Uno
Dos
Corre
Uno
Dos
Respira
- ¡SAMANTHA CUIDADO!
Me levanto desorientada mirando a todos lados, estoy en mí cuarto en el orfanato.
Tengo está pesadilla desde que cumplí los 16 hace unas semanas, me veo corriendo en el bosque mientras alguien me persigue y una voz en mí cabeza que me dice corre, que es peligroso, que debo huir.
Pero de ¿quién?
- Samantha apúrate que ya es tarde - me regaña la hermana Margarita.
Me levanto rápido y me encamino al comedor a desayunar.
Mi nombre es Samantha Rivas o al menos eso me dijeron. Tengo 16 años, vivo en un orfanato en el cual fui abandonada con solo unos días de nacida, no conozco mi historia, no sé nada de mí, solo sé que me dejaron aquí.
Desde entonces aquí vivo.
- Siéntate y come - me ordena.
El orfanato es un lugar grande, apartado de la ciudad, queda en un bosque en alguna parte de Londres es todo lo que se, ya que no dan mucha información en este lugar.
Me apego a mí rutina de todos los días: me levanto temprano, como, voy a clases, leo y duermo, solo coexisto. No tengo una vida muy social que digamos, he aprendido que sólo me tengo a mí misma, no confío en las personas ya que no tuve alguien a quien le importara que pasa en mí vida, solo hablo con mi compañera de cuarto Milly, es lo más cercano a una familia que he tenido, la cual me espera en el comedor guardándome un asiento.
- Ey ¿Dónde estabas? - me pregunta al sentarme.
- Me quedé dormida - le digo encogiéndome de hombros.
Prefiero guardarme las cosas y no le cuento sobre la pesadilla.
***
Luego del desayuno voy directo a clases, al entrar me siento junto a la ventana. La profesora de lenguaje Miriam empieza a hablar pero no le prestó atención, solo puedo pensar en aquella pesadilla.
¿Por qué tengo la misma pesadilla todas las noches?
¿Será alguna señal? ¿Un presentimiento?
¿Significará algo?
No tengo idea.
Estoy tan absorta en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando termina la clase, así que solo recojo mis cosas y me voy al jardín a leer para despejarme un poco.
Me siento mirando el paisaje, hay cierta belleza en la naturaleza, estar alejada del mundo, de la ciudad también tiene sus ventajas, me encanta mirar el césped, los árboles e imaginar cómo sería si tuviera una vida normal, con una familia que me ame.
Abro mi libro y empiezo a leer, es uno de mis pasatiempos favoritos, tampoco es que tenga muchas cosas que hacer aquí.
No llevo mucho tiempo leyendo cuando siento la mirada de alguien sobre mí. Volteo y lo veo, un chico alto, castaño, mirándome directamente con esos ojos verdes, al percatarse de mí mirada, voltea caminando rápido huyendo.
Cuando me doy cuenta ya estoy caminando en su dirección tratando de buscarlo.
¿Por qué me estaba mirando?
¿Quién es él?
¿Lo he visto en alguna parte?
No convivo mucho con los chicos de aquí nos mantiene separados excepto en actividades grupales y el comedor.
Giro a la derecha cuando veo que se dirige a la biblioteca, trato de seguirlo pero algo me detiene.