Capítulo 4 ¿Quieres ver mi cara (La segunda parte)

"¿Esto también es de la persona importante de la que has estado hablando?" preguntó casualmente.

"No, no lo es".

"Entonces, ¿de quién es?" él cuestionó.

'¿OMS?' Cuanto más pensaba en el nombre que había enterrado en lo profundo de su corazón, más podía sentir un cuchillo cortando su interior. Era como si alguien hubiera reabierto sus heridas y clavado una cuchilla más profundamente en la abertura.

Dicen que el tiempo es el sanador de todas las heridas. Un día, las lágrimas que había derramado pronto se secarían a tiempo.

Pero esa persona era una lágrima en su corazón que nunca podría ser cosida. Solo pensar en él se sintió como un rayo sacudiéndose a través de su propio ser.

Hubo momentos en que ella había pensado en él en medio de la noche, cayendo a través de las sombras de su cálida sonrisa y deseando sentir la ternura de sus dedos mientras rozaban su frente. Ahora, ella nunca podría sostener su mano otra vez.

"¿Cuánto tiempo lo has guardado?" Wesley cambió el tema, al ver que ella no respondió a su pregunta anterior.

"Seis años." Saltando de la memoria, Lavender sonrió amargamente. Ella caminó hacia el bonsái, bloqueando su ardiente mirada.

Seis años habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. El bonsai era un tesoro que planeaba apreciar todos los días de su vida. No dejaría que nadie se lo llevara.

"Si lo comparas con el teléfono, ¿qué es más importante?" Wesley se burló.

"¿Qué?" Lavender parpadeó hacia atrás, aturdido por su pregunta. Los dos objetos tenían una historia que ella nunca querría olvidar. Ella realmente no sabía cómo responder eso.

"El teléfono es más importante, ¿no?" La burla en sus labios se profundizó.

"Olvídalo."

Él resopló. Lavender no entendió lo que quería decir con 'olvídalo'. Ella sonrió torpemente en su lugar. "Señor. Wesley, por favor toma asiento. Te traeré un vaso de agua ".

Cuando entró en la cocina, descubrió que no había calentado agua antes ese día. Sin decir una palabra, rápidamente agarró la tetera eléctrica y la llenó de agua. Ella lo hirvió.

Lavender todavía necesitaba esperar unos minutos más antes de que el agua hirviera. Con esto, ella se apoyó contra la pared fría. El apartamento definitivamente estaba lejos de los lujosos muebles del hotel en el que había estado. De hecho, era simple y sin adornos, pero todavía estaba satisfecha con lo que tenía.

Solo en este departamento se sintió cómoda.

Lavender regresó a la sala de estar con un vaso de agua en la mano. Mientras lo hacía, podía escuchar un suave ronquido desde el sofá. Wesley se había quedado dormido. La máscara de zorro plateado en su rostro brillaba bajo la tenue luz.

Ella lo empujó suavemente. "Señor. Wesley, despierta ".

El hombre debe haber estado muy cansado y borracho. Después del largo día que tuvo, ella realmente no sabía cómo había persistido en llevarla al hospital y llevarla a casa como él. Mirando fijamente la máscara en su rostro, Lavender sintió una inexplicable sensación atravesándole el corazón.

Después de dudar un momento, extendió su mano temblorosa y alcanzó la máscara.

Sin embargo, tan pronto como sus dedos lo tocaron, él la agarró por la muñeca. Con un tirón y un empujón, sus posiciones se habían invertido. Su cuerpo se presionó contra el de ella, y ella jadeó.

"Señor. Wesley, yo ... " Ella parpadeó, sin esperar el giro de los acontecimientos.

Wesley no le dio la oportunidad de decir nada más. En cambio, se inclinó y la besó apasionadamente en los labios.

"¡Por favor no!"

Él no la escuchó. Sus grandes manos se aferraron a su suave espalda y su cálido aliento se abanicó contra su rostro. El olor a alcohol permanecía en el aire. Su mente estaba en blanco mientras luchaba contra su fuerte agarre. Había algo en este hombre que le parecía familiar. Ya sea su voz o sus movimientos, había algo en él que la hacía querer quitarse la máscara.

"Grace", susurró.

El nombre inmediatamente la sacó de sus pensamientos. Era como si hubiera sido alcanzada por un rayo. Al darse cuenta de lo que estaban haciendo, comenzó a luchar aún más. Pero Wesley era demasiado fuerte. Decidiéndose, lo mordió con fuerza en los labios, esperando que lo sacara de su estupor.

La sangre goteó por la comisura de su boca. Sacó la lengua y lamió la sangre rápidamente. Aunque no podía ver su rostro con claridad, podía decir que debía estar insatisfecho por su reacción.

"¿Quieres ver mi cara?" Wesley se inclinó y colocó su mano sobre su máscara. Sus ojos estaban inyectados en sangre y sonrió a la mujer debajo de él. "Lavender, ¿sabes por qué quería conocerte en la mascarada?"

Eso también era lo que ella quería saber. ¿Por qué no organizó la reunión en una oficina como una entrevista de trabajo normal?

Él presionó contra su cuerpo con fuerza mientras le pellizcaba los lados de la cara con la fuerza suficiente para que ella temiera que él pudiera arrancarle la cara. Él sonrió cruelmente. "Solo con una máscara puede sobrevivir la gente, eso es lo que quería decirte".

Antes de que ella pudiera reaccionar, el hombre soltó su mano con disgusto y salió del apartamento sin decir una palabra más.

Un trozo de papel cayó sobre su rostro. Era un cheque por valor de trescientos mil dólares.

Ella extendió la mano y agarró el cheque que él había tirado como basura. Lavender apretó los dientes. Esta era la misma sensación de impotencia que había sentido hace tres años cuando había pasado por un parto difícil y una hemorragia masiva. Ese fue el día en que dio a luz a su pequeño bebé. Ese fue también el día en que se llevaron a su hijo.

Aunque la noche se sintió larga e interminable, pronto terminó en desesperación y tristeza.