Deseo.
img img Deseo. img Capítulo 4 El señor Fontanet y sus mañas.
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Capítulo 6 Traición. img
Capítulo 7 "Príncipe de los infiernos." img
Capítulo 8 Viaje inesperado. ¿Que puede salir mal img
Capítulo 9 Ordenes, y más ordenes. img
Capítulo 10 No caigas en la tentación... img
Capítulo 11 ¿Qué es lo que quiero realmente img
Capítulo 12 Enséñame a pecar. img
Capítulo 13 Pardos e intensos... img
Capítulo 14 Nada tiene sentido. img
Capítulo 15 Una noche más. img
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Capítulo 4 El señor Fontanet y sus mañas.

-No entiendo como puedes levantarte tan temprano.

Alzo la vista y veo a Diana, completamente adormilada y bostezando, mientras camina en dirección a la cocina.

-No pude dormir anoche, y pues tampoco tengo sueño ahora-agarro mi taza y bebo un sorbo del té negro que preparé.

-Anoche te esperé para que me contaras como te fue en el trabajo pero ya llegaste muy tarde-se sirve una taza de café y regresa para sentarse a mi lado.

-Esperé mucho el bus, por eso llegué tarde-suspiro.

Me observa fijamente y se pone a un lado para mirarme por completo.

-¿Por qué no llevas un manto? Es lo único que te falta para mostrar menos-se burla al ver mi ropa.

-Mi jefe ha dicho que vaya menos provocativa-de tan solo recordar sus palabras me irrito.

Ya que mi falda lo ha incomodado esta vez decidí ponerme un pantalón de vestir y una camisa sin escote de color rosa malva.

-¿Entonces si es un viejo cascarrabias?-hace una mueca antes de sorber su café.

Jugueteo con mi taza antes de responderle.

-No es un viejo, pero si es cascarrabias.

-Espera... ¿No es un viejo?-se la escucha emocionada.

-No, creo que ronda los 35.

-¿Es guapo?-me pregunta con picardia y la conversación le parece de lo más divertida. Hasta el sueño se le fué.

-Si, es guapo-admito.

-¡OH POR DIOOOS!-grita emocionada y me lastima el tímpano.

-Wuu, cálmate-le pido.

-¿Cómo quieres que me calme?-se queja-¡Se me ha cumplido el sueño!

Me río ante tanto drama y niego con la cabeza.

-Pues créeme que lo que tiene de belleza lo tiene de carácter podrido. Dudo siquiera que tenga amigas.

-Los más cascarrabias son los más candentes-me sonríe con malicia.

-¿A qué viene eso?-pregunto.

-¿No ves las novelas?-me pregunta como si fuera obvio-. El jefe amargado se fija en la dulce secretaria, solo que al principio él se comporta como si la odiara pero al final terminan juntos.

-Dudo mucho que eso pase, Diana-me río-, porque para empezar yo no soy la dulce secretaria y para terminar, esas cosas solo pasan en las novelas.

-Dara, a veces tengo ganas de pegarte-me observa con mala cara-siempre le ves lo negativo a todo.

-Solo soy realista.

Observo el reloj y veo que ya es hora de irme. Me levanto de la silla y me despido de Diana antes de tomar mi bolso. Ella saldrá a trabajar en un momento así que le digo que nos veremos cuando regrese.

Salgo del apartamento y me encamino a la parada de buses.

----.

Saludo a los funcionarios cuando ingreso a la empresa y muchos me devuelven el gesto amablemente.

Subo hasta mi oficina y esta vez los de mi área se dignan en sonreírme, lo que, he de admitir, me alegra el día. Tampoco quiero llevarme mal con ellos. Levanto la mano para saludarlos mientras camino hasta mi puesto.

Comienzo a ordenar mis cosas una vez que estoy adentro. Cuando pongo en orden mi maletin, me siento y enciendo la notebook para comenzar mi trabajo. Llevo a penas dos días y ya he notado varias falencias en la empresa, o más bien, en los personales. Tengo la leve sensación de que la antigua encargada contrataba a gente por "amiguismo". Me parece terrible.

Tecleo rápidamente y me pongo en busca de todos los curriculums de los funcionarios, puede que sea una pérdida de tiempo, pero quiero demostrar que soy capaz de mejorar las cosas aquí, y lo primordial sería dar una mejora en el personal, si es necesario.

Mientras observo la notebook escucho que alguien toca la puerta así que le indico que pase.

La puerta se abre y se adentra a la oficina una chica de aproximadamente 20 años, de cabello cobrizo y piel sumamente blanca.

-¿Puedo hablar con usted?-me pregunta amablemente.

-Si claro, toma asiento por favor-le indico que se siente en la silla que está frente a mi escritorio

-Me presento, me llamo Sofía, soy una de las funcionarias de esta área y vengo en nombre de mis compañeros-sonríe y juguetea con sus dedos-. Creo que ayer nos comportamos de mala manera con usted y es por eso que vengo a pedirle disculpas, principalmente por la chica que le faltó el respeto con ese comentario.

Frunzo el ceño y tardo un momento en comprender sus palabras hasta que recuerdo a la mujer que se había referido a mi.

-Agradezco mucho que hayas venido hasta aquí-le digo con sinceridad-. En verdad no deseo llevarme mal con nadie.

-Nosotros esperamos llevarnos bien con usted, ya que es nuestra jefa y supongo que usted si estará mucho tiempo aquí-se ríe.

-¿A qué se refiere?-cuestiono.

-¿Con qué?-me pregunta confundida.

-Con eso de que tal vez yo si me quede mucho tiempo.

-Ah-suspira-, pues la antigua encargada no duró ni 5 meses. El señor Fontanet la despidió por haber llegado tarde en una ocasión.

-¿Eso fue lo único que hizo que la despidiera?-pregunto sorprendida.

-Pues si, pero el señor es así siempre, una mínima falla y ya estás fuera de la empresa-se encoge de hombros-Aunque creo que igual la antigua encargada no se desempeñaba bien en su trabajo de todos modos.

-¿Es por eso que le tienen tanto miedo?-indago sobre el comportamiento del señor Fontanet, alias cascarrabias.

-¿Miedo?

-Si, ayer fui sin permiso al quinto piso y pude notar que su secretaria se alteró al verme.

-Si, creo que aquí quien más teme es ella, aunque los demás no mucho, sólo tratamos de mantenernos al margen. Ella sin embargo debe estar todo el tiempo cerca suyo, y tengo entendido que no es tan agradable, por más de que la vista sea buena.

-¿La vista sea buena?-repito sus palabras.

-Si, me refiero al señor, es guapísimo-sonríe tontamente y yo la miro con incredulidad.

Al notar mi expresión carraspea, se pone seria rápidamente y se despide para salir de mi oficina.

El señor Fontanet es muy temido por su carácter podrido pero al mismo tiempo las mujeres admiran su belleza.

Interesante.

Aunque yo sigo sosteniendo la idea de que nadie lo querrá si sigue así.

Niego con la cabeza para espantarlo de mi mente y continúo con mi trabajo.

----.

Apenas termino mi informe observo mi reloj y veo que son las 3 de la tarde. En el horario de almuerzo estuve hablando un poco con Sofía y traté de sacarle la mayor información posible sobre la empresa y por sobre todo, información sobre el jefe cascarrabias.

Lo más extraño hasta el momento es que nadie aquí sabe su nombre, únicamente lo conocen por su apellido. Y eso es muy extraño.

Imprimo el informe y lo acomodo en una carpeta antes de salir de la oficina. Tengo entendido que si quiero presentar informes sobre el personal tengo que hablar exclusivamente con el señor Fontanet, aunque eso implique incumplir otra de sus normas ya que probablemente sea la única que se interese aquí en hacer las cosas bien. O al menos los demás solo piensan en hacer las cosas bien pero totalmente alejados del jefe.

No entiendo porque le tienen tanto miedo.

Me encamino al quinto piso mientras vuelvo a leer mi informe, espero que el señor no me lo lance en la cara.

Cuando salgo del ascensor me acerco a la secretaria quien me brinda una cara de pocos amigos.

-Necesito hablar con el señor-informo.

-El señor no la ha llamado así que por favor retirese.

-Debo entregarle un informe-le muestro la carpeta.

-Déjelo aquí y luego yo se lo entrego.

-No, tengo que explicarle algunas cosas así que únicamente debo entregárselo personalmente-insisto.

-Pongo en riesgo mi trabajo si te dejo pasar-rueda los ojos.

-¿Por qué le tienes tanto miedo?-la cuestiono.

-Si tú te atreves, pues ve y toca la puerta-contesta, evadiendo por completo mi pregunta-yo no me hago responsable.

-Está bien, total si me reclama le diré que tú me has dicho eso-comienzo a andar pero la señorita me detiene.

-Espera-se alarma. Volteo a verla y suspira antes de caminar hacia mi-Le diré que necesitas verlo-y otra vez me mira con mala cara.

Sonrío.

Ella toca la puerta e ingresa a la oficina, volviendo a cerrar la puerta a su paso. Tarda unos minutos antes de salir, por suerte me indica que pase, pero mentalmente me preparo para escuchar un regaño.

Le agradezco y me adentro a la batalla de hablar con él señor cascarrabias quien está parado a un costado de su escritorio, observando hacia la ciudad a través de los ventanales.

-Espero que haya un buen motivo para que hayas venido hasta aquí-dice sin siquiera mirarme.

-Vengo a presentarle un informe sobre algunos personales que me parecen que sobran en la empresa.

No dice nada, se queda en silencio contemplando el paisaje sin dar señal de haberme prestado atención. O tal vez haya escuchado lo que le dije pero simplemente prefiere ignorarme.

Lo escucho suspirar al cabo de unos segundos y se toma su tiempo para voltear y volver a su asiento.

-¿A qué se refiere con personales que sobran?

-No sé cuál haya sido el desempeño de la encargada anterior, pero presiento que algunos que contrató están ahí solo por que ella se encargó de colocarlos en esos puestos, sin que tengan mucha experiencia.

-¿Usted sabe por qué despedí a aquella mujer?-me pregunta y vuelve a observarme fijamente. Creo que es una costumbre suya observar a la gente de esa forma.

-Si, creo que todos lo saben.

-No dudo en despedir a la gente apenas veo que comete unerror.

-Pues yo veo pruebas suficientes para sostener mi teoría de que algunos funcionarios no cumplen con su trabajo como deberían-pongo la carpeta sobre su escritorio al mismo tiempo en que le sostengo la mirada-, y da la casualidad de que estos funcionarios fueron contratados en el período en que estuvo ella.

-¿Le puedo decir algo? Con todo respeto.

Asiento, un poco confusa.

-Usted, señorita, comienza a irritarme.

Me quedo atónita ante su comentario pero no pierdo la calma. Cosa que me cuesta mucho porque en este momento me encantaría poder sacarme un tacón y meterselo en la cabeza.

-Con todo respeto, señor-imito el tono con el que antes me había dicho "señorita"-pero, ¿qué es lo que le irrita? ¿Que busque mejoras para su empresa?

-Que incumpla mis normas y que para colmo trate de decirme que no manejo bien mi empresa.

-En ningún momento he dudado sobre su manejo en esta empresa, aunque si piensa en eso, pues no sé qué decirle al respecto.

Bueno, creo que he roto una barrera. Y al romper esa barrera he despertado a la bestia.

El señor se levanta bruscamente de su asiento y camina hasta donde estoy, se para a mi espalda y voltea de un giron mi asiento, haciendo que quede frente a él. Agarra con firmeza ambos lados de la silla y se acerca por completo a mi, dejando su rostro a centímetros del mío.

-Estás colmando mi paciencia, y eso no te conviene-susurra.

-Solo quiero demostrar que puedo hacer las cosas bien-mi voz suena estrangulada, producto del pánico que me genera tenerlo tan cerca y tan molesto.

-Si quieres hacer las cosas bien solo tienes que mantenerte a raya, calladita y...

-¿Sumisa?-completo su oración.

Diviso un extraño destello en sus ojos y trago saliva.

-No quiero volver a verte en mi oficina a menos que yo te lo indique-espeta y se aparta.

Me quedo quieta un instante, intentando asimilar las cosas. Trato de controlar mi respiración y y cuando logro calmarme decido ponerme de pie.

-Al menos lea mi informe-le pido antes de salir de su oficina sin volver a mirarlo.

Quiere que me mantenga a raya, pues eso haré. Haré lo que me indiquen, y haré caso omiso a las fallas que hay aquí.

-Idiota-susurro, sin poder contenerlo.

            
            

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