Capítulo 2 Querido Francis

Capitulo 2 "Querido Francis"

Natalia POV

Un ligero sueño húmedo sucede en mi mente, de pronto mi cuerpo está en el aire y abro mis ojos para sentir la brisa pasar por mis muñecas y el toque de los dedos de Peter por mi pecho para luego bajar hasta mi ombligo y cuando despierto los ojos de Francis en frente de mí me hacen pisar tierra.

- ¿Estás bien? Porque veo que tienes las manos sobre tu vientre, lo siento debes de tener frío puse el aire acondicionado en 15 -cuando va a controlar la temperatura me incorporo.

- ¿Cuánto dormí Fran?

-Como 2 horas hermosa, estaba comentándote de mi nueva empresa y te quedaste rendida -acota mientras me detalla.

-Necesitaba descansar.

-Lo sé por eso ni te toque -me dice mientras se sienta a mi lado.

-Cuando me has tocado realmente... -dije ese comentario sin pensar realmente y Francis se me queda viendo con curiosidad y se chupa el dedo para ponérmelo en el brazo.

-Te estoy tocando bebe -me dice y yo lo miro con una cara de sorpresa.

- ¿En serio Francis? -le digo algo seria, pero de pronto no aguanta la risa y me contagia con ella, me toma del brazo y me da un abrazo de esos apretados. Siento su pecho cálido y reconfortante, cierro mis ojos y pretendo quedarme por un momento.

-No te duermas en mi pecho Nat, te quiero mostrar el departamento ven levántate -me dice cuando se levanta y me toma de ambas manos jalándome.

- ¡De acuerdo! -exclamo porque estoy algo floja y no quiero moverme.

Caminamos a través de la sala principal y me maravillo con tanto lujo, las lámparas de color blanco y la mesita de mármol hacen que quiera quedarme allí por largo rato.

-Wao que hermosa sala -le digo.

-Y eso que no has visto el salón de juegos, es aparte de la sala de cine como entenderás no podía desperdiciar el espacio de todo un piso. Los detalles de los muebles fueron hechos en París, las alfombras las mandé a traer de Italia -me dice mientras me ofrece asiento.

-Todo es muy hermoso Francis tienes buen gusto para las interiores y en serio de París -le digo sonriéndole.

-Si quieres vamos hoy a París -me dice serio.

-No inventes -le sonrió.

-Hablo en serio tengo un jet privado.

-Tal vez otro día cariño -le digo mirando sus ojos por unos segundos y él se da cuenta entonces se me queda mirando y me sonríe levemente.

-Buenos días, señorita, el señor Francis me menciono que necesitaba un medicamento de la farmacia, aquí lo tiene -menciona Lucia una de las criadas de Francis quien me entrega todo el tratamiento hormonal en una charola.

-Gracias pero yo no...

-Lo siento me tomé la libertad de tomar tu receta médica, como dice aquí que debes tomarla cada 8 horas pues -acota Francis y lo veo con compasión.

-Gracias corazón un lindo gesto de tu parte -le digo mientras veo las cajas de pastillas.

-Cuando quieras -menciona mordiendo su labio superior de modo gracioso. Quería mucho a Francis en especial por ser tan dedicado y gentil.

-Estos son langostinos previamente cocidos y ahora los baño en salsa para la presentación final -dice el chef de Francis mientras observo como cocina desde el mesón de granito.

- ¿Todo en orden?-me dice Francis mientras se me acerca y acaricia mi cabello.

-Sí, estoy disfrutando ver cocinar a tu chef, cuando era niña amaba ver a mi madre cocinar guisados y postres -menciono cuando Francis me abraza suavemente de lado.

-Extrañas a tu familia ¿verdad? -me dice Francis.

-Yo pienso que no me acostumbro a vivir sola en ese departamento oscuro.

-Múdate aquí, tengo mucho espacio.

-No juegues.

-Hablo en serio -me responde mientras se me queda viendo de nuevo y le doy un golpecito en la mejilla.

-Yo aquí en tu nido de abejas reinas -le digo escondiendo un poco mi risa.

-Eso pasa cuando creas una fama ¿no?

-Estaré bien, además si te necesito sé que irías corriendo -digo mirando hacia el piso, porque en ese instante recuerdo a Peter.

-Así es y tranquila, estoy seguro de que todo saldrá bien ya verás-me dice acariciando mi brazo, era extraño, pero Francis es parte de mi entorno reflexivo, la doctora Garner me sugirió tener personas que me quisieran alrededor. Puedo decir que el chico que un día me mintió ahora es mi gran apoyo en estos momentos que me encontraba tan perdida.

-El almuerzo está listo, señorita -exclama Carlos el chef que trae una bandeja hasta nosotros. Una deliciosa combinación de langostinos y ensalada nos abre el apetito.

-Gracias Carlos -dice Francis tomando un plato y cubierto.

-Vas a comer aquí -le dije, pero solo sonrió de medio lado mientras probaba el primer bocado.

-Donde sea hermosa, anímate debes comer bien para sanar -me dice con el bocado en la boca, no conocía esta faceta de Francis y me sentía extrañamente en familia.

-De acuerdo -me serví un poco y Francis me sirvió un poco más- ok Francis.

-Comer bien -dice Francis.

-Que delicia, como los que hace mi abuela -le digo al chef mientras él y Francis me ven comer.

Después del delicioso almuerzo y de tomarme la pastilla Francis y yo nos pusimos a ver un documental en su modesta sala de cine con 20 asientos y una pantalla con resolución 4K. El servicio era excelente con cotufas caramelizadas, hot-dogs y un vaso gigante de refresco, me sentía tan a gusto que por un momento se me olvidaron mis familiares y la terapia... lo que no salía de mi mente era cierto hombre rubio con ojos cafés.

-Dejaré de pintar mi cabello -digo de repente

-Y ¿cuál es tu color natural Nat? -dice Francis.

-Castaño oscuro -le dije mientras alzaba mi cabello y sonreía.

- ¿Quieres un cambio total cierto?-me dice apoyando su mentón en su mano.

-Solo quiero que todo mejore en mi vida, como antes -sonrió y Francis me escucha atentamente.

-No eres la misma de hace un año y no puedes regresar el tiempo hermosa -dice Francis.

-Extraño a mis padres en especial a mi papá, él si me entiende -le digo con lágrimas en mis ojos.

-Oye no es tu culpa estar donde estás, algo enferma y con terapia solo buscabas ser más independiente y pienso que lo has logrado.

-¿Cómo? Tengo un departamento al que odio llegar a diario, el dinero que me gane se lo puse a mi hermana Sandra en una cuenta para sus estudios. Y ahora debo tratarme porque no fui al médico todos estos meses -menciono algo emotiva.

-Pero lo que tienes es tratable Nat tu hermana te agradecerá algún día por preocuparte de su futuro, tus padres siempre estarán para ti aunque estén distanciados y con lo del departamento ya te mencione que puedes estar aquí. Si quieres me la paso todo el día en la oficina para que no tengas que lidiar conmigo -me dice mientras me limpia las lágrimas de las mejillas.

-Gracias Francis sé que mis problemas no son tan graves como los de mucha gente, que bueno que te tengo aquí conmigo, que bueno que no me abandonaste como todos -le digo mirándolo fijamente a los ojos.

-Siempre me tendrás a tu lado no importa la distancia o lo que sea -se muerde los labios y acerco a mi cuello dándole un pequeño abrazo. Mientras él está agachado frente a mi cierro mis ojos y suspiro profundo.

-Te quiero Francis... -le susurro en el odio.

-Y yo a ti mi Natalia -me dice acariciando mi cabello otra vez y entonces nos quedamos mirando cara a cara muy cerca, sus ojos azules me hacen imaginar un espacio lleno de paz y tranquilidad. Francis se pone algo serio y por un segundo mira mis labios, me doy cuenta y suavemente me alejo de él.

-Te sientes mejor -me dice Francis mientras se incorpora en el asiento.

-Sí, mucho mejor cariño -le respondo después terminamos de ver el documental en silencio.

- ¿Me veo bien? -le digo a Francis que está detrás de mi sentado en un sofá.

-Sí, toma la foto que se vea la vista de la ciudad -dice Francis mientras sonríe para la foto.

-Listos, ya -sonrió y tomo la foto.

-Déjame ver -le doy el celular para que vea la foto y volteo para observar la hermosa vista.

-Natalia quedo muy bien me la enviaré -volteo para ver sus ojos azules y se da cuenta de que pienso en Peter- que te sucede ¿no le has dicho nada a Peter de tus sesiones de terapia? Sé que lo extrañas, que estás preocupada y nerviosa, pero debes tranquilizarte para comunicarle tus cosas, si no te sentirás mucho peor.

-Como sabes lo que estoy pensando siempre -me siento en sus piernas -Francis me creí muy fuerte cuando me despedí de él, pero mírame doy pena.

-Desde cuando no hablan -me dice rodeando mi cintura.

-Desde hace 4 meses no quiero recordar solo nos saludamos como extraños y adiós se olvidó de mí.

-Ten paciencia todo mejorará -me aprieta para mecerme en sus brazos.

-Está bien -aprieto su mano y me siento en la silla junto a él apoyada en su hombro.

-¿Quieres torta de fresas con chocolate? -me dice.

-Si -agradecía mucho como cuidaba de mí aparte de que ambos necesitábamos algo de compañía.

Sentados en el balcón comimos y bebimos, Francis me comenta como su convención lo aburrió durante 10 días completos, pero como tuvo beneficios a largo plazo para su nueva empresa de importación, así que valió la pena.

-¿Le hablas a Peter hoy? -me dice Francis.

-Intentaré hacerlo, pero supongo que debe de estar bastante ocupado con sus proyectos tan geniales -se me sale el tono irónico.

-No quiero parecer el malo, pero ¿tú no fuiste la que le dijiste que persiguiera sus sueños?-me dice mientras me mira con sus anteojos oscuros.

-Si así fue y cada vez que me arrepiento de eso, pero cuando lo hago me siento como una bruja egoísta.

-Pues pasa la página y apóyalo, ya llegara el momento en el que te apoye-me quede callada porque sus palabras retumbaron en mis oídos, estaba en lo cierto ¿Qué carajo me pasaba?

-No es tan sencillo -digo tomando un sorbo de merengada de piña.

-Ven aquí -me dice mientras me recuesto en su pecho, cierro un poco mis ojos y él me coloca sus lentes oscuros. Acaricio su mano derecha y él la pasa hacia mi vientre para acariciar suavemente mi piel.

-Que haces Francis.

-Te acaricio un poco.

-Pues creo que se está sintiendo demasiado bien, por fa detente -le digo cuando siento sus dedos cerca de mi monte de venus.

-Perdóname, es la costumbre -al escucharle decir eso ambos reímos por un momento él me abraza por el cuello y agarro su mano para que no me siga acariciando.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022