Amor Después del Matrimonio
img img Amor Después del Matrimonio img Capítulo 5 Viaje, y de nuevo solo.
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Capítulo 6 Conversaciones incómodas. img
Capítulo 7 Ella, pasarela y fiesta. img
Capítulo 8 Alojamiento nocturno. img
Capítulo 9 Mensaje img
Capítulo 10 Conociéndote. img
Capítulo 11 Salida en pareja. img
Capítulo 12 Él y parque de atracciones. img
Capítulo 13 Atracción incontrolable. img
Capítulo 14 Tercera cita y llegada. img
Capítulo 15 Mentiras. img
Capítulo 16 Dudas. img
Capítulo 17 Perfecta. img
Capítulo 18 Rumor. img
Capítulo 19 Infidelidad. img
Capítulo 20 Discusión. img
Capítulo 21 Decepción y lágrimas. img
Capítulo 22 No me abandones. img
Capítulo 23 Promesas y ya no te amo. img
Capítulo 24 Divorcio no dado. img
Capítulo 25 Perdóname. img
Capítulo 26 Ayuda de amigos. img
Capítulo 27 Desaparecer. img
Capítulo 28 Último plan. img
Capítulo 29 Para ti. img
Capítulo 30 Empresa. img
Capítulo 31 Epílogo. img
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Capítulo 5 Viaje, y de nuevo solo.

Capítulo 4: Viaje, y de nuevo solo.

Connor Jones.

No hay vuelta atrás, la boda se ha realizado, el sí se ha proclamado pero... ¿por qué siento que acabo de cometer el peor error de mi vida? ¿Por qué el vacío invade a mi corazón? ¿Por qué temo que lo que me depara en el futuro me destruya completamente?

Mi mente es invadida por distintos pensamientos vacíos, dañinos y llenos de remordimiento, no dejo de pensar que debí ver por mi y no por ella, así arriesgara su felicidad pero debí decir no, por mi bien, el de ella y de nuestro futuro, el cual aseguro será envuelto en problemas, pero ya es tarde para arrepentirse es mi momento de fingir una felicidad que no me envuelve en realidad.

Sonrío falsamente al salir de mis pensamientos tomando la mano de Dakota, comenzado así la salida de los "novios" de la iglesia. Todo este espectáculo me desagrada, yo anhelé que todo haya sido privado, que los invitados solo hayan sido nuestras familias y conocidos más cercanos. En cambio solo observo a mí alrededor rostros desconocidos, que me miran con felicidad falsa, obteniendo su felicitación por la unión, una muestra de educación más que de emoción ante el acontecimiento.

No pude evitar avanzar más rápido hacía la limusina que nos espera en la entrada de la iglesia, este día me está superando -y matando-, necesito alejarme de tanta felicidad falsa, de tanta sonrisas hipócritas, de tantas mentiras que rodean este ambiente, de tanto... ¿dolor?

Dejo de pensar al sentir en mis dedos la manilla de la limusina, no pude evitar sentir sorpresa, tan centrado estaba en mis pensamientos que no me percato que mi cuerpo involuntariamente se dirige a la limusina.

-¿Connor? -me pregunta Dakota a mis espaldas, su tono de voz es envuelto por confusión, y no me extrañó que lo este, quedarme varios minutos tomando la manija del vehículo y no abrirla es para estar desconcertado.

Volteo un poco el rostro para mirarla a los ojos y regalarle una sonrisa de tranquilidad falsa, la cual ella devuelve con felicidad real y pura -sin haber notado mi falsedad-, haciendo que sienta culpa por estar engañándola de esta manera, fingiendo algo que no siento. Dejo de mirarla y sacudo mi cabeza para después halar la manija del auto hacia mí, haciéndome a un lado para que Dakota ingrese y después yo imite su acción para dirigirnos al sitio donde se lleva a cabo la fiesta de celebración por el casamiento.

En el camino Dakota habla de muchos temas triviales que no llamaron mi absoluta atención, solo asiento y la miro unos momentos para que piense que tiene mi total atención pero en realidad mi mente se haya perdida en todo lo acontecido -como en el resto del camino-, es sorprendente que esto haya ocurrido, que haya dicho el 'si' sin arrepentirme, que todavía me encuentre a su lado y no esté en un estado de ansiedad. Es impactante que no esté en ese estado pero no evita que persista el pensamiento de que esto es un gran error.

-Señores Jones, hemos llegado -avisa él chófer saliendo del vehículo para abrirle la puerta a Dakota, mientras yo abro la del lado contrario al de ella, saliendo en el proceso.

Mis ojos presencian la estructura del club que se levanta ante mí, su elegancia y sofisticación me incomoda demasiado. Esto no es lo que anhelé, todo es un completo desastre, tantas preguntas aturden y sofocan a mi mente sin yo poder contrarrestarlo.

-¡Vamos, Connor! -exclama con felicidad tomando mi mano, guiándome hacia la entrada del sitio.

Toda la habitación donde se lleva a cabo la fiesta se encuentra decorada con gamas de dorado y distintos tonos de azul.

-Elegí azul porque sé que es tu color favorito -menciona tomando mi brazo y mirándome con adoración.

-Mi color favorito es el rojo, Dakota -murmuro perplejo ante aquello, procurando de que haya sido más para mí que para ella.

-¿Dijiste algo, Connor? -ladea su rostro con el ceño ligeramente fruncido, tratando de hacer el amago de citar mis palabras susodichas.

-Nada Dakota, entremos ya -le tomo de la mano recobrando la compostura y nos encaminamos a la mesa donde se sitúan nuestros asientos.

Los invitados ingresan poco a poco en el club tomando sus respectivos asientos o simplemente se quedan charlando entre sí. No espero la hora en que todo esto se acabe de una maldita vez, los invitados cada vez son más y más, lo cual me desespera y creo que llagaré en un trance de ansiedad incesante, pero no es así. Por los momentos.

Los minutos y segundos los veo interminables e infernales como si no estuvieran a mi favor ya que, cada vez que necesito de mi espacio personal y trato de procesar todo lo que ha ocurrido hace unas horas, pero cada vez que lo intento llega alguien a interrumpir mis pensamientos, en este caso son los fotógrafos; en el cual tengo que posar junto a mi esposa con una sonrisa forzada en complacerla a ella y a los demás presentes. Sintiendo ellos una felicidad que yo no emita en mí.

Por algún momento pienso que esto es lo que me hace feliz, me conlleva a fortalecer lo que tengo con Dakota hace cuatro años -objetando que fueron unos años maravillosos para mí y como para ella-, sin embargo, creo que me equivoqué al respecto del "matrimonio".

Tuve una perspectiva en la que se basaba en que sería feliz -como ya he mencionado-, se fortalecería más nuestra relación pero... ¿quién carajos dijo que casándose se fortalece una relación... inconformable? por así justificarlo; no hallo como mencionar e etiquetar mi relación con ella.

-¿Connor, podemos hablar en... privado? -mi madre me saca de mis pensamientos tan cavilares. Su vista se encuentra fija en Dakota, la cual no se ha percatado de que mi madre se encuentra allí.

Asentí de inmediato.

-¿Ocurre algo, mamá? -pregunté cuando ya nos hemos alejado de la mesa en donde estaba anteriormente.

Procure de que nadie se encuentre a nuestro alrededor, pero en efecto, nadie se encuentra allí, a lo que me tomo en cuenta que el centro de atención es la novia mientras el novio -es decir yo-, se encuentra ausente en su celebración de boda.

-¿Qué ocurre contigo, hijo? -Inquiere mi madre con una mirada seria y con el ceño ligeramente fruncido-. Me he percatado de tu desanimo e desconcierto en toda la celebración.

¿Cómo puedo responder a la pregunta de mi madre? ¿Cómo puedo otorgarle una respuesta coherente sin que mis palabras sean bruscas e insensibles? No tengo respuesta para aquello, por lo que opte lo que pensé y salió de mis labios primero:

-Creo que he cometido un error en mi vida, mamá. En realidad no sé como sobrellevar eso. Todo esto... -Hice un ademán con la mano, señalando todo el exuberante y sofocador lugar-. No sé qué hacer...

-Connor... ¿te casaste con ella para complacer su felicidad sin interponer la tuya? -No respondí por lo que mi silencio le otorga mi respuesta-. Hijo... ¿la amas o no la amas? Cuando tengas una respuesta para esa pregunta sabrás lo que has hecho... en fin, felicidades, Connor -Me felicita nuevamente y cuando se dispone a dirigirse donde se encuentra mi padre voltea a verme nuevamente-. Yo me case con tu padre porque sabía que él era el correcto, porque lo que siento aquí... -Señala su corazón-. Y te diré mi querido Connor; no lo sentiré por nadie más.

Y si más palabras que decir -y sin responder-, se fue hacia donde esta mi padre el cual la recibe con una sonrisa deslumbrante.

Todo en mi mente quedo en su sepulcral silencio, los invitados en mi alrededor desaparecen cada vez -no sé si agradecer a mi mente o aterrarme un poco-, lo único que se hace presente es mi presencia; una presencia vacía y confundida por el gran -error- paso que había cometido.

Solo somos mi mente vacía, confundida y yo, hace acto de presencia en un lugar apartado de la celebración de mi boda... y de mi esposa. ¿Por qué se me hace tan difícil pronunciar esas simples palabras, unas palabras que la puede decir cualquier esposo pero... yo no, por qué?

-Mierda, ¿por qué no puedo llamarla de esa manera Dios? -me pregunto así mismo sabiendo que no tendría respuesta propia.

Resople, exhale y suspire diez veces seguidas tratando de no perder la cordura y caer en un estado de ansiedad.

-¿Connor? ¡Connor! -Habla Dakota e inmediato me di la vuelta para encalarla con una sonrisa forzada, lo cual ella no se percata-. Amor... ¿estás bien? Te veo... ¿distraído? -asentí-. Bien. Amor, vamos a bailar para después terminar y cortar el pastel. Ya pronto se acaba la celebración y podremos tener un tiempo a solas.

Lo último lo dijo coqueta y beso mis labios para arrastrarme de nuevo hacía el centro del club, donde ya suena una canción lenta y las luces se proyectaron hacia nosotros haciéndome fruncir el ceño.

Esto no es lo que yo quería. No es nada lo que tenía en mente.

Sin pensar más situé una mano en la espalda baja de Dakota y la otra la entrelace con la mía lo cual ella situó su mano libre en mi hombro, nuestros cuerpos se juntaron y no pude ocultar un poco de incomodidad hacia ello. Me siento incomodo, pero no estuvo a flote en ese momento, no quiero arruinar la felicidad de Dakota.

Nos movimos al compás de la música, o eso es lo que suponía mi mente. Pero aún así los presentes no dejaron de aludirnos por nuestro matrimonio.

(...)

La boda terminó en éxito -lo cual agradezco demasiado-, nos tuvimos que ir del club ya que, nos espera una "gran" luna de miel que ni siquiera sé en donde se llevaría a cabo, por lo menos sé que no es fuera de la ciudad-eso también lo agradezco-. Según Dakota es uno de los mejores lugares para pasar unas noches románticas, de todos modos no le recrimino ante ello sin consultarme, me da igual.

Al momento en que se había acabado la celebración tuve que besar a Dakota, asegurándole a los invitados que nuestro matrimonio sería el mejor de todos -si eso es un matrimonio estable-, pero cuando nos besamos no sentí nada, es como si mi alma haya abandonado mi cuerpo por unos minutos sin hacer acto de presencia entre la multitud de gente.

No me impresionó que Dakota quisiera terminar la celebración temprano, me da igual lo que ella hiciera -en cierto punto-, aunque no le mostré mi actitud de indiferente para lastimarla. No quiero verla destrozada por mi actitud en su día maravilloso -porque no es mi día-. La complacía apartando mi "felicidad" por la de ella y no sé si eso podría afectarme en cierto punto, hasta que lo supiera.

Las palabras de mi madre volvieron hacer acto de presencia, pero lo que más me sofoca es la pregunta que no le tengo respuesta alguna... ¿Será que amo a Dakota, sí o no? No lo sé, nadie sabe si amo o ame a la mujer que está a mi lado, ansiosa y feliz por haberse casado con el amor y hombre de "su vida".

No lo sé y tampoco se lo diré. Aún no, no hoy. O tal vez nunca.

La limusina que nos trajo anteriormente al club se detuvo en lo que supuse que es en un semáforo, pero no es así ya que el chófer nos informa que hemos llegado al edificio donde se encuentra nuestro departamento para recoger las maletas y de una vez dirigirnos hacia la que sería nuestra luna de miel.

Entramos en el edificio dirigiéndonos con pasos lentos hacia el ascensor, ninguno dice nada, yo mantuve mi expresión seria mientras Dakota sonríe con toda la felicidad que puede expresar en su rostro. No comprendo cómo no se percata de mi confusión y desconcierto hacia lo que siento por ella y de mí poca motivación a lo acontecido.

Aunque intente alejar esos pensamientos, ellos vuelven a albergar mi mente, sin dejarla en paz, es sumamente exasperante tener pensamientos contradictorios y más cuando lo hecho, hecho esta.

-Vamos Connor, tenemos que recoger nuestro equipaje -me dijo Dakota con un puchero mientras toma mi mano halándome, sacándome del ascensor en el proceso, para después caminar rápido a nuestro departamento.

Me sorprende la manera en que puede perderme en mi mente y no percatarme de lo que mi cuerpo hace mientras no se lo ordeno; como entrar en el ascensor y fingir que mi mente está en tierra cuando no lo está y además...

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por mis pies tropiezan en varias ocasiones por lo apresurada que esta Dakota.

-Dakota, podemos ir más lento, todavía es temprano -me quejo al estar tropezándome en el pasillo.

-No podemos ir más lentos. Tenemos que hacer esto rápido, Connor -contesta para después detenerse en la puerta de nuestro hogar, abriéndola en el proceso con sus llaves.

Entramos sin decir nada más, tomando las maletas que dejamos listas en el living antes de la boda, llevamos lo necesario para nuestra luna de miel, aunque Dakota lleva dos maletas, lo cual me impresiona un poco por la cantidad de cosas que lleva.

Suspiro dejando eso de lado para mirar a mí alrededor inspeccionando que todo esté en orden. Al cerciorarme que todo se encuentra listo, le hice una seña con la mano a Dakota para salir del sitio y dirigirnos a la limusina.

Cuando estamos por tomar el ascensor, un sonido proveniente del bolsillo de mi rubia rompe el silencio que nos rodea. Ella saca su teléfono, frunciendo el ceño al ver la pantalla, lo que ocasiona que un poco de curiosidad y recelo surgiera en mí.

-Vengo en un momento -me dijo Dakota alejándose mientras contesta el teléfono.

¿Quién puede ser? ¿La agencia, sus padres, algún familiar o... los chicos? Lo último lo dudo, ellos jamás llamarían a Dakota después de excluirlos de la boda, además que Logan no permitiría que ninguno lo hiciera.

Logan... todavía puedo sentir como su mano impactaba en mi mejilla y sus ojos envueltos en una furia me miraban, pero no puedo culparlo, yo habría reaccionado igual -o peor- si él hubiera hecho lo mismo, aunque esto no lo haya decidido yo; soy un cobarde por no haber enfrentado a Dakota, soy un cobarde por no tomar buenas decisiones, soy un cobarde por no decirle la verdad a...

-¡Connor! -exclama Dakota acercándose con una mirada triste.

-¿Qué ocurre, Dakota? -pregunto tomándola de los hombros suavemente.

-No podremos tener la luna de miel, Connor -responde mirándome a los ojos-. La agencia de modelaje me acaba de informar que hoy en la noche debo tomar un vuelo con las demás modelos para promociones de ropa, cosméticos, y otras cosas. Comenzamos mañana.

Quede impactado y un poco molesto, no puedo creer que ella se irá y me dejaría solo por el viaje. Había discutido con mis hermanos por ella, mi madre me replica por la decisión que tome, y esto es lo que recibo, ¿qué mierda?

-¿No les has dicho que te acabas de casar? -Pregunto soltándola y mirándola seriamente.

-¡Claro que sí, pero ellos no cambian de opinión, quieren que tome un vuelo esta noche y comenzar mañana con los contratos, no puedo hacer nada! -Exclama Dakota molesta por mi tono de voz.

-¡Joder! ¿Para esto querías adelantar la boda? ¿Para dejarme solo? ¿Para irte sin yo importarte? -recrimino con furia naciendo en mi interior.

-¡¿Tú crees que yo quiero eso?! ¡¿Crees que quiero separarme de ti cuando nos acabamos de casar?! ¡Maldita sea, Connor! -grita tomando sus maletas, dirigiéndose hacia el ascensor.

-¡Sabes que el equipaje que llevas no te servirá en el viaje! ¿Verdad? -le grito devuelta para molestarla más de lo que ya se encuentra.

-No soy idiota, cariño -aclara con burla-. Llevo lo necesario ¡Así que adiós querido nos vemos en unos meses! -termina gritando con burla y molestia mientras se cierran las puertas del ascensor.

Refunfuño molesto. Solo llevamos unas horas de casados y ya estábamos discutiendo, está claro que no duré mucho el matrimonio.

Al pensar en lo último suspiro mientras tomo mi maleta para dirigirme a mi departamento -solo y vacío, como siempre-, desde el inicio estoy pensando que fue mala idea casarme, no la amo, pero quiero su felicidad.

¿Y tú felicidad donde queda, Connor?, pensé, ¿Esa no importa?

Escucho esa voz que sé que tiene toda la razón, pero ahora no puedo pensar en eso, ya no hay vuelta atrás, decido lo que en ese momento vi mejor, lo que para ella es mejor.

Estoy que colapso, necesito dejar de pensar, este día me ha superado demasiado.

Llego a la puerta del apartamento abriéndola con mis llaves en el proceso, para después cerrarla, y adentrarme al living, dejándome caer en el sofá y la maleta en el suelo.

Suspiro cerrando los ojos, para apartar todo, no quiero pensar en nada, hasta que recuerdo que no he desempacado la maleta del viaje, eso mantendrá mi mente ocupada un rato.

Me levanto tomando mí otra maleta, dirigiéndome a la habitación, donde observo que la maleta del viaje se encuentra al lado de la puerta de esta.

Dejo la maleta que tengo en manos a un lado de la cama para tomar la del viaje, colocándola encima de la cama, y abriéndola en el proceso.

-Que mierda... -murmuro al ver distinto trajes llamativos y con estampados extravagantes-. Esto es de... ¡Harvey!

                         

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