Un leve sonrojo decora mis mejillas, no me atrevo a girarme pero una mano gruesa y rasposa se desliza por mi abdomen bajo, apenas alcanzo a ver el antebrazo tatuado cuando siento el peso de un mentón que se apoya en mi hombro y los besos en la curvatura del cuello me causan... ¿Emoción?
«¡No! ¡Concéntrate, Serena! ¡No dejes que ese rostro esculpido por los dioses te engañe!»
- ¿Cómo podría irme sin avisar? - Me giré hacia él y le dí un beso en los labios. - Solo me sentí un poco entumecida.
Él sonrió con picardía, haciéndome acordar que lo estuvimos haciendo TODA la noche.
«¿Acaso me han enviado a las fauces de una bestia sexual?» No pude evitar pensar.
- El otro día dijiste que el collar de Diamantes era demasiado para tí, ¿Qué tal si usas uno de perlas en su lugar? - Preguntó de la nada, mirándome a los ojos. - O tal vez prefieras que compre la joyería completa como regalo de cumpleaños. Tú solo pídeme lo que quieras.
«Y pensar que hace nada me maldecías con toda la boca.» No pude evitar reírme y acariciar su cabello, como a un perro.
- Haz lo que quieras.
Él me miró con una cara suprema de emoción, sus ojos verdes lucen brillantes y felices de que yo hubiera hecho algo tan simple como aceptar un regalo costoso por mi cumpleaños.
«Pero no te dejes engatusar por esas palabras gentiles, Serena. Tú no puedes caer ante sus encantos.»
Miro la hora en el reloj de mi teléfono, hay una notificacion de un mensaje que Lucrezia me envió la noche anterior.
''¿Lo lograste?''
Trago saliva y escondo el teléfono de nuevo tras borrar el mensaje, Damian sale de la ducha y se encamina hacia mi dirección con el cabello mojado y solamente una toalla húmeda adherida a la mitad inferior de su cuerpo y yo siento que se me acelera el corazón, intento no mirar a donde no debo, pero todo Damian Blackwood se siente como un completo pecado.
(Meses antes)
(Eden Nightclub)
El Imperio Nocturno burbujeaba con la energía de la noche. Música electrónica a todo volumen y luces neón tiñendo el ambiente, un mundo completamente diferente al decrépito departamento de Gustavo. Aquí él se convertía en otra persona detrás de la barra de licores, es increíble ver cómo pasa de ser un ermitaño a una persona decente y sociable, casi como un super poder.
- No puedo creer que sea el mismo tipo-, murmuró León. -Finalmente, parece una persona decente.
Gus levantó la vista. Sirvió una bebida y se inclinó hacia nosotros. - Oh, León, ¿es eso un cumplido? Guárdatelos. No estoy de humor para los halagos de alguien que presume de tener un sitio web 'impenetrable' y luego se deja hackear por un fantasma.
Suspiro, estos dos imbéciles jamás dejarán de pelearse.
Ni siquiera decidían unirse por el hecho de que estamos jodidos gracias al acosador cibernético que decidió tirar nuestra página. ¡Incluso el teléfono que tanto me costó comprar!
- Serena, lleva estas bebidas a la mesa ocho. - Indicó Gustavo, yo tomé la bandeja con el licor entre las manos y asentí.
A veces cuando no encontramos un cliente por internet suelo disfarzarme de mesera en el trabajo de Gustavo junto a León (Quien realmente no le agrada la idea) La idea es encontrar parejas disutiendo u hombres adinerados que se vean bastante solitarios, por ejemplo aquellos que se ahogan en licor como si con eso sus problemas fueran a resolverse por completo.
Un pequeño empujoncito es suficiente para hacer que despilfarren su fortuna en una novia de mentira.
No es mi método favorito precisamente, es muy riesgoso colarse a un prestigioso club fingiendo ser trabajadores, pero sin sitio web y sin computadora mis deudas pendientes no permitirían que desperdicie otra noche sentada frente al televisor.
- ¿Quienes son ellos? - Le pregunté a León de manera disimulada.
El club había parecido detenerse en el tiempo cuando las puertas se abrieron de par en par, dejando entrar a un grupo de personas casi todos vestidos con Lino blanco, como experta en identificar artículos de lujo puedo saber perfectamente que los diamantes en los anillos SON reales.
- Gustavo dijo que deberíamos tener especial cuidado esta noche, las últimas dos semanas ha estado viniendo un grupo muy elitista a causar estragos. - León, como si conociera mis intenciones tras leer mis pensamientos, me detuvo del brazo. - Ni lo pienses, sácalo de tu mente, Serena.
Pero mis ojos siguen idiotizados viendo los aretes brillantes y esos lujosos relojes masculinos de plata.
- La probabilidad de que una persona como esa me necesite es de uno en un millón. - Acepté mi realidad, ese grupo está fuera de liga incluso para mí.
Un camino se abrió para ellos, las multitudes se apartaron como si fueran plebeyos e incluso yo en primera fila seguí el consejo del desconocido a mi lado de mirar el piso, no a sus rostros. Muchos de ellos son hijos mimados de políticos y empresarios poderosos.
Ilusa yo, que no me dí cuenta que ellos me habían visto desde el principio mirándolos fijamente.
Cuando reaccioné ya fue muy tarde, la bandeja entre mis manos cayó al piso y el whisky se derramó en mi ropa parcialmente.
¡Diablos, estos hijos de puta! ¡Este uniforme es carísimo!
- ¿Qué pasa? ¿Estás enojada? - Me dijo uno de ellos, su aliento apestaba a alcohol ya. - Creí que morías de ganas por tener nuestra atención ya que nos veías tan fijamente.
Aparté la cara cuando él acarició mi mejilla, quería recoger, golpear y estrellar la puta bandeja en su cara.
Pero la bandeja de plata sería descontada de mi salario imaginario.
Si llamaba demasiado la atención el dueño del club se daría cuenta de mi presencia.
- Lo siento, no era mi intención ofenderl-
Odio doblegarme, odio tener que humillarme. La sangre hirvió en mis venas cuando un líquido especio que sabrá Dios de dónde salió bajó por mi frente mientras ellos se reían y arrojaban la botella que trajeron en el piso.
- ¡Serena-!
Detuve a León de intervenir.
- ¿Qué pasa? ¿No vas a dejar que tu noviecito te defienda? - El que aprece ser el líder de la pandilla me incitó. - Ustedes las personas comunes son como perros sin voluntad.
- Prefiero no tener voluntad que alardear de las cosas que solo tengo gracias a mis papás. Incluso tu hermano mayor ha logrado más cosas en la vida y no es un parásito chupasangre.
Aunque a los demás no los he visto con precisión, a Timothy Maddox lo reconocí inmediatamente. El hijo problemático de los Maddox. Alguna vez ayudé a su hermano mayor Tyron a darle celos a su novia (actualmente esposa)
- ¡Repítelo si te atreves, cosa descarada!
- ¡Dije que eres el inútil de tu familia y la única razón por la que fuiste a ''estudiar en el extranjero'' es porque te encontraron en la cama con tu profesora de ciencias treinta años mayor! - Grité al mismo nivel en que él me estaba gritando.
Incluso cuando él me agarró por el cuello del uniforme no me doblegué. Sus amenazas de mierda no sirven conmigo, a diferencia de él yo ya no tengo nada más que perder.
- ¡Basta, Madd! - La rencilla fue detenida rápidamente por una mujer que se entrometió entre ambos y lo empujó. -¡Tú empezaste la pelea al tirar sus cosas!
- ¡¿Te vas a poner de su lado?! ¡Viniste conmigo!
Él me soltó bruscamente, casi me caí debido al empuje y aunque mis manos estaban temblando intenté no mostrarlo.
- Me voy a poner del lado de la justicia. - Ella se paró detrás de mí y me sujetó de los hombros. - Ya estás muy borracho, así que lo mejor será que te marches.
Timothy resopló como una bestia, pero no desobedeció las palabras de esa mujer sorpresivamente, se arrastró a la salida y uno de los guardaespaldas lo persiguió rápidamente.
- Uhm... Disculpa, ¿Podrías soltarme? - Le pedí a la mujer, sus dedos fríos y delgados se sienten raros aferrándose a mis hombros. Ella musitó una disculpa y me soltó. - Muchas gracias por ayudarme. En realidad yo-
Un momento.
Un momento.
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¡Un momento!
¡Ese largo cabello negro y piel perfecta lo reocnocería en cualquier lado!
Incluso intentando esconderse bajo una gorra y un cubrebocas se ve demasiado perfecta para ser real.
- ¡Tú eres...!
¡Violette Landolfi!
La superhiperfamosa actriz de televisión (y también mi favorita)
Tengo tantos pósteres de ella en casa que-
Ella me cubrió la boca con ambas manos. - Shhh, por favor no digas nada. Nadie debe saber que he venido en secreto. - Me pidió, yo asentí eufóricamente.- He venido a encontrarme con alguien..
Sus mejillas se ruborizaron casi majestuosamente cuando dijo eso.
- ¿Alguien...? ¿Es acaso...?
Ella asintió, yo supe inmediatamente que había venido a ver a su prometido Damian Blackwood, un famoso actor, director y empresario con una inmensa industria de entretenimiento por heredar de su familia.
¡¿Ese Damian Blakcwood también estaba aquí?!
- Ten, esto es una pequeña disculpa por lo ocurrido antes. - Ella sacó un bolígrafo de la nada y firmó la servilleta de tela que me había ofrecido, entonces le dió un pequeño beso que quedó marcado. - Y un pequeño soborno para que no digas nada.
Me emocioné tanto que todo mi cuerpo estaba temblando ¡¿Cómo podría secarme el alcohol con la servilleta de Violette?!
Me sentí bendecida por primera vez en mucho tiempo, iba amostrárselo a León, Violette también es su actriz favorita así que reicbiría su envidia por el resto de la vida.
Pero León no estaba por ningún lado.
Es muy extraño, estaba detrás de mí ¿En qué momento desapareció?