Capítulo 3 Capitulo 2

-Te lo juro amigo esa chica es un 10 con todas las de la ley.

- ¿Eso lo dices solo porque eres abogado? – Golpea la pelota con un revés y aprieta el puño – punto.

-No te burles lo que te digo es cierto, me trae loco – saca y pega en la red.

-No lo hago pero tú dices lo mismo de todas las chicas con las que sales.

- ¿Y alguna vez he mentido?

- ¿De verdad quieres que te responda?

-No, solo juega, y hazlo en serio.

-Yo lo hago, tú en cambio – hace una mueca y eso lo hace merecedor de una volea que roza su oreja – ok ya entendí.

Lucas se rio y continuaron jugando hasta que al final Ryan fue quien se rindió.

-Amigo, no puedes dejarme ganar todas las veces.

-No lo hago, es que ya no puedo correr más.

-Eso es porque vives a base de cigarrillo y vida nocturna.

-Pero es una buena vida. De hecho ¿Que harás más tarde?

- ¿Me estas invitando a salir? Eres muy amable pero no eres mi tipo sabes, me gustan las mujeres – se burló de él.

-Que buen humor traes hoy Cooper – le arrojó la toalla – pero de verdad te lo pregunto.

-No sé, tengo una audiencia temprano y luego debo reunirme con una persona.

-Dime que tiene dos piernas de infarto y senos.

-No exactamente.

-Amigo, ya pasaron 5 años ¿No crees que es tiempo de que empieces a conocer mujeres? Ya pareces un monje

-Lo dice el gran conquistador. Mira para mí el sexo no significa nada si...

-Si no hay amor, lo se lo sé. Pero debes enserio salir y divertirte, si mal no recuerdo la última vez fue para la despedida de soltero de Jonah y eso fue hace año y medio.

- ¿Y cómo me fue? Termine tan ebrio que perdí los anillos, Melissa aún me odia.

-Ella odia a todos los amigos de su esposo.

-Y nos odia más aún después de aquella noche. Casi la planta en el altar de no haber sido por el brebaje mágico de Mark.

-Si esa cosa me ayuda a despertarme cada día. Lucas debes venir esta noche al club te lo ordeno.

El lo miro un momento y lo pensó, su amigo tenía razón debía salir más, a sus 32 años casi llevaba la vida de un monje si no fuera por su trabajo y las reuniones con los clientes del bufete en el que estaban a punto de hacerlo socio, por eso trabajaba tan duro.

-Está bien iré.

-Si al fin, oigan chicas Lucas Cooper estará suelto esta noche. – vocifero en tono de burla.

-Cierra la boca Ryan o no me contendré las ganas de golpearte con la raqueta aquí mismo.

-Está bien, tranquilo. Te espero esta noche a las ocho en el Morning Star.

-Ok.

Ambos caminaron hasta el estacionamiento del club y se despidieron.

Al llegar a casa Lucas fue recibido por Roy, un boyero de Berna que rescato de un criadero que los tenían en mal estado, a quienes luego demandó por maltrato animal.

-Hola amigo ¿Cómo has estado? Te extrañe.

El perro movía la cola y se sentó junto a él en el sillón. Lucas se puso a mirar la televisión un rato pero se quedó dormido, al despertar se dio cuenta de la hora y fue corriendo a su cuarto para arreglarse, se ducho y en su cuarto entro al vestidor y por inercia saco un traje, luego lo pensó mejor y lo cambio por algo más informal.

Mientras terminaba de arreglarse sonó el teléfono

-Hola.

-Lucas ¿Donde estas? Te estoy esperando aquí afuera.

-Perdón amigo, en un rato estoy allá.

-Y yo que pensé que eras puntual.

-Ya no seas exagerado estoy en camino.

Termino la llamada y terminó de vestirse, tomó las llaves de su auto y en 20'' llegó al club, en la puerta lo esperaba Ryan y sorpresa, aunque no del todo, estaba ahí con dos mujeres: una era la chica con la que estaba saliendo y la otra una amiga seguramente.

Le dio las llaves al chico del estacionamiento y fue a su encuentro, saludo a Jennifer y se quedó sorprendido al ver que la otra chica era nada más ni nada menos que Katie Eberhart.

-Al fin. Déjame presentarte ella es...

-Katie Eberhart – le sonrió a la chica y ella se sonrojo.

- ¿Ya se conocían?

-De hecho el es mi abogado.

-Vaya, que pequeño es el mundo.

-Ya lo creo ¿Entramos?

-Si mejor antes de que esto se ponga más incomodo.

Los cuatro entraron al lugar y fueron directo a la zona VIP donde Ryan ya tenía una mesa reservada. Como todo caballero Lucas se ofreció a traerles algo de beber a sus citas, se puso de pie y casi obligó a su amigo a que lo acompañe. Ambos fueron hasta la barra.

- ¿De verdad eres el abogado de Katie?

-Si, de hecho nos conocimos hoy, y es sobre su caso por quien tengo la reunión mañana.

-No hablemos de trabajo por favor, vamos a divertirnos.

-Pero Katie es mi cliente.

-Olvídate de eso hoy, has de cuenta que no la conoces.

Ryan tomó las copas y la botella y se fue de regreso con las chicas, Lucas lo siguió hasta que al ver entre la multitud a un rostro y una sonrisa que se le hizo conocida, se quedó hipnotizado. Allí estaba ella, la mujer de su sueño.

-No lo puedo creer si existes.

                         

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