Desde ese día que en que casi recibo mi primer beso. Tuve un pequeño despertar de madurez. y no precisamente hacia ese muchacho. Sino en mi vida como una futura mujer,que deberá salir al mundo y valerse por sí sola.
Sólo ubiera deseado que nada pase de manera tan rápida,caótica e inexplicable.
Pero esa fue un área de la que no pude tomar control.
Tuve que quitar ese gran secreto de mi corazón, escribiendolo en un diario íntimo. Un diario en el que yo confiaba completamente.
Mi forma de mirarlo a el,cambio. Sentía como si todo lo que el hiciera, lo estuviera haciendo para o por mi.
Cada reunión con sus padres o con nosotros
En un ambiente un poco más publico, era la excusa para hechar de ver un poco más por mi persona.
Asique eso fue endulzando mi corazón.
Aunque no sería para siempre.
Lamento reconocer que tenér un hermano mayor que fastidie todo el tiempo,en algún momento de mi vida se convirtió en amenaza.
Fui conmoviendome por sus tan dulces actitudes, pero de repente algo paso.
Un día ya no volví a verlo.
Un día, su nombre ya no se escuchó más en nuestra casa. Mi madre ya no volvió a nombrarlo y todo se tornó tenso.
Recuerdo un día que fuimos con mi mamá y mis hermanos a visitar a los padres de este muchacho.
Y ellos nos recibieron de una manera muy normal. Pero luego El bajo por las escaleras, y llegó su turno de saludarnos. Se acerco a mis hermanos y los saludo naturalmente. Pero cuando se acerco a saludarme, pude sentir en ese beso, la distancia y la sequedad que antes jamás sentí en el.
Pude percatarme de que mi madre nos miraba. Asique comprendí por qué me saludo así. El na queria que ella se enterará.
Esa noche fue la última vez que lo vi.
Fue la última vez que sentí su perfume.
Fue la última vez que fantasie con recibir un beso suyo.
Desde entonces. Mi madre tomo una postura algo extraña conmigo.
No sé si a esa postura, podría llamarla decepción, enojo, celos, envidia o tal vez vergüenza.
No logro encontrar definición exacta porque tal vez sintió todo, o una sola cosa, o ninguna de esas.