Mírame
img img Mírame img Capítulo 3 El ultimátum
3
Capítulo 7 Entre la culpa y el deseo img
Capítulo 8 Espejismo de liberación img
Capítulo 9 Corazón en guardia img
Capítulo 10 Entre sonrisas y sombras img
Capítulo 11 El peso del silencio img
Capítulo 12 La primera vez que no elegí img
Capítulo 13 El día que perdí mi voz img
Capítulo 14 Diez minutos de silencio img
Capítulo 15 Manual para seducir al ogro img
Capítulo 16 Sol de invierno img
Capítulo 17 Pequeñas rebeliones img
Capítulo 18 Entre paciencia y desesperación img
Capítulo 19 Noches de improviso img
Capítulo 20 Entre sueños y responsabilidades img
Capítulo 21 Diagnostico equivocado img
Capítulo 22 Mentiras con tos img
Capítulo 23 Licencia para fingir img
Capítulo 24 La paz que nos merecemos img
Capítulo 25 Conferencia nocturna img
Capítulo 26 La noche de Antonella img
Capítulo 27 El instante que lo cambió todo img
Capítulo 28 Un gusto conocerlo señor orgasmo img
Capítulo 29 Fue un placer img
Capítulo 30 Sexo, culpa y delivery img
Capítulo 31 Las marcas del pecado img
Capítulo 32 Solcito y otros desastres img
Capítulo 33 Entre lágrimas y abrazos img
Capítulo 34 Tensión matrimonial img
Capítulo 35 Entre miedo y deberes img
Capítulo 36 Corazones agitados img
Capítulo 37 Palabras sucias img
Capítulo 38 Tartamudea y me gusta img
Capítulo 39 Confesión de una locura img
Capítulo 40 Tienes razón Marcus, la maestra es preciosa img
Capítulo 41 Directo al infierno img
Capítulo 42 Entre dos fuegos img
Capítulo 43 No voy contigo img
Capítulo 44 Invierno y verano img
Capítulo 45 ¿Celoso img
Capítulo 46 Habitación 607 img
Capítulo 47 Me apetece una ducha img
Capítulo 48 Toda la tarde contigo img
Capítulo 49 Inexperta img
Capítulo 50 Saludando a la maestra img
Capítulo 51 Sorpresa img
Capítulo 52 ¿Has practicado img
Capítulo 53 Una nota img
Capítulo 54 La cita img
Capítulo 55 Primeros latidos img
Capítulo 56 Susurros y secretos img
Capítulo 57 Cuando nadie vigila img
Capítulo 58 Eres una diosa img
Capítulo 59 Sombras de un matrimonio roto img
Capítulo 60 Cita en el supermercado img
Capítulo 61 ¿Quiero hablar contigo y tenemos que hablar es lo mismo img
Capítulo 62 Es que es tan guapo img
Capítulo 63 Subiendo el autoestima img
Capítulo 64 Cayendo en las garras del amor img
Capítulo 65 Vete de aquí img
Capítulo 66 ¿Dónde estás img
Capítulo 67 El abrazo img
Capítulo 68 parte celos... img
Capítulo 69 Dos semanas img
Capítulo 70 Solo tres días... img
Capítulo 71 Cirugía img
Capítulo 72 Contigo no, con ella si img
Capítulo 73 Lo siento...pero me enamoré img
Capítulo 74 Si él lo dice, así es img
Capítulo 75 Un gatito para Marcus img
Capítulo 76 ¿Te gusta el mar img
Capítulo 77 Prohibido vestirse img
Capítulo 78 Recuerdos img
Capítulo 79 ¡Basta! img
Capítulo 80 Agresiones img
Capítulo 81 Bromas img
Capítulo 82 La mejilla roja img
Capítulo 83 Fotografía en mi escritorio img
Capítulo 84 ¿Vienes por Marcus o por Antonella img
Capítulo 85 Paseo fallido img
Capítulo 86 Sorpresa sensual img
Capítulo 87 ¡Yes! img
Capítulo 88 ¿No planificas img
Capítulo 89 No me castigues más img
Capítulo 90 ¿Soy lo máximo img
Capítulo 91 Llamadas fantasmas img
Capítulo 92 ¿Vamos al parque img
Capítulo 93 Canciones en el auto img
Capítulo 94 Gritos perturbadores img
Capítulo 95 Mensajitos img
Capítulo 96 El vecino de Cinnia img
Capítulo 97 Ligas img
Capítulo 98 Una familia para Marcus img
Capítulo 99 Gracias Roberta img
Capítulo 100 Día de picnic img
img
  /  1
img

Capítulo 3 El ultimátum

Diego:

Una vez que Marcus desaparece de mi vista, me encamino rápidamente hacia la dirección, decidido a abordar con prontitud el tema que lo preocupa. Solicito una reunión con la maestra y mientras espero, me asaltan una serie de pensamientos. Me pregunto desde cuándo está sufriendo bullying y me duele no haberlo sabido antes. Reconozco que Ambra no es la madre más dedicada ni atenta, pero de ahí a permitir que maltraten a su hijo, hay un abismo que no logro entender.

«¿En qué clase de mujer se ha convertido?»

-¿El padre de Marcus De Luca? -escucho frente a mí, indicándome que es el momento de entender la situación con claridad.

-Así es... -respondo a la asistente. Me levanto de mi asiento y la sigo hasta su oficina. Dentro, solo veo el escritorio y yo.

-La maestra vendrá en un momento -dice antes de retirarse.

Con las manos en los bolsillos y la mirada perdida, espero hasta que una mujer de unos treinta años aparece.

Después de intercambiar saludos formales, rodea el escritorio y hace un gesto invitándome a sentarme.

Cumpliendo con su indicación, la observo mientras se sienta frente a mí y me estudia antes de comenzar a hablar después de unos segundos.

-Señor De Luca -comienza, captando mi atención-. Gracias por venir. Lo hemos convocado porque ha habido algunos problemas con Marcus. Algunos compañeros lo han estado acosando, llegando incluso a la agresión física -confiesa, haciendo que mi rostro palidezca.

Arrugo el ceño y sostengo su mirada, luchando por aceptar la realidad de lo que estoy escuchando: mi hijo sufre en casa con el desprecio de su madre y también aquí, a causa de unos niños malcriados.

-¡Resulta inaceptable que no me hayan comunicado esta situación tan grave! -exclamo, elevando el tono de voz.

-Señor De Luca, le ruego que mantenga la calma -responde, intentando mitigar la gravedad de la situación.

-¿Cómo espera que me tranquilice? Es mi hijo quien está sufriendo este calvario y ustedes no nos han dado aviso al respecto -replico con un toque de sarcasmo.

-Lamento decir que está equivocado -comenta con un matiz de incertidumbre-. Esta situación fue comunicada hace tiempo y hemos recibido respuestas esquivas. La última vez, la madre del niño nos informó que considera que fue un accidente aislado, que el niño debe madurar por sí mismo, y que ustedes no están criando a un...

-¿Un qué? -pregunto al ver que de repente se queda en silencio. Aunque sé que probablemente no me gustará la respuesta, la animo a seguir adelante.

-Un perdedor -responde ella con seriedad-. Y al parecer, usted no estaba al tanto de la situación.

-Lo siento... -digo, sintiendo vergüenza en mi rostro-. Creo que ha habido un malentendido.

-Quiero destacar que su hijo es un niño muy inteligente y admirable. A pesar de los desafíos que ha enfrentado, siempre muestra una sonrisa y demuestra un espíritu compasivo hacia los demás. Sin embargo, recientemente ha experimentado una disminución en sus calificaciones. Me ha expresado que siente temor de venir a clases, aunque intenta aparentar fortaleza.

-En cuanto a los agresores, ¿hay alguna novedad o desarrollo reciente respecto a su situación?

-Han sido sancionados, pero continúan en la misma clase con Marcus sin mostrar signos de comprensión.

-¿Qué me sugiere hacer?

-Personalmente, considero que sería beneficioso para Marcus cambiar de escuela, empezar de nuevo con nuevos compañeros que no estén al tanto de su situación. Quizás sería adecuado buscar un entorno escolar más pequeño y personalizado.

-Es irónico cómo la vida juega sus cartas. Marcus, un excelente estudiante con calificaciones sobresalientes, disciplinado, responsable y amable... -suspiro-, se ve obligado a cambiar de colegio, mientras sus agresores parecen salir airosos. Lo peor es que hoy es Marcus, pero mañana podría ser otro.

-Lo lamento, señor De Luca -dice, bajando la cabeza.

-Me llevaré a mi hijo -respondo, decidido

A las nueve de la mañana, Marcus está frente a mí con su mochila, mirándome confundido. Tomo su mano y empezamos a caminar hacia el auto estacionado frente a este prestigioso colegio, uno de los mejores de la ciudad. Aunque luché para que fuera admitido aquí, no siento tristeza al dejarlo; al contrario, experimento un alivio, un peso menos sobre mis hombros. Acomodo a Marcus en el auto y antes de partir, llamo a mi secretaria para reorganizar mis citas de pacientes, ya que tengo mucho por hacer en casa.

El reloj marca las nueve y cuarenta y cinco, y ya estamos entrando por la puerta principal de nuestro hogar. Roberta, nuestra asistente de varios años, saluda con afecto a Marcus, lo cual me reconforta profundamente. Ambra sigue en su habitación; parece que aún está dormida. Le pido a Roberta que acompañe a Marcus al supermercado, y ella me mira comprensivamente, entendiendo lo que sucederá después de que se vayan.

Subo los escalones de dos en dos, sintiendo la urgencia de resolver algo importante hoy. Al llegar a nuestra habitación, la que comparto con mi esposa, abro la puerta con brusquedad, provocando que Ambra se sobresalte. No comprende por qué su esposo, generalmente calmado, muestra esta inusual furia.

-¿¡Qué te sucede!? -pregunta enojada-. Me has asustado -logra decir antes de que me acerque y la tome por un brazo, sacándola de su tranquilidad.

-¿¡Por qué diablos no me habías contado lo que sucede con nuestro hijo en el colegio!? -grito con una ira que desconocía en mí.

-No sé de qué estás hablando -responde, intentando aparentar desentendimiento.

-¿No lo sabes? -pregunto, agarrando su mandíbula con toda la rabia y dolor acumulado, forzándola a mirarme a los ojos.

-¡Suéltame! Me estás haciendo daño -logra decir.

-¡Y tú me lastimas comportándote así con nuestro hijo! -exclamo, dolido, soltando su rostro, consciente de que no soy un monstruo.

-No entiendo de qué hablas.

-Del bullying que le hacen en el colegio.

-Ah. Es eso. Creí que era lo mejor, debe hacerse hombre.

-¿Hacerse hombre? ¡Tiene seis años!

-Amor...

-Lo siento, pero -digo, antes de que me envuelva con sus palabras bonitas-, si no cambias con Marcus...

Rápidamente, antes de que termine de hablar, Ambra se arrodilla frente a mí, suplicando por una oportunidad. Esta situación me enfurece aún más de lo habitual, ya que anhelo que cambie por ella, por Marcus y, al final, por mí.

-¡No quiero escuchar más! -exclama entre lágrimas-. No puedo vivir sin ti, mi amor.

-Este es un ultimátum, ya lo sabes... Si no veo un cambio de actitud hacia nuestro hijo, me veré obligado a dejarte. Me iré de la casa para siempre y no habrá marcha atrás. Perderás a tu hijo y a tu esposo -concluyo firmemente.

Dejo a Ambra llorando en el suelo de nuestra habitación y salgo rápidamente antes de que intente manipularme, como suele hacer.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022