Capítulo 4 ¿Cómo es él

"En unos días, estaremos en tu fiesta de compromiso con Liam. He hablado con los Wilson y cenaremos esta noche para hablar sobre el compromiso. Tienes que comportarte como es debido y no avergonzar a tu padre ni a mí". Millie se dirigió a Sabrina con un aire de arrogancia, sus ojos no transmitían nada más que desdén.

"Mamá", comenzó Sabrina, haciendo una pausa significativa. "Si papá y tú valoran tanto la alianza con los Wilson, ¿por qué no hacen que Rylie se case con Liam? Es sensata y educada. ¿No sería ideal su matrimonio?".

El enigma siempre había estado ahí para Sabrina.

Sus padres, Sebastian White y Millie, valoraban mucho la alianza, y Rylie y Liam parecían atraerse mutuamente. ¿Por qué estaba ella comprometida con Liam? Era desconcertante.

Sin embargo, Millie la cortó en seco antes de que pudiera continuar. "¿Crees que no lo he pensado? La riqueza de los Wilson y el atractivo de Liam sería como sacarse la lotería si te casaras con ellos. Si la abuela de Liam no hubiera especificado su deseo de que te unieras a su familia, ¿supones que habrías sido elegida?".

Esa fue la revelación.

A Sabrina se le escapó una risa amarga. Había pensado que tal vez este matrimonio era un gesto de paz por parte de su madre. Estaba claro que se equivocaba.

"Te estoy hablando, ¿me escuchas?", espetó Millie, empujando a Sabrina por el hombro. "Esta noche es crucial. Si me avergüenzas, te arrepentirás".

Sabrina había pensado inicialmente en rechazar la cena. A pesar de la posición de la familia Wilson o del atractivo de Liam, ella no se casaría con un hombre infiel.

Así que consideró que sería prudente saltarse la cena.

Sin embargo, la cena representaba una oportunidad.

Aceptó con un movimiento de cabeza. "Me portaré lo mejor posible".

Sorprendida por la sumisión de Sabrina, Millie estuvo a punto de interrogarla, pero la joven no se lo permitió. "Tengo que visitar a la abuela en el hospital", dijo, y luego se marchó.

La excusa de Sabrina era solo para apaciguar a Millie. Después de salir, pasó por alto el hospital para ocuparse de asuntos más urgentes.

La calle Cypress estaba llena de vida. Cada local era un espacio codiciado. Entre ellos, destacaba una tienda con una fachada sobria, sin siquiera un letrero. Pocos se fijaban en ella, pero contaba con la última tecnología en seguridad del Grupo EverFlow.

Sabrina llegó a la puerta, se quitó sus grandes gafas de sol y las puertas se abrieron en silencio tras un escaneo de retina. En el interior, la lujosa decoración contrastaba fuertemente con el modesto exterior.

El estudio estaba equipado con los dispositivos de grabación más modernos e instrumentos musicales, completo con una sala de streaming. Dentro, Pauline Moore apenas levantó la vista al hablar. "¿Te divertiste anoche? Te llamé varias veces, pero no contestaste. ¿Estabas demasiado ocupada pasándola bien?".

Mientras ordenaba el correo en la entrada, las manos de Sabrina se congelaron cuando su mejor amiga mencionó la noche anterior.

"¿Cómo puedes mencionar lo de anoche?". Sus mejillas se sonrojaron y pateó con fuerza la silla debajo de Pauline, haciéndola deslizarse lejos. "¿Qué estabas haciendo? ¿Por qué no me detuviste anoche?".

"¿Me culpas a mí?", replicó Pauline con una sonrisa irónica y tono acusador. "Tú eras la que gastaba generosamente en el bar. Esos hombres prácticamente te adoraban. ¿Cómo se suponía que interviniera? Desapareciste mientras yo estaba en el baño. Te llamé repetidamente. ¿Y ahora es culpa mía?".

Sabrina admitió para sí misma que tenía la culpa.

Tenía poca tolerancia al alcohol, y su juicio cuando estaba ebria era aún peor.

Si no hubiera estado de tan mal humor, no habría acabado en el bar, y mucho menos con Charles.

La sola mención de Charles le provocó un intenso dolor de cabeza.

"Entonces, ¿cómo estaba? El tipo de anoche. ¿Estaba bueno?". Pauline se acercó más, con curiosidad en la voz. "El personal del bar dijo que estaba impresionante. Pagaste por divertirte un poco, ¿verdad? No hay nada de malo en eso".

"¡Cállate!". Sabrina frunció el ceño. "Ojalá fuera solo un gigoló. Me habría ahorrado muchos problemas".

"¿No era un gigoló?". El interés de Pauline llegó a su punto máximo. "Cuéntame más. ¿Cuál es la historia completa?".