La novia Elegida del Magnate
img img La novia Elegida del Magnate img Capítulo 5 Damian Blackwood
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Capítulo 6 Primera presentación img
Capítulo 7 Principio del fin img
Capítulo 8 Oscuridad img
Capítulo 9 Perdida img
Capítulo 10 Primera noche img
Capítulo 11 ¿Quién es ella img
Capítulo 12 El arte de seducir img
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Capítulo 5 Damian Blackwood

Ella sonríe, su delgada mano pálida deja un papel en reverso sobre mi mano - Eso debería ser suficiente para ti, ¿Verdad?

Debería ser ilegal tener tantos ceros en un monto...,pero todavía hay algo que se le hace extraño.

Dejando de lado la locura de aquel disparatado plan, era un ganar-ganar garantizado.

- Normalmente solo me contratan tipos para darle celos a sus novias o para tener algo de lo que presumir en un evento... Pero jamás me habían propuesto algo como esto antes..

En teoría, era algo sencillo... Y complicado al mismo tiempo.

- No es tan difícil. Solo necesito una amante para mi prometido. Una mujer que lo haga subir al cielo y luego lo deje caer sobre su propio rostro. Tú harás todo lo que yo te diga y él probará una cucharada de su propia medicina.

- Es una locura, entre tantas mujeres que lo persiguen ¿Se fijará en mí? - Intenté ser lo más realista posible, dada la situación. - ¿Y si me reocnoce o descubre nuestro plan?

- Yo puedo encargarme de que todo salga bien, Serena eres la única tan buena para disfrazarse como un camaleón. ¡Incluso pareces una persona promedio a pesar de tus orígenes humildes! - Honestamente ya no sé si eso es un halago o un insulto.

- Sí... No sé cómo debería sentirme al respecto con eso.

Pero los planes de Violette iban mucho más allá de lo que yo estaba pensando.

- ¿Cuál es la condición? - Aparto por un momento la hoja de papel. - No puedes querer darme esta cantidad de dinero sin condiciones, ¿Verdad?

Entonces esa mujer volvió a sonreír. - Es bueno que seas tan perspicaz... La condición es que solo recibirá el dinero una vez que termines el trabajo. Tendrás que esforzarte para eso y usar todas las herramientas que tengas a la mano... Incluso si eso incluye tu cuerpo.

Ahí estaba, el truco.

- Es imposible que no sepas sobre mi regla de no sexo. No puedo hacer eso.

- Lo sé... Es por eso que no voy a obligarte a aceptar si no quieres. ¿Pero no sería bueno para ti probar aquello con lo que solo te has atrevido a soñar toda tu vida? Incluso Te haré las cosas más fáciles... Yo me encargaré de todo para que tú solo tengas que verte bonita y aferrarte a Damian.

A medida que Violette continuaba implorando y con el rostro lleno de lágrimas y desesperación mi corazón de piedra empezaba a ablandarse. Aunque seguía un poco reacia y desconfiada, las súplicas de Violette estaban empezando a tener efecto.

Por no hablar de la absurda cantidad de dinero que había en juego.

- De acuerdo, de acuerdo. - dije finalmente, un poco vacilante. - Pero no prometo nada... Sólo dime lo que necesitas que haga.

...

Primer Acto.

Se abre el telón.

Una hora.

Llevo observando a Damian Blackwood desde una esquina con buena cobertura visual, con una copa ya vacía en la mano, pero ese hombre realmente lleva más de una hora hablando con todas las mujeres que lo rodearon apenas llegó, volviéndolo completamente inaseccible para mí.

Afortunadamente, la oportunidad de hablar llegó antes de lo pensado.

- ¿Ya decidiste con quien bailar esta noche, señor?

La dama tímida se ruborizó de las mejillas, una mujer muy hermosa, pero probablemente no lo suficiente como para engatusarlo. Y era que faltaba algo más que una belleza vacía con este tipo de hombres aparentemente impenetrables.

- La mujer que escoja será muy afortunada.

Por supuesto, todas quieren tener un encuentro cercano con Damian.

- Por favor, señoritas. Es bastante claro que el único afortunado voy a ser yo.

- Pfft.

Me cubrí la boca cuando voltearon a mirarme mal por haberme reído tras haber escuchado esa frase tan absurda y barata. Era obvio que a Damian solo le interesaba recibir atención de las señoritas y ya para nadie es una sorpresa que odie tanto a su prometida al punto de coquetear tan descaradmente en un espacio abierto.

- Usted y su familia son muy amables al organizar el evento de tal magnitud en beneficio a los más necesitados, se nota que hay mucho esfuerzo tras bambalinas este año.

- Sí, habría sido bueno que ellos estuviesen aquí para verlo. ¿No es verdad?- Dije, convirtiendome en el nuevo centro de atención.- Es un poco sosa también, pero supongo que los Blackwood nunca se han caracterizado por tener un buen sentido de la moda.

Intento verme lo mejor que puedo, postura erguida y refinada. Damian me mira desde los pies hasta la cabeza, como si estuviera decidiendo si vale la pena hablar conmigo o no, pero no le permití responder y volví a hablar:

- La decoración es tan espléndida como un museo: Un montón de objetos costosos e invaluables esparcidos por todos lados para que los asistentes los puedan observar. Por lo menos ellos lo usan para enseñarnos sobre diversas historias en el pasado, no para así tener algo de lo que presumir

¿Qué necesidad había de colocar un jarrón invaluable en la mesa de comestibles y un cuadro lujoso en la pared tras el cesto de la basura?

- Vaya, parece que tenemos a una decoradora experta aquí.

- Aparentemente más que usted sí, señor.

- Ya que parece que tienes las agallas suficientes para hablarme con esa lengua tan afilada espero que al meno sea consciente de quién soy yo... Y en dónde está parada usted.

Sonreí, pero la mirada de Damian era fuego puro, incluso sentía que me estaba quemando las entrañas.

¿Debería echarle un poco más de leña?

Damian es el tipo de hombres que adora recibir halagos por un mero interés sexual, es fácil de deducir cuando solo mira los pechos de las mujeres que le están hablando.

Una persona así no podría atraparse jamás con boberías cursis y románticas.

- Mis cimientos no están sobre una base de arena, mi señor. ¿Qué hay de los suyos?

- ¿Es eso un insulto o una amenaza?

De cierta forma, un poco gratificante ver cómo las mejillas se le ponen rojas de la furia.

Era similar a ver un bebé león que no había aprendido a ocultar sus garras todavía.

- Yo lo veo como un consejo, pero puede tomarlo como le parezca. A su salud, sir.

Las miradas desaprobatorias siempre tenían que concentrarse en un punto en común al final, ¿Quién más sería en ese momento de no ser por mí?

''Solo es una borracha, dejen que haga lo que quiera.''

Se escuchar decir a Damian para tratar de minimizar mi presencia y reducirla a nada.

Pero la sonrisa de la victoria no me quita del rostro.

                         

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