Capítulo 6 Simplemente te gusta que te maltraten tanto

Con sus ojos rojos, Lesley respondió seriamente: "No abrí el cajón ni dije que fue abierto por María".

Ella no sabía lo que estaba pasando, ni sabía qué cosas valiosas había en el cajón. ¿Cómo podría la tranquila y serena Viola verse así?

"Como estás tan decidido, tengo que preguntarle a María". Entonces, Michael se dio la vuelta y estaba a punto de bajar para buscar a María.

El corazón de Lesley se apretó y llamó a Michael con entusiasmo: "No hay necesidad de preguntarle".

Michael se detuvo, se dio la vuelta, miró a Lesley con recelo y se acercó a ella.

"¿Qué equivocado? ¿Decides admitirlo? El tono escéptico hizo que Lesley se sintiera un poco decepcionada. Ella frunció el ceño y quiso explicar, pero fue detenida por las palabras de Michael. "Parece que prefieres ser duro que suave. Como te gusta que te maltraten tanto, ¿por qué finges ser lamentable?

La expresión del rostro de Michael cambió de repente y sus ojos sospechosos se llenaron de ira.

Frunciendo el ceño, Lesley se mordió los labios y no expresó su agravio. Ella simplemente dijo a la ligera: "Es mi culpa que el cajón se haya abierto, pero prometo que no violaré tu privacidad".

Todo lo que Lesley quería hacer era lidiar con este asunto. Ella no quería que María se involucrara. Fue su negligencia que se abrió el cajón. Además, ella era la única que iba a la habitación todos los días. Incluso si tuviera cien bocas, no podría explicarlo claramente. Además, ya que Michael insistió en que fue ella quien lo abrió, no importa cuánto dijera, no ayudaría. Era mejor obedecer su voluntad.

"¿Crees que voy a creer lo que dijiste?" Michael extendió su brazo y agarró su barbilla puntiaguda, mirándola con ojos ardientes. Estas palabras fueron exprimidas de sus dientes.

"Entonces, ¿qué debo decir?" Aunque le dolía la barbilla, Lesley no gritó y parecía tranquila.

Su pregunta retórica despertó por completo el fuego en el corazón de Michael. Después de soltarle la mano de la barbilla, la levantó horizontalmente y la arrojó a la suave cama.

"Lesley, déjame preguntarte de nuevo. ¿Abriste el cajón? De pie junto a la cama, Michael miró a Lesley y preguntó con enojo.

Sorprendida, Lesley se levantó de la cama con el pelo despeinado en la cara. Se tiró el pelo largo al azar y miró a la figura alta no muy lejos. Dijo sin expresión, "Ya que insistes en que fui yo quien lo hizo, ¿por qué me preguntas?"

A Michael nunca se le ocurrió que se quedaría sin palabras ante la pregunta de Lesley.

"Toc, toc, toc ..." Después de tocar a la puerta, María preguntó: "Maestro Michael, la comida está lista. ¿Debería enviárselo a su estudio o ... "

"¡No, gracias!" "¿Abriste el cajón?" Michael le preguntó fríamente a María, que llevaba comida caliente.

María miró en la dirección señalada por Michael. Al principio se sorprendió, y luego lo negó a toda prisa, "Maestro Michael, no lo hice ..."

No había diferencia en la cara de Lesley. Tenía curiosidad por el pánico de María. No sabía qué había en el cajón que los hacía parecer tan inusuales.

Al escuchar la respuesta de María, Michael se dio la vuelta, con un par de ojos fríos y profundos que se movían directamente hacia Lesley, que estaba sentada al lado de la cama. La luz de la duda ahora se volvió firme.

Lesley podía sentir el desprecio y la certeza en sus ojos.

"Entonces, ¿es ella?" Michael señaló a Lesley y le preguntó a María en tono sarcástico.

María apresuradamente agregó: "Maestro Michael, no se trata de Lesley. Debería ser mi negligencia ... "

Los tenues ojos de Lesley se iluminaron en un instante. No creía que hubiera un punto de inflexión, pero no esperaba que María la ayudara.

"¿Oh?" Girando la cabeza para mirar a María confundida, Michael preguntó: "¿Tiene algo que ver contigo?"

Al igual que Michael frente a ella, también había confusión en los ojos de Lesley.

"Bien..." Con una mirada avergonzada en su rostro, María se dirigió a Lesley en busca de ayuda.

Frente a la mirada impotente de María, Lesley quedó atónita. Pensó por un momento y respondió en voz baja: "Ya no tienes que preguntarle a María. Abrí el cajón ".

Lesley nunca había pensado en pasarle el dinero a María, y sabía que a María no le gustaba. Ella siempre le hacía la vista gorda o le decía algo frío. Estaba realmente sorprendida por la escena de salir del auto en este momento.

Aunque Lesley no sabía mucho sobre Michael, para no dejar que continuara dificultando las cosas a María, Lesley agregó: "Debido a que tengo curiosidad acerca de lo que hay allí, lo abrí".

Su tono sonaba un poco infantil, su boca curva como un ataque de ira, y su carita rosada parecía encantadora a la luz.

Michael estaba algo distraído.