-Pensé que querrías almorzar, esta mañana no saliste a desayunar-Dice en tono de ¿Reproche?
-Lo siento es que acabo de despertar-Respondo sin pensar
Al instante de decir esas palabras me arrepiento, prefiero que piense que me salto las comidas a que soy una holgazana que se despierta después de las 12, levanto la mirada para observar su expresión y noto que me mira divertido
-¿Vas a querer comer algo?-Pregunta
-Si señor-Respondo
Salgo de mi cuarto y cierro la puerta a mi paso, camino con él hacia el comedor y de inmediato reconozco el olor a bistec
-¿Quién cocinó?-Le pregunto después de tomar asiento
-Yo-Responde orgulloso
No creí que él cocinara
El hombre me sirve un plato con lo que parece ser un bistec en su punto, si eso sabe como huele y se ve, yo jamás me mudaré de esta casa
-¿Y Alice?-Pregunto con curiosidad
-Me llamó hace un rato, dice que ya está en camino-Responde
Me encanta la relación que tiene Alice con su papá, mi mamá para dejarme quedar en casa de unas amigas llamaba a cada rato a sus madres para cerciorarse que estuviera con vida
Le doy mi primer bocado al bistec y si, si sabe tan bien como huele.
-Cocina usted muy bien señor-Le digo con amabilidad antes de llevar otro trozo a mi boca
-Ya sé que estoy viejo, pero no tienes por qué decirme señor-Dice en tono demandante
-Si señor-Respondo de forma inconsciente
Esta vez él ríe de forma sutil
¡Hasta su risa es sexy!
Alice entra por la puerta con los tacones en las manos y nos saluda muy alegre
Se nota que le fue muy bien
-Buenas tardes papi, buenas tardes Lili-Me dice
-No me vuelvas a decir Lili-Advierto sin borrar mi sonrisa
Alice toma asiento con nosotros y se sirve un poco de comida, comenzamos a conversar los tres de su fiesta
-Sabes, nunca la había pasado tan bien como en aquella fiesta en Cancún-Me dice
Río al recordar ese día
-¿Cómo puedes decir eso?, si ni te acuerdas de nada-Bromeo
Aunque no es falso
-Sé que fue una fiesta increíble si al día siguiente amanecí tatuada-Dice
Ezra pone una expresión de sorpresa en el rostro
-¿Tienes un tatuaje?-Le pregunta serio
-Si, pero uno pequeñito-Responde fingiendo inocencia
Okey, la escena es bastante divertida, yo tengo suerte de que mi madre nunca se halla percatado del mío, probablemente me hubiese perseguido por toda la colonia con la escoba
-¿Y qué te hiciste?-Le pregunta Ezra
-Una media luna-Hace una pausa-Ni idea porque
-Querías hacerte tatuajes de mejores amigas, yo tengo la otra mitad-Le explico
-¿¡Que!?, ¿¡Tú también te tatuaste ese día!?-Pregunta sorprendida
-Yo te lo dije al día siguiente-Explico obvia-En mi defensa cuando estoy bajo los efectos del alcohol soy más espontánea de lo que debería
-Pensé que bromeabas, yo nunca lo he visto, ¿Dónde te lo hiciste?-Pregunta
Le doy un sorbo a mi copa de vino incómoda
-En una zona un tanto privada-Le digo
Okey, eso sonó mal
Volteo a verlos y ambos me miran con cara de incredulidad
-¡Tampoco es donde están suponiendo!-Me defiendo
El color sube a mis mejillas con rapidez y puedo sentir como estas arden, miro sus rostros y noto como los dos aguantan la risa
-¡En serio tienes que mostrarme eso!-Dice Alice emocionada
-No va a pasar-Respondo segura
Terminamos el almuerzo en silencio, Alice no dejaba de mirarme divertida y Ezra sencillamente no me miraba, espero que no haya pensado mal de mí, de igual modo no hice nada malo, bueno, el haberme dejado guiar de Alice quizás
Después del almuerzo recojo la mesa y lavo los platos, me encuentro un tanto aburrida, no sé si salir porque Alice de inmediato se quedó dormida y no me gustaría ir a conocer los Ángeles sola
Encuentro la botella de vino del que el señor Ezra nos sirvió en el almuerzo y de inmediato me sirvo otra copa y me siento en uno de los taburetes de la isla para disfrutar del vino
Pero pronto ya no es una copa, ni dos, ni tres y tristemente ni cuatro
A este punto ya digo estupideces.
-Hola, Ilaria-Me saluda Ezra
Joder, que incómodo momento para que me salude
Intento pensar bien mi frase antes de decirla, pero al notar por su expresión creo que ya es bastante obvio que ha notado mi estado
-Hola-Respondo después de lo que siento, fueron minutos
-¿Estuviste bebiendo?-Pregunta
Mierda, ahora además de una cualquiera cree que soy una alcohólica
-Si, pero solo una-Me defiendo
-Una botella-Susurra
Volteo a verle con enojo, pero de inmediato noto una gran sonrisa en su rostro
Estoy perdida, su sonrisa es demasiado hermosa
-Me disculpo por eso-Le digo con dificultad
Dejo mi rostro apoyarse en la encimera de la Isla y veo como él toma asiento frente a mi
-No tienes que disculparte, solo debes procurar no tomar así en una fiesta-Dice serio
Su comentario me provoca una carcajada, si supiera que yo con tres cervezas ya estoy caminando raro, bueno, con dos
-Yo no tomo en las fiestas-Respondo
-¿Y Cancún?-Pregunta divertido
-Alice puede ser una persona muy convincente, si convenció a mi madre para que me dejara ir con ella a Cancún puede convencer a cualquiera de hacer lo que ella quiera-Le digo
Nos quedamos en silencio unos minutos bastante cómodos y puedo sentir como me pierdo en sus ojos cafés
-Confieso que me da curiosidad el saber donde tienes tu tatuaje
Me tomo un par de segundos para saber si contestarle o no
-En una costilla, muy cerca de mis senos, por eso Alice nunca lo ha visto, bueno, nadie más que yo lo ha visto, debería no tener sostén para que se notase-Confieso
Me mira con sorpresa y al notar su expresión me invade el sentimiento de arrepentimiento instantáneo, ¡genial!, hoy he dicho más pendejadas que en toda mi vida
-Con permiso señor-Le digo intentando levantarme
Al poner mis dos pies en el piso me tambaleo, pero por suerte Ezra me sostiene antes que caiga
-¿Necesitas ayuda?-Pregunta
-No gracias, yo puedo llegar sola a mi habitación, pero gracias
Como puedo, recorro el departamento hasta llegar hasta mi cama y me quedo dormida al instante