El tiempo pasó. Y yo solo vivía con el recuerdo de ese hombre. Pensando "que ubiera sido si"...
Pasaba mis tardes
Imaginando su venida a rescatarme, sincerandose con mi madre y quedándose conmigo.
Pero rápidamente recordaba que no era digna de ese amor. Porque yo era muy chica. Sólo tenía 13 y el ya doblaba mi edad.
Aún así algunas veces no era excusa suficiente para dejar de imaginar.
Hasta que un día. De verdad deje de imaginar sobre una realidad cercana, y ya comenze a imaginar una realidad imposible.
Decidí dejar de pensar en cosas que ya no pasarían. Y comenze a fantasíar con realidad más alejada de mi verdadera vida aún. Decidí dejar atrás esa experiencia y comenzar a buscar mi verdadero amor.
Pero algo no tomado en cuenta hasta ese momento, se hizo notar. Y ya no pude ignorarlo.
Mi hermana. Una año menor que yo. Pero con dos años más que yo en experiencias románticas.
Siento envidia?
Un poco,debo confesar. Ella tiene 13 ahora. Y yo 14. Pero ella ya tuvo su primer pretendiente. Y no solo fue un muchacho. Todos gustaban de ella. Su cuerpo en desarrollo estaba prometiendo gran admirando.
Y ahí estaban todos espectantes a ese futuro cercano.
Pero yo. Ahí estaba. Pasando desapercibido...
Siempre detrás de ella, cuidando que ningún atrevido se sobrepasará con ella.
Cuidando su integridad, y si inocencia. Para nadie pudiera dañarla.
>Pero acaso yo no tengo una inocencia que proteger?>
Por supuesto que sí. Sólo que la mía no se ve amenazada.
Teniendo ya 14 años. Mi Télle de pantalón era de adulto. Tenia sobre peso en exceso. Lo que no me convertía en la chica más atractiva de la escuela. Sólo era esa gorda bella. Porque lo único bonito que tal vez tenía, era mi rostro.