Se embarazó de un mafioso e hizo que su ex se arrepintiera
img img Se embarazó de un mafioso e hizo que su ex se arrepintiera img Capítulo 5
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Capítulo 5

El timbre de la puerta sonó. Amelia miró la pantalla y vio a Kellan de pie abajo.

Estaba a punto de rechazarlo, pero se detuvo al ver que él sostenía un anillo de plata familiar colgado de una delgada cadena.

Su corazón dio un vuelco al instante.

Había buscado ese anillo por todas partes después de la gala.

Era lo único que sus padres biológicos le habían dejado.

Sin otra opción, bajó las escaleras.

Kellan no perdió tiempo y le soltó de una: "El niño que estás esperando es mío, señora Fuller".

El pulso de Amelia se aceleró. Lo miró con cautela, sorprendida de que él la hubiera encontrado tan rápido.

Su voz era fría. "Pero no cualquiera puede dar a luz a mi heredero".

La amenaza en su tono hizo que se le erizara la piel. Sintió el impulso de escapar.

Kellan entendió al instante lo que ella quería hacer y la arrinconó contra la pared con un movimiento fluido.

Atrapada, Amelia se protegió el vientre y lo miró con desafío. "¡Este es mi bebé, señor Hayes!".

Él arqueó una ceja y la escudriñó con sus ojos penetrantes. "Ciertamente tienes una cara muy bonita. Pero tienes un pésimo gusto para los hombres. Divórciate de él y cásate conmigo".

Amelia abrió la boca de par en par. Se preguntó si había escuchado mal.

Al ver su incredulidad, Kellan frunció el ceño. "¿Qué, planeas que mi hijo llame papá a otro hombre?".

Le tomó varios segundos procesarlo.

Él estaba reconociendo al niño.

Aun así, se negó. "Me divorciaré de Eduardo, pero no me casaré contigo. Este bebé solo es mío".

La sorpresa destelló en los ojos de Kellan al ver que alguien se atrevía a rechazarlo. "Te recuerdo que el niño también es mío en parte".

Amelia se negó a retroceder. "Yo soy la que está embarazada y seré quien sufra el parto. Tú contribuiste con unos pocos segundos de esfuerzo que ni siquiera notaste. ¿Cómo dices que este bebé es parte es tuyo?".

Se soltó, le arrebató el anillo de la mano y corrió de vuelta arriba.

La puerta se cerró de golpe, dejando su respuesta final en su cara.

Kellan miró la puerta cerrada. Sin ira, solo una determinación aún más fuerte.

Amelia sabía que él no se rendiría fácilmente, pero apartó el pensamiento y abrió la transmisión en su teléfono.

En esta se mostraba el lanzamiento del nuevo producto del Grupo Wayne.

Eduardo estaba en el escenario con una sonrisa de oreja a oreja. "Ahora, permítanme presentarles un corto que captura el encanto único de nuestra colección 'Viajero'".

Todos los invitados se volvieron hacia la enorme pantalla.

Un segundo después, fotos explícitas de Eduardo besando a Josie estallaron en ella.

Todos los mayores de la familia Wayne se pusieron furiosos y Josie se puso pálida como un papel.

Antes de que el hombre en el escenario reaccionara, más imágenes incriminatorias siguieron en rápida sucesión.

Los flashes de las cámaras estallaron como un espectáculo de fuegos artificiales.

"Señor Wayne, ¿reconoce haber traicionado y abandonado a su esposa?".

"Se rumorea que su matrimonio está muerto desde hace años. ¿Esta es su confesión pública y anuncio de divorcio?".

Desde su apartamento, Amelia observaba el caos que había orquestado y finalmente saboreó la venganza.

Pero sintió algo diferente.

Luego comenzaron a llegar las alertas financieras.

"Las acciones del Grupo Wayne caen al límite inferior en la campana de apertura tras el escándalo del fundador".

"Última hora: El mayor socio, Macro Capital, termina todos los acuerdos con efecto inmediato".

"El Grupo Skyline, Inversiones de Largo Alcance y otros siete grandes socios se retiran simultáneamente de los proyectos de Wayne".

Ella solo había planeado arruinar la reputación de Eduardo y forzar el divorcio mediante presión pública. Pero esa era la ruina total.

Un mensaje iluminó su pantalla. Era de Kellan. "Considera la caída del precio de las acciones como parte de mi sinceridad".

Luego otro mensaje llegó al instante. "Alguien acaba de entregar un paquete en tu puerta. Dentro de tres días, ven a la cumbre de inversión a mirar el espectáculo. Creo que cambiarás de opinión".

Amelia abrió la caja. Dentro había una insignia de metal grabada con un águila en vuelo: el pase para la cumbre exclusiva.

Debajo descansaba un exquisito collar de diamantes rosados claramente hecho a medida.

Una tarjeta con una escritura audaz y autoritaria decía: Solo joyas únicas son dignas de ti.

Dentro de la oficina de Wayne, el ambiente nunca había sido más sombrío.

"¡Descubran quién está detrás de esto! ¡Ahora!". Eduardo lanzó un vaso de cristal contra la pared mientras llegaban avisos de cancelación. La empresa estaba al borde del abismo.

Josie lo rodeó con sus brazos calmándolo: "No te preocupes, querido. Ya encontré un salvavidas. En dos días habrá una cumbre de inversión. Mi tío dice que un poderoso fondo extranjero busca nuevos mercados. Logré asegurarnos la entrada".

Eduardo la atrajo hacia él diciéndole: "Siempre cuidas de mí".

Acurrucada contra su pecho, Josie ocultó su propio pánico.

Había usado todos sus contactos solo para conseguirles la entrada. En aquel momento todo dependía de esa noche.

            
            

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