Capítulo 4 La cuenta

"¿Qué acabas de decir?". Owen se quedó inmóvil, atónito por las palabras de Stella. Sus ojos se abrieron con incredulidad, y toda esa arrogancia que había mostrado se desvaneció, dejando solo un atisbo de pánico.

Sus amigos, que estaban a su lado, soltaron una carcajada y empezaron a cuchichear.

"Stella, ¿tan desesperada estás por la atención de Owen que tienes que recurrir a un truco como este? Hay un límite para lo patética que puedes llegar a ser".

"¡Sí, claro! ¿Y tú quién te crees para hablar de dejarlo?".

"Owen te dedicó algo de su tiempo. ¡Deberías estar agradecida por eso!".

Stella no les prestó atención. Sin perder el ritmo, levantó el menú y empezó a pedir su comida, como si ninguno de ellos existiera. Cuando terminó, su mirada volvió a Owen, cuyo rostro estaba ahora pálido como un fantasma.

Lo miró con una expresión tan fría como el hielo y dijo: "¿Piensas quedarte ahí parado todo el día? Muévete, estorbas. Quiero disfrutar de mi comida".

No podía negarlo: solía pensar que Owen era atractivo. Hubo un tiempo en que su figura y sus ojos profundos la habían hecho acelerar el pulso. La historia que él le había vendido -la de un hombre humilde y trabajador- era lo suficientemente convincente como para hacerla sentir lástima por él. Pero estaba harta de creer en mentiras.

El tiempo lo había cambiado todo. Al verlo ahora, aturdido y acorralado, le resultaba imposible recordar qué le había atraído de él en un principio. Cualquier valor que creyó que él tenía había desaparecido hacía mucho tiempo.

La furia torció las facciones de Owen. Su mandíbula se tensó mientras luchó con fuerza para no explotar.

"Si así es como lo quieres, que así sea", espetó. "Pero no vuelvas corriendo cuando te arrepientas".

De inmediato, sus amigos saltaron a defenderlo.

"¡Sé realista! Owen podría tener a cualquier mujer que quisiera. ¡La gente mataría por una oportunidad con él!".

"Espera a mañana, ¡tendrá más cartas de amor de las que pueda contar!".

"Volverá arrastrándose antes de que él siquiera piense en ella".

Jenna se adelantó, con la voz cubierta de miel. "Stella, ¿por qué eres tan difícil? Solo di que lo sientes y todo se arreglará". Su mano se extendió hacia el brazo de Stella.

La repulsión brilló en los ojos de Stella mientras se apartó de un tirón.

Un destello de irritación cruzó el rostro de Jenna y, un instante después, sus piernas flaquearon, haciéndola caer al suelo. El sonido de su caída resonó por todo el restaurante. De inmediato, la sangre brotó rápidamente de una herida en su rodilla.

Alarmado, Owen se abalanzó hacia ella y la abrazó con fuerza, protegiéndola como si pudiera romperse.

Una ola de indignación recorrió al grupo.

"¡Increíble! ¿Cómo puedes ser tan fría? ¡Pídele perdón a Jenna ahora mismo!".

"¡En serio! ¡Estás amargada porque Jenna te supera en todo!".

Sin previo aviso, Stella soltó una risa. "Jenna, nunca te puse un dedo encima. ¿Qué hiciste, tropezar con tu propia sombra?".

Una mirada fulminante de Owen cruzó la habitación. "¡Todos vieron lo que hiciste! Si no te hubieras movido así a propósito, ella seguiría de pie. ¿Cómo puedes quedarte ahí sentada y mentir al respecto?".

Jenna se aferró a los brazos de Owen, con un aspecto tan frágil como una flor marchita. "Debe seguir enojada porque la acusé de robar mis resultados de investigación", susurró, con la voz temblorosa. "Owen..., ¿quizás deberías darle otra oportunidad?".

Owen respondió con una risa dura y amarga. "¿Otra oportunidad? Me rogará perdón antes de que anochezca. Así es como siempre termina".

Se había acostumbrado a los interminables esfuerzos de Stella por complacerlo, esperando que nunca se fuera de verdad. Por eso, descartó su arrebato como nada más que un ataque pasajero.

Con una voz como el hielo, Owen dio una orden: "¡Stella! ¡Levántate y tráele un botiquín a Jenna, ahora mismo!".

Justo en ese momento, el camarero llegó con sus platos. Stella apenas levantó la vista. Tomó los cubiertos y sus labios se curvaron en el más mínimo indicio de una sonrisa.

"Estoy a punto de almorzar", habló con un tono firme y distante. "Si Jenna necesita primeros auxilios, que la atienda quien la puso en esa situación".

El caos estalló alrededor de la mesa. Los amigos de Owen desataron un torrente de gritos, sus dedos apuntando a Stella como acusaciones.

"¿Eres siquiera humana? ¡Eres completamente despiadada!".

"¿En serio, Stella? Jenna está aquí, con dolor, ¿y tú te quedas sentada ahí, llenándote la cara?".

"¿Quién te crees que eres ahora? ¡Solías colgarte de cada palabra de Owen y ahora actúas como si ni siquiera existiera!".

"Sigues siendo la misma mujer basura de siempre, sin empatía, sin vergüenza".

Mientras los insultos volaban, Stella ni siquiera parpadeó. Owen apretó la mandíbula hasta que pareció doloroso. Agarrando a Jenna, se dirigió hacia la salida.

Pero antes de que pudiera avanzar mucho, el dueño del restaurante intervino, con dos guardias de seguridad a su lado. "No tan rápido", dijo, con un tono inflexible. "Todos ustedes deben pagar antes de irse".

Owen se giró bruscamente, con furia en los ojos. "¡Stella Gardner!".

Sin inmutarse, Stella siguió comiendo, con un tono tranquilo y casi divertido. "Llama a quien quieras. Yo no voy a pagar. La cuenta no tiene nada que ver conmigo".

Uno de los amigos se movió nerviosamente y murmuró: "Mejor dejémoslo... Quizás esté sin blanca, pero Jenna de verdad necesita ir al médico".

Otro añadió rápidamente: "Owen, esto no es nada para ti. Tu familia es rica. Solo paga y vámonos".

Congelado en su sitio, la ira de Owen dio paso a una humillación silenciosa mientras el sudor empezaba a perlarse en su frente.

Acurrucada en sus brazos, Jenna gimoteó suavemente, con los ojos llenándose de lágrimas: "Owen..., no soporto el dolor...".

Todas las miradas del restaurante se posaron sobre Owen, mientras se quedaba inmóvil, pequeño e incoloro bajo las duras luces.

Con un movimiento mesurado, Stella colocó su tenedor y cuchillo sobre la mesa y, por fin, lo miró de frente. Su tono era frío y burlón. "¿Qué pasa, Owen? No me digas que pagar la cuenta es demasiado para ti ahora".