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Leandro abre la puerta y con cara de sorpresa, nos hace entrar.
Una vez dentro de la comodidad de su hogar, me besa las mejillas repetidas veces y acto seguido, saca a Josh del cargador para mimarlo.
-¡Qué bello y grande está mi sobrinito! -exclamó entre risas mientras le daba besos a mi niño por todo el rostro.
Yo solo atiné a reír con tern