Capítulo 4 Por favor Braydon

Braydon mantuvo su silencio.

Irene respiró hondo, se armó de valor y dijo con firmeza: "Puedes hacer conmigo lo que quieras".

"¿En serio? ¿Cualquier cosa?", cuestionó Braydon.

Sin titubear, Irene respondió: "Absolutamente, siempre y cuando me ayudes".

Braydon extendió la mano, ayudándola a ponerse de pie, y sacó con cuidado su tacón atascado en una grieta.

Apoyándose ligeramente en sus hombros, Irene inquirió: "¿Eso significa que aceptas?".

Su respuesta fue un sutil asentimiento mientras la guiaba hacia su auto y le preguntaba: "¿Dónde vives?".

Al ver su elegante Mercedes negro, Irene apretó más fuerte el agarre. "¿Me has estado siguiendo?", preguntó.

Una mirada suya fue seguida por una sonrisa juguetona mientras se acomodaban en el auto. Braydon arrancó el auto y respondió: "Por supuesto. Estoy satisfecho con tu cuerpo, así que tenía que vigilarte".

El recuerdo de la noche anterior hizo que Irene se ruborizara, con una mezcla de vergüenza y confusión.

"Procura hacer ejercicio", dijo Braydon mientras conducían. "Ser mi pareja requiere un poco de resistencia física. ¿Dónde vives?".

"Villa Riverbend", respondió ella con las mejillas sonrojadas y los ojos cerrados. "Pero primero tenemos que pasar por la villa de la Familia Hudson".

Aunque la rutina de Irene solía incluir correr por la mañana, su apretada agenda apenas le dejaba tiempo para esas actividades. No era su resistencia la que faltaba; la resistencia de Braydon era simplemente abrumadora.

Al llegar a la villa de la Familia Hudson, Braydon estacionó el coche. Cuando Irene salió, él le dijo por detrás: "Si todavía te duele la vagina, considera usar un poco de pomada".

Sus palabras hicieron que las orejas de Irene se pusieran de un rojo intenso. Braydon era el único hombre con el que había tenido intimidad.

Fingiendo no haberlo oído, ella entró cojeando por el portón de la villa de la Familia Hudson. Al entrar en la sala, se encontró con la severa mirada de Kyra Hudson, la madre de Cade.

Kyra la miró de arriba abajo y le espetó: "¿Pasaste la noche con ese hombre, verdad?".

Dando un paso atrás con vacilación, Irene respondió: "Kyra, yo no traicioné a Cade. Fue él quien me traicionó a mí".

Kyra replicó: "Él y Dolores llevan más de dos años juntos. Si no fuera por tu interferencia, ya estarían casados".

Sintiendo una opresión en el pecho y un escozor en las palmas, Irene reconoció el nombre de Dolores James. Respondió con calma: "Si es así, le pediré el divorcio a Cade".

Irritada por el tono mordaz de su suegra, Irene frunció el ceño y añadió: "Cade fue infiel primero. Mi deseo de divorciarme está justificado. Después de todo, él ama a Dolores. Deberías alegrarte de que renuncie a mi papel de Señora Hudson".

"Irene, ahora tienes un papel más importante: complacer a Braydon", dijo Kyra, fijando su mirada en Irene y pronunciando cada palabra con dureza: "En cuanto al divorcio, olvídalo. Estás atada a Cade de por vida".

Hace dos años, cuando Damián cayó gravemente enfermo, los herederos Hudson comenzaron a competir por el puesto. Kyra estaba decidida a no ver a Cade flaquear en un momento tan crucial. Al mantener a Irene cerca, se aseguraba el apoyo de la familia Dixon, una ventaja estratégica en la batalla por la herencia de los Hudson. Y ahora que Irene había captado fortuitamente la atención de Braydon, no había forma de que Kyra la dejara ir.

Kyra siempre había detestado a Irene, en parte porque su propio esposo, Blaine Hudson, había cortejado en su juventud a la madre de Irene.

Para Kyra, tener a su hijo casado con la hija del antiguo amor de su esposo era particularmente molesto.

La obsesión de Blaine por las antigüedades y su falta de visión para los negocios significaba que Kyra a menudo tenía que intervenir para asegurar la herencia de Cade de la fortuna Hudson. Por lo tanto, estaba decidida a bloquear cualquier divorcio para Irene en ese momento.

Irene sintió que el corazón le temblaba al notar la determinación en los ojos de Kyra y apretó los puños.

"No creas que por estar con Braydon puedes escapar de nosotros. Los Scott no aceptarán a una divorciada entre ellos", dijo Kyra, mientras su atención se desviaba brevemente para ajustar las flores en un estante.

La tez de Irene se puso aún más pálida. "Ustedes lo sabían...".

"Así es. ¿Por qué crees que Cade se negó a intimar contigo?". Kyra ni siquiera se giró para mirar a Irene mientras su voz se volvía más fría: "Olvídate del divorcio, Irene. No te beneficiará. Y no uses a Braydon para vengarte de nosotros. No eres capaz de jugar ese juego".