Capítulo 2 Emiliano Davinci

Emilio Davinci.

Estoy tranquilo trabajando, en la empresa, porque es lo que amo hacer.

Lo que más me fastidia, es cuando mi amigo, Jeremy viene a joderme la vida.

Siempre le gusta, llevarme a esos lugares, lujuriosos, donde me la pasó tan aburrido.

No soy de esos tipos que les gusta andar por ahí , perdiendo el tiempo.

Para ni no hay mujer atractiva, más que mi trabajo, es verdad que tengo 30 años, pero una mujer no es mi prioridad.

Odio cuando ellas se me abalanzan cuando me miran, a veces, les hago caso solo para pasar el rato, pero eso en mi es muy raro hacerlo.

Después de tanta insistencia de mi Amigo, no me queda de otra más que acompañarlo.

Porqué se que si no , no me lo quito de enzima.

Pero lo que más me encabrona, es que cuando entro al bar, una mujer me derrama la Copa, en mi ropa.

Para que toman si no controlan el alcohol.

Cuando se voltea a pedir disculpas, me mira directamente a los ojos.

Pero yo estoy encabronado con ella.

Y lo que también me da coraje, es que me este coqueteando.

Le digo que pare, porque no sabe con quién se mete.

Yo soy Emiliano Davinci, un hombre que no tiene corazón, y que con tan solo tronar mis dedos, puedo mover, el mundo.

Pero esta, mujer no se calla a pesar de mi advertencia.

Me dan ganas de írmele enzima pero no para pegarle si no para cogerla.

No soy de eso hombres que siente deseo por cualquiera, pero ella me calentó hasta mi falo.

Es loca y no deja de insultarme, diciendo, que va a domar a un potro.

Me doy la vuelta y voy a buscar a mi amigo, porque ya no toleró a esa loca.

No puedo negar que está bonita, tiene unos ojos azules encantadores.

Yo siempre digo que todas las mujeres, son hermosas, pero hasta ahí.

Estoy sentado tomando vino, fui a buscar a mi amigo y no lo encontré.

De repente siento una pequeña mano, en mi hombro.

Quien se atrevió a tocarme, maldición.

Tomó la mano y la traigo hacía mi.

Hay, ruje ella.

Otra vez tú, que tanto quieres.

La muy estúpida me beso y salió corriendo con su amiga.

Trate de alcanzarla para darle su merecido pero se desapareció.

Estoy que me lleva la gran puta esa mujer, me besó, esta noche me voy a desinfectar bien.

Siempre que tengo sexo con una mujer de una vez le advierto, que no me toqué los labios.

            
            

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