cuando te encontré, Lucía, era una niña muy pequeña, y tu madre biológica no me dio muchas opciones. Ella... no quería que supieras nada de él. Ella quería desaparecer, dejar todo atrás, y yo... yo acepté su silencio. Pensé que era lo mejor para ti. Pensé que, si te contaba la verdad, te arrastraría a un mundo lleno de dolor y de sombras. -Carmen dejó escapar un suspiro largo y agotado-. Eduardo León... tu padre... no era un hombre fácil. Su vida estaba llena de complicaciones, y yo no quería que eso te alcanzara.

Lucía no entendía completamente lo que Carmen le estaba diciendo. Todo lo que conocía sobre su vida, sobre su historia, estaba de alguna manera alterado, distorsionado. La persona que había creído conocer como su madre adoptiva, ahora parecía tener un pasado más complicado, más doloroso, de lo que ella jamás había imaginado.

-¿Qué quieres decir con "complicaciones"? -preguntó Lucía, su voz ahora mucho más seria, mucho más decidida. No iba a dejar que esto quedara sin respuesta.

Carmen miró a Lucía con tristeza, y un dolor profundo se reflejó en su mirada. Después de un largo silencio, comenzó a hablar, con palabras que parecían pesadas y difíciles de pronunciar.

-Tu padre, Eduardo León, era un hombre poderoso, con muchos enemigos. En su vida había tomado decisiones que afectaron a muchas personas. Hubo traiciones, conspiraciones, y el tipo de vida que llevaba... no era algo que tú pudieras haber manejado. Cuando tú naciste, tu madre se vio atrapada en ese mundo, y tuvo miedo. Miedo de que su hija fuera arrastrada a esa oscuridad, a esa vida peligrosa. Y ella decidió alejarte de todo eso. Decidió que lo mejor era esconderte, que no te expusieras a lo que él había causado con sus decisiones.

Lucía se quedó en silencio, asimilando las palabras de Carmen. Enemigos, conspiraciones, traiciones. Todo eso parecía salido de una película de suspenso, de un mundo que jamás imaginó que pudiera ser parte de su propia vida. Pero ahora, al escuchar a Carmen, comprendía que el legado de su padre no era solo una herencia de dinero y propiedades, sino también una carga de secretos y sombras.

-¿Por qué no me lo dijiste antes? -repitió Lucía, esta vez con más firmeza. Sus ojos, que hasta ese momento estaban llenos de confusión, ahora reflejaban una determinación que nunca antes había sentido. Ella necesitaba saber la verdad, toda la verdad. No podía seguir viviendo con este vacío, con esta sensación de estar atrapada entre sombras.

Carmen la miró, con los ojos llenos de lágrimas, y finalmente respondió:

-Porque te amaba, Lucía. Quería que tu vida fuera tranquila, que no tuvieras que enfrentarte a los demonios del pasado. Quería que crecieras sin miedo, sin preguntas que pudieran destrozarte. Pero ahora que todo esto ha salido a la luz, entiendo que no podía seguir ocultándote la verdad. Te debo esa explicación.

Lucía, al escuchar las palabras de su madre adoptiva, sintió cómo el peso de toda su vida anterior se desmoronaba a su alrededor. Todo lo que había creído sobre su identidad, sobre su historia, ahora se estaba desmoronando, dejando al descubierto una verdad dolorosa y difícil de aceptar. Pero, a pesar de todo, sabía que necesitaba enfrentarla. Tenía que entender quién era realmente, aunque eso significara enfrentarse a un pasado que no había pedido.

-Entonces, ¿por qué me ha dejado todo esto? -preguntó Lucía, mirando los papeles del testamento que todavía tenía en las manos. Sentía que el futuro de su vida estaba escrito en esas hojas, pero no entendía cómo su padre había decidido dejarle todo, a pesar de haberla mantenido alejada de él.

Carmen la miró con tristeza, con una mirada que parecía comprender lo que su hija sentía. Sabía que este momento era inevitable, que Lucía tenía derecho a comprender todo lo que había sucedido. Pero también sabía que la vida de Lucía iba a cambiar para siempre, y que no había vuelta atrás.

-Tu padre, aunque hizo todo lo posible por protegerte, sabía que algún día llegarías a saberlo todo. No podía seguir ocultando su existencia para siempre. Lo que te dejó, Lucía, no es solo una herencia material. Es también un legado de responsabilidad, de decisiones difíciles que tendrás que tomar. Y lo más importante, es una oportunidad para que tú decidas qué camino tomar.

Lucía asintió lentamente, sin estar completamente segura de lo que eso significaba. Pero lo único que sabía con certeza era que su vida, desde ese momento, ya no sería la misma.

El tiempo parecía haberse detenido, pero Lucía sabía que su viaje hacia el pasado recién comenzaba. Y aunque el futuro era incierto, sentía que finalmente había dado el primer paso hacia la verdad.

                         

COPYRIGHT(©) 2022