Llevarse al hijo del magnate
img img Llevarse al hijo del magnate img Capítulo 8 ¿Cuándo piensas contárselo todo
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Capítulo 9 Partida img
Capítulo 10 Aceptación img
Capítulo 11 Una vez estuvo embarazada img
Capítulo 12 Su prima img
Capítulo 13 Esa fatídica noche img
Capítulo 14 Una familia de tres img
Capítulo 15 Es una buena chica img
Capítulo 16 Te extraña mucho img
Capítulo 17 ¿Qué le pasaba hoy img
Capítulo 18 El escenario perfecto img
Capítulo 19 Buscando trabajo img
Capítulo 20 Asistente del jefe img
Capítulo 21 Arreglándole el pelo img
Capítulo 22 Nuevo trabajo img
Capítulo 23 Ser su modelo img
Capítulo 24 Un nuevo tipo de relación img
Capítulo 25 Estás enamorado img
Capítulo 26 Debería mudarme img
Capítulo 27 No me mudaré img
Capítulo 28 Por qué debería esconderme img
Capítulo 29 Una bonita visita img
Capítulo 30 Su hermanastra img
Capítulo 31 Cásate conmigo img
Capítulo 32 Cena de equipo img
Capítulo 33 Nos volveremos a encontrar img
Capítulo 34 No me malcríes img
Capítulo 35 Una elección atrevida img
Capítulo 36 Un peón en su búsqueda de ascenso img
Capítulo 37 Volviendo a ver a su exmarido img
Capítulo 38 Fotos img
Capítulo 39 Estoy enfermo de amor img
Capítulo 40 ¿Me amas img
Capítulo 41 ¿No debería tener al menos una oportunidad justa img
Capítulo 42 Muestra de afecto img
Capítulo 43 Pasión en su despacho img
Capítulo 44 A Un hombre enamorado img
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Capítulo 8 ¿Cuándo piensas contárselo todo

La llamada de Tricia llegó al instante.

"¿Por qué volviste a escondidas sin avisarme? Creía que no volverías hasta dentro de dos meses. ¿Luc está contigo? ¿Se quedan aquí ahora o es solo una parada rápida? ¿Dónde estás, por cierto? ¡Pasaré después del trabajo y te arrastraré a cenar!". Habló de un solo aliento, con voz lo bastante fuerte como para que Derek la escuchara.

Allison, demasiado agotada para guardar las apariencias, respondió con voz breve: "Los planes cambiaron. Tuve que volver antes. ¿Podrías ayudarme a poner mi apartamento a la venta? Necesito venderlo rápido; solo consígueme un precio decente".

La red de contactos de su amiga se extendía por toda la ciudad, así que si alguien podía vender el departamento rápido, era ella.

Tricia no dudó, asumiendo que la otra estaba lista para cerrar ese capítulo.

Allison sujetó con fuerza el celular, cuidando de no decir demasiado, pues no quería que su amiga le hiciera preguntas a las que no estaba preparada para responder. "Luc tiene fiebre. Es todo lo que puedo soportar ahora mismo. Dame unos días y luego nos pondremos al corriente".

El tono de Tricia se suavizó. "¿Está bien? Quizás debería ir a verlos", expresó.

"Solo es un resfriado", respondió la otra. "Ya vimos al médico, así que no tienes que preocuparte. Solo necesito un poco de tranquilidad por ahora, pero te llamaré pronto".

Al percibir su agotamiento, Tricia insistió: "De acuerdo, pero cuídate, ¿sí? Y si necesitas algo, no dudes en llamar".

Más tarde, cuando Allison entró, Lucas corrió directo hacia ella y le rodeó el cuello con los brazos. La mujer se arrodilló, abrazándolo con fuerza contra su pecho y sintiendo cómo algunas de sus preocupaciones se desvanecían mientras sus pequeñas manos se aferraban a ella.

"¿Dónde estabas, mamá?", preguntó el pequeño, con la voz temblorosa mientras intentaba contener el llanto.

"Volví a mi antiguo apartamento por un rato", respondió su madre, acariciándole el cabello.

El niño se inclinó hacia ella y le susurró: "¿Puedes llevarme allí cuando me sienta mejor? Realmente no quiero quedarme en este lugar".

Derek escuchó cada palabra, pero se mantuvo a distancia, dejándolos tener su momento.

Allison sentó suavemente a Lucas en el sofá, dándoles a ambos un poco de espacio para respirar. "Esta casa es maravillosa, ¿no es así? Las habitaciones son enormes, hay más juguetes de los que puedas imaginar y la cocinera prepara la comida más deliciosa. Quizá podamos acostumbrarnos, al menos por un tiempo".

Él apoyó la mejilla contra su brazo y dijo con voz baja pero inquebrantable: "Solo quiero estar donde estés tú. Si te quedas aquí, yo también me quedaré".

Más tarde, en el jardín, Derek se encontraba de pie con las manos metidas en los bolsillos. "¿Cuándo piensas contárselo todo?".

Esperaba que Allison diera la mala noticia, que fuera ella quien decepcionara al pequeño.

Pero ella sacudió la cabeza. "No mientras siga indispuesto. Primero tiene que mejorar".

La mirada de él se posó en la casa. "¿Has considerado lo que te sugerí antes? ¿Quedarte un tiempo, solo hasta que se acostumbre?".

"Lo he pensado", admitió la mujer. "Cuando esté sano, lo llevaré al preescolar. Nuevas rutinas, nuevos amigos... eso debería ayudarlo a acostumbrarse. Después de un par de semanas, apenas notará mi ausencia".

Esos días le darían tiempo para ordenar sus sentimientos, encontrar trabajo y concretar la venta de su apartamento. Esperaba que Lucas se acostumbrara a su nuevo mundo.

Derek asintió, con clara aprobación. "Te pagaré durante todo el período de transición, y los dos millones que te ofrecí la última vez siguen siendo válidos".

Allison sonrió levemente y sacudió la cabeza. "Nunca crie a Lucas a cambio de dinero, y nunca quise nada de su familia".

El hombre entornó un poco los ojos, escrutando su rostro.

Ella explicó rápidamente: "Por favor, no lo tomes a mal. No espero que me pague nada en el futuro, y no voy a aparecer por aquí pidiendo visitas. Solo permite que me llame a veces, si quiere. Eso es todo lo que te pediré".

Derek relajó su postura, satisfecho con esa respuesta.

"Todavía tengo sus papeles de tutela", agregó Allison. "Cuando se sienta mejor, volveré a Blirson y te transferiré todo de manera oficial".

Derek aceptó esto con un asentimiento, sin sorprenderse.

La oferta anterior de dos millones no había logrado conmoverla, y él supuso que estaba siendo difícil. Ahora, resultaba que era bastante razonable.

Esa noche, Lucas se acurrucó junto a su madre. Sus mejillas seguían enrojecidas por la fiebre, y ella no tuvo el valor de negarse, así que los cubrió a ambos con una manta.

Con las luces tenues y la casa en silencio, se susurraron en la seguridad de su pequeño refugio.

Era el primer momento que tenían para ellos solos desde que abandonaron Blirson.

El pequeño apoyó el rostro en el hombro de Allison. "Mamá, ¿ese hombre es realmente mi papá?".

Ella había esperado poder esperar un poco más antes de tener esta conversación, pero ya que él había preguntado, decidió ser honesta.

"Sí, es tu padre", respondió, con voz suave.

Lucas vaciló, buscando su rostro en la penumbra. "¿Entonces por qué no están juntos? ¿Por qué quiere que me quede con él ahora?".

Allison recurrió a una historia que él pudiera recordar. "¿Te acuerdas de la gatita blanca y pequeña que encontramos en el callejón la primavera anterior?".

El niño frunció el ceño, pero asintió con la cabeza. "¿La que alimentamos todos los días...?".

"Esa misma", confirmó ella. "¿Recuerdas cómo la cuidamos durante casi una semana y luego la vecina de la manzana de al lado vino a buscarla?".

Lucas recordó de inmediato. "Dijo que era su gata y que se había alejado demasiado para volver a casa por sí misma".

Allison sonrió, apretándole suavemente la mano. "Tú le construiste esa camita con tus camisetas viejas y te dio mucha pena dejarla ir cuando vino la vecina".

A Lucas le apareció en la mente aquella gatita y su pecho se contrajo. "Ella tenía un hogar. Esa era su verdadera familia, no yo".

Soltando un suspiro silencioso, la mujer continuó: "Durante días, aquella anciana buscó por todos los rincones, desesperada por encontrar a su mascota después de que se perdiera".

Atrayéndolo más cerca, esperó hasta que sus miradas se encontraron.

"Tienes que escuchar esto, Luc. Hace mucho tiempo, tu padre te perdió por accidente, y yo fui quien te encontró. Te crie con todo mi amor. Ahora que él ha vuelto, es mi turno de dejarte ir para que te reúnas con él. ¿Entiendes?".

El pequeño le dio vueltas a sus palabras en la cabeza, y la confusión se dibujó en su rostro. Su tono suave y sus ojos tristes le indicaron que se trataba de algo serio.

Las lágrimas amenazaron con brotar, pero las reprimió. "Mamá, todavía no entiendo por qué las cosas tienen que cambiar".

La verdad siempre encuentra su camino hasta el corazón de un niño, sin importar cuán joven o viejo sea, y nunca deja de dejar una marca.

Aunque Lucas siempre había actuado con una madurez impropia de su edad, esta vez no iba a tener el lujo de contar con tiempo extra para ordenar sus sentimientos.

Allison buscó su mirada con determinación y dijo con voz tranquila pero inquebrantable: "Luc, escucha con atención. Yo no te traje a este mundo; te encontré. Como no podía tener un bebé, me quedé contigo y fingí que era tu madre. Tu verdadero padre nunca dejó de buscarte. No fue porque no te amara, sino porque no podía encontrarte, ya que yo te mantuve escondido".

Forzándose a mantener la compostura, logró agregar: "Yo soy la única culpable aquí".

Contuvo las lágrimas con todas sus fuerzas, desesperada por mantener la voz estable por el bien del niño.

Ahogando un sollozo, Lucas sacudió la cabeza. "¡Eso no es verdad! ¡Tú eres mi mamá! ¡Tienes que serlo de verdad! ¡Tú fuiste quien me trajo al mundo!".

Dándose la vuelta rápidamente, Allison se secó las lágrimas y continuó, haciendo todo lo posible por interpretar el papel que todos odiarían: "Pasé cuatro años criándote, gastando casi cada centavo. Pero ahora no puedo permitirme seguir manteniéndote. Tu padre cuidará de ti y te dará todo lo que quieras".

El rostro del pequeño se contrajo de dolor y rabia. Intentó lanzarse a sus brazos, pero la otra lo contuvo. "¡No lo quiero! ¡Te quiero a ti!".

Ella mantuvo sus facciones rígidas, ocultando cada grieta en su corazón.

"Piensa en los vecinos de abajo", dijo. "¿Recuerdas cómo hablaban a mis espaldas? Siempre diciendo que yo era la mujer divorciada con un hijo, que nadie querría casarse conmigo por tu culpa".

Imitó sus palabras, con un tono frío y duro. "Solían decir: 'Tu mamá aún es joven y guapa. Si no fuera por ti, ya se habría vuelto a casar. Incluso a Fred Hardy le gusta, pero es un poco viejo; tiene treinta y nueve años. ¿Te gustaría tener un hombre así como tu nuevo papá?'".

Aquel recuerdo ardió en la mente de Lucas, que recordó haber escupido con disgusto, pensando en lo desaliñado y tosco que era Fred Hardy. Su mamá se merecía algo mejor que eso.

El tono de Allison se volvió severo, y su suavidad desapareció. "A partir de ahora tengo que trabajar. Necesito mantenerme por mí misma".

Lucas se derrumbó por completo, sollozando con más fuerza, creyendo que realmente lo estaba abandonando.

Cuando Allison se negó a abrazarlo, golpeó la manta con los puños. "¡Odio todo esto! ¡¿Por qué papá no puede cuidarte también?!".

En ese momento, Derek entró en la habitación, vestido con una pijama, escuchando la desesperada súplica del niño.

                         

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