Un café para el Duque. (Saga Familia Duque. Libro 1)
img img Un café para el Duque. (Saga Familia Duque. Libro 1) img Capítulo 3 El primer encuentro.
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Capítulo 6 La fuerza del corazón: (II Parte) img
Capítulo 7 Creo en ti. img
Capítulo 8 Nunca me pidas dejarte. img
Capítulo 9 No me ames img
Capítulo 10 Sentirme vivo img
Capítulo 11 Un beso robado. img
Capítulo 12 Premoniciones img
Capítulo 13 El primer beso. img
Capítulo 14 Así era ella. img
Capítulo 15 Tal vez no sirva de nada. img
Capítulo 16 Confesiones y travesuras. img
Capítulo 17 Seré el hombre que vos mereces. img
Capítulo 18 La revancha. img
Capítulo 19 Una razón para ver la luz del día. img
Capítulo 20 Marcando territorio. img
Capítulo 21 Voy a perder la cabeza por tu amor. img
Capítulo 22 Dulce Venganza. img
Capítulo 23 Cumpleaños. img
Capítulo 24 Un regalo especial. img
Capítulo 25 Un regalo especial (II Parte) img
Capítulo 26 Vacaciones en Ecuador. img
Capítulo 27 Vacaciones en Ecuador (1.1) img
Capítulo 28 Vacaciones en Ecuador. (1.2) img
Capítulo 29 Vacaciones en Ecuador. (2 parte) img
Capítulo 30 Vacaciones en Ecuador (2.1) img
Capítulo 31 Amor real. img
Capítulo 32 Incertidumbre. img
Capítulo 33 Dolorosos recuerdos del pasado. img
Capítulo 34 Dolorosos recuerdos del pasado. (2 parte) img
Capítulo 35 Luisa Fernanda y Miguel: Una historia de amor. img
Capítulo 36 Luisa Fernanda y Miguel. (2 parte) img
Capítulo 37 La esperanza se vuelve irrecuperable. img
Capítulo 38 Saldando una deuda. img
Capítulo 39 Doloroso Engaño. img
Capítulo 40 Aunque no sea conmigo. img
Capítulo 41 Accidente Inesperado. img
Capítulo 42 Accidente Inesperado. (2 Parte) img
Capítulo 43 Lo mejor que hay en mi vida. img
Capítulo 44 ¿Y si te quedas esta noche img
Capítulo 45 ¿Y si te quedas esta noche (2 parte) img
Capítulo 46 Somos el capricho de lo que sentimos. img
Capítulo 47 Tendrás que recordarme. img
Capítulo 48 Envidia y Cizaña. img
Capítulo 49 ¡Qué tentación! img
Capítulo 50 Regálame una noche (I Parte) img
Capítulo 51 Regálame una noche (II Parte) img
Capítulo 52 Fuego contra fuego. img
Capítulo 53 Fuego contra fuego (Segunda parte) img
Capítulo 54 Fuego contra fuego (3 Parte) img
Capítulo 55 Desconcierto. img
Capítulo 56 Tú me cambiaste la vida. img
Capítulo 57 Lecciones de vida. img
Capítulo 58 Pasión Prohibida. img
Capítulo 59 A Escondidas. img
Capítulo 60 El hombre de mi vida. img
Capítulo 61 Tu amor me hace bien. img
Capítulo 62 Tu amor me hace bien. (2 Parte) img
Capítulo 63 Secretos. img
Capítulo 64 Ojos Así. img
Capítulo 65 También es mi primera vez. img
Capítulo 66 También es mi primera vez. (Segunda parte) img
Capítulo 67 No sabes como te deseo. img
Capítulo 68 Cobardía. img
Capítulo 69 Esta ausencia. img
Capítulo 70 Una última oportunidad. img
Capítulo 71 El alma al aire. img
Capítulo 72 La verdad oculta. img
Capítulo 73 ¿Qué voy a hacer sin su amor img
Capítulo 74 ¿Qué voy a hacer sin su amor Parte II img
Capítulo 75 Entre copas y recuerdos. (Parte II) img
Capítulo 76 Solo ámame. img
Capítulo 77 Despedida. img
Capítulo 78 Despedida (Parte 2) img
Capítulo 79 El inicio del cambio. img
Capítulo 80 Nuestro juramento. img
Capítulo 81 Andrea Carmona img
Capítulo 82 Usted es un mal hombre. img
Capítulo 83 Siempre cuidaré de ustedes. img
Capítulo 84 Una trampa. img
Capítulo 85 María bonita, María del alma. img
Capítulo 86 Te amo con locura. img
Capítulo 87 Amarte es un placer. img
Capítulo 88 Esta clase de amor, nunca tiene final. img
Capítulo 89 Buenas noches, don Vidal. img
Capítulo 90 Enfrentando la verdad. img
Capítulo 91 A pesar de todo creo en ti. img
Capítulo 92 A pesar de todo creo en ti. (II Parte) img
Capítulo 93 Vine a pedir la mano de su hijo. img
Capítulo 94 Un palacio en la Momposina. img
Capítulo 95 Amenaza latente. img
Capítulo 96 La propuesta de matrimonio. img
Capítulo 97 La propuesta de matrimonio. (2 Parte) img
Capítulo 98 Un viaje al punto más cercano al sol. img
Capítulo 99 Un viaje al punto más cercano al sol. (2 Parte) img
Capítulo 100 No podrán separarnos. img
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Capítulo 3 El primer encuentro.

"Solo una vez te miré. Y eso bastó para atarme. A esos, tus ojos de sol. Y más nadie que yo. Será quien te ame"... Carlos Montilla.

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Bogotá- Colombia.

Para olvidar aquel sueño que la perseguía desde la niñez, se puso a caminar por el aeropuerto. Tenía tres horas para estar ahí, sin embargo, por más que intentaba desechar aquel sueño no podía, entonces fue a las diversas tiendas y adquirió varios dulces, y obsequios, enseguida su mirada se iluminó al leer el letrero de su café favorito.

«Amo Colombia» dijo en su mente y sonriendo con amplitud caminó en dirección a aquel lugar. A medida que se acercaba su corazón se aceleraba y no comprendía nada. Presionó con fuerza su bolso, miró a todo lado, creyendo que quizás eso que le sucedía era una advertencia para estar precavida.

Se colocó en la fila, detrás de un muchacho alto, que de vez en cuando se tambaleaba, entonces la jovencita guardó una distancia prudente, justo en el momento que le tocaba el turno a aquel joven de hacer su pedido, al acercarse estuvo a punto de caer por lo que sin querer hizo derramar a un hombre su vaso de café, aquel sujeto empujó al chico.

María Paz abrió sus ojos de par en par, presionó sus puños, indignada, miró a todo lado en busca de los guardias, de pronto sintió en sus pies un golpe, al inclinar su rostro observó al joven tendido en el suelo.

-No fue su culpa -mencionó la jovencita-, yo vi que fue un accidente -espetó mirando al hombre que empujó al chico al piso, con seriedad.

-Es un ebrio que no se fija -escupió aquel caballero de edad madura.

María Paz se inclinó con temor de que el joven estuviera herido, lo miró con atención.

-¿Estás bien? -cuestionó colocando sus manos sobre la cabeza de él, para de esa forma retirar sus pies, entonces el chico al escuchar esa dulce voz, parpadeó un par de veces, aletargado y confundido observó el bello rostro de la muchacha.

-Debo haber muerto, y vos sos un ángel -murmuró él.

El cuerpo entero de la jovencita vibró al sentir un extraño corrientazo recorrer cada poro de su piel, observó aquella mirada azulada, y parpadeó un par de veces sintiendo como su corazón palpitaba desenfrenado.

El corazón del joven colombiano dio un vuelco al momento que se incorporó para sentarse, se talló los ojos, y la miró, ella no parecía real, sino una aparición divina, los rayos de sol que se filtraban por los enormes ventanales se reflejaban en su larga cabellera castaña, su piel dorada se asemejaba a las espigas de trigo, y su sonrisa se quedó grabada en su memoria.

María Paz cruzó su mirada con él, entonces su corazón prosiguió bramando de forma abrupta en su pecho, a pesar de que el joven se veía confundido, ella notó en sus azules ojos la misma melancolía que reflejaban los orbes de la mujer de sus sueños.

«Esa mirada» se dijo en su mente y sacudió su cabeza.

-¿Qué sucedió señorita? ¿Usted fue testigo? -cuestionó un guardia que se acercó con un paramédico.

María Paz asintió y se dirigió a las personas que estaban en la fila de la cafetería.

-¿Verdad que fue un accidente?

Los pasajeros que presenciaron el hecho confirmaron la versión de la jovencita, entonces el médico revisó al chico, mientras el hombre del incidente observaba furioso.

-¿Quién me responde por mi camisa y mi café?

María Paz se puso de pie, y miró al sujeto de pies a cabeza, entonces sacó de su bolso varios billetes de veinte dólares y se los extendió.

-¿Suficiente? -cuestionó irguiendo su barbilla, observando al hombre con molestia. El sujeto elevó su rostro para mirar a la bella chica, pues la jovencita era más alta que él.

-Sí -espetó en tono seco y se marchó.

María Paz esperó que terminaran de asistir al muchacho, entonces sintió el piso temblar bajo sus piernas cuando él se incorporó y caminó hacia ella.

-Gracias -expresó el joven esbozando una amplia sonrisa, entonces la chica clavó su mirada y observó con atención sus ojos.

«Me estoy volviendo loca» dijo en su mente, entonces esbozó una sonrisa.

-No es nada -expresó aclarándose la garganta, enseguida frunció la nariz al notar el aliento a alcohol de él, entonces con discreción lo inspeccionó de pies a cabeza: era alto, delgado, de piel clara, sonrisa seductora, llevaba la camisa mal acomodada, y sus rizos castaños, alborotados.

Joaquín sin pérdida de tiempo se aproximó más a ella, necesitaba saber que era una alucinación, y a pesar de que él había salido con una gran cantidad de mujeres hermosas, aquella jovencita de sonrisa traviesa tenía algo que captaba su atención y activaba sus sentidos, pero no de la misma manera que aquellas damas con las que tan solo sostenía encuentros casuales, no, la atracción que la chica ejercía sobre él no era trivial, iba más allá de lo físico.

-Parece que te debo dinero -mencionó metiendo las manos en sus bolsillos. -¡Qué vaina, hombre! -exclamó-, no dispongo de mucho efectivo, pero si vos me esperas acá, voy al cajero y me devuelvo, enseguida.

María Paz sonrió, y lo observó con ternura.

-Creo que necesitas con urgencia un café bien cargado -sugirió ella-, no me debes nada, para la próxima: procura viajar en tus cinco sentidos -recomendó, alejándose de él.

Joaquín entrecerró sus ojos maldiciendo su suerte, pensó que ese día se había levantado con el pie izquierdo, pues todo le salía mal, y ahora que tenía la oportunidad de conquistar a una bella chica, su aliento a alcohol alejaba la presa, entonces él no insistió.

Minutos después María Paz se sentó en la única mesita disponible y colocó su bandeja con su sándwich y su cappuccino. Mientras Joaquín estaba de espaldas ella lo contempló mirándolo embelesada, y él por un extraño impulso giró su rostro y la observó, sonrió con orgullo al notar como las mejillas de la jovencita se tiñeron de carmín.

-¡Qué vergüenza! -susurró ella en voz baja sintiendo su rostro arder, entonces decidió alejarse de esa tentación, y justo cuando se ponía de pie, la voz de él erizó su cuerpo.

-¿Puedo sentarme con vos? -cuestionó.

-Yo ya me iba, la mesa está libre -respondió mirándolo a los ojos.

-No has terminado de comer -dijo él señalando con su mano el sándwich sin probar.

-No acostumbro a entablar amistad con desconocidos -expresó ella con sinceridad.

-Eso se soluciona muy fácil -contestó él colocando su bandeja sobre la mesa-. Joaquín, Duque de Manizales -expresó sonriendo.

María Paz abrió sus labios y una gran O se formó en ellos, se aferró con su mano a la silla porque sintió que las piernas le fallaron. «Un Duque» dijo en su mente notando como su corazón retumbaba con fuerza.

Joaquín arrugó el ceño mirando el rostro lleno de sorpresa de la joven, de pronto la estridente risotada que ella soltó se escuchó en los alrededores.

-¿Es broma, cierto? -cuestionó sonriendo divertida.

El joven colombiano respiró profundo fascinado con aquella sonrisa, y esa mirada llena de brillo, y energía.

-¿Tengo cara de payaso? -inquirió-, además no te han enseñado que a los miembros de la realeza se los debe saludar con una reverencia.

María Paz bufó y negó.

-Yo jamás inclino mi cabeza ante nadie -espetó con seguridad la jovencita-, además la realeza solo vive en Europa, y no hablan con ese acento tan extraño que tú tienes.

-Mucha gente desconoce la existencia de miembros reales en América -dijo él, y la invitó a sentarse, sin embargo, ella tomó su sándwich y su vaso de café.

-Te equivocas, puede que ese cuento te funcione con las bobas que se lo creen, conmigo no, yo no soy pendeja -mencionó y giró alejándose de él.

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Queridos lectores ¿Qué les pareció el primer encuentro del Duque de Manizales, y María Paz? ¿Qué opinan? Vayan dejando sus comentarios en las reseñas.

            
            

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