Miedo al amor
img img Miedo al amor img Capítulo 5 Tomás Kim
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Capítulo 6 Mochi, dulce img
Capítulo 7 Un encuentro inesperado img
Capítulo 8 ¡Mochi no! img
Capítulo 9 Miedo img
Capítulo 10 Ángel guardián img
Capítulo 11 Mi pequeño ángel img
Capítulo 12 Jake, no puede ser img
Capítulo 13 ¿Por qué lo abrazas img
Capítulo 14 Epílogo: Boy with luv (Christian) img
Capítulo 15 (Acto dos) Prólogo: Guilty of luv (Nochu) img
Capítulo 16 ¿Por qué no te acuerdas img
Capítulo 17 Nochu img
Capítulo 18 Dueño y mascota img
Capítulo 19 Un día al aire libre img
Capítulo 20 Te encontramos img
Capítulo 21 Par de tortolitos img
Capítulo 22 A casa, juntos img
Capítulo 23 La leyenda del elefante img
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Capítulo 5 Tomás Kim

-¿Mi... Amigo? -soltó dubitativo Jack. -¿Lo dices en serio?

Esa palabra le provocaba fuertes sensaciones a su pecho: entre incertidumbre, a una alegría que puede llegar a la euforia. Pero se sentía incrédulo, no se conocían ni de una hora y ya quería proponerle ser su amigo.

Nunca le habían propuesto ser amigo de nadie, así que no sabía muy bien qué responder. Por supuesto que quiere ser amigo de alguien, pero tampoco estaba muy seguro si debía confiar en el pequeño, teniendo en cuenta que hace escasos minutos había atacado, indirectamente, la amistad entre Mochi y él; aunque realmente la intención de Chris no fuera así.

Pero, tras soltar un suspiro, asintió con un leve movimiento de cabeza a la pregunta de Christian. No podía perder la oportunidad de intentarlo, de tener por primera vez un amigo, con quién hablar, pasar momentos, reír, e incluso desahogarse llorando.

-¿Qué puedo perder? -Estiró la mano hacia el rubio-. Podemos ser amigos. Pero por una condición.

-¿Condición? ¿Cuál?

-No te metas entre la amistad d Mochi y mía. Es lo único que pediré. -dijo, esperando que su decisión no fuera la incorrecta. Y poder tener un buen amigo por fin.

Chris, al escuchar la respuesta, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja, agarrando frenéticamente la mano del mayor. Sinceramente no se esperaba esa respuesta. Se encontraba realmente contento. Por suerte no había roto la posible amistad entre él y el mayor.

-¡Perfecto! -Y sin previo aviso, empezó a mover el brazo de Jack como si su vida dependiera de ello. -¡Amigos! -sonrió. -Y no te preocupes, no haré nada malo entre tú y Mochi. -finalizó.

Jack, al ver al chico delante suya, se sintió acogido. Christian tenía los mofletes sonrosados y, aunque estuviera muy alegre, también se podía notar su nerviosismo. Un acto que le pareció tierno al pelirrojo.

No pudo evitar reír.

-Anda no seas tonto, y déjame trabajar. -Tras decir eso, siguió trabajando atendiendo a las jirafas y a los elefantes del Zoo, ante la atenta mirada del menor, mientras hacía alguna foto a Jack mientras hacía su trabajo.

Se veía muy ensimismado en su trabajo, y se notaba que le gustaba.

~*~

En otra parte de la ciudad, se encontraba un joven chico de cabellos azabaches mirando tiendas de ropa y escaparates de cualquier tipo de joyería. No sabía que hacer en su tiempo libre, mientras se encontraba de vacaciones en su trabajo.

-¡Agh! -Murmuró al ver que no había nada de su interés y por si fuera poco solo tenía 20 dólares en la cartera. -¿Y ahora que puedo hacer?

Siguió viendo escaparates, un tanto aburrido, hasta que vio en la televisión de un escaparate de televisores un anuncio de que había nacido una cría de delfín en el Zoo, así que impresionando, fue allí a ver esa criatura tan hermosa. No tenía nada mejor que hacer.

Tras veinte minutos caminando, llegó al Zoo y entró contento. Jamás había ido a uno. Y su primera vez no se sintió nada desilusionado.

-Waaa, es preciosa. -Hacía varias fotos con su teléfono móvil mientras observaba aquel animal, haciendo acrobacias. -¡Sigue así! -animaba al grupo de delfines que estaban allí, como un niño pequeño, aunque no era nada de eso.

Tras ver el espectáculo de los delfines, decidió comprarse un helado y ya de paso ver el resto del Zoo, hasta que se percató de otro pequeño animalito, que lo observaba fijamente.

-Ey, ¿cómo te llamas? -Tocó la trompa de nuestro querido Mochi como si el destino también lo hubiera atraído.

Jack que estaba atendiendo a los demás animales, se dio cuenta de su presencia, y no veía normal que dos desconocidos pudieran acercarse tan fácilmente a Mochi. Primero fue Christian, y después fue el pelinegro. ¿Por qué su Mochi estaba realmente raro? Y aún más sabiendo que Mochi tenía miedo a las personas y siempre se alejaba cuando alguien intentaba tocarlo, o le llamaban la atención.

Jack dejó todo lo que estaba haciendo, para dirigirse al nuevo sospechosos que estaba acariciando la trompa del elefante.

-¿Tú quien eres? -Habló Jack dudoso al ver que era un hombre extraño quien había animado a su Mochi y no Christian.

Aunque Christian también era un desconocido, ahora era su amigo.

-Hola, me llamo Tomás Kim, un placer. -sonrió con una sonrisa cuadrada, bastante bella ante los ojos de Jack. Los dos chicos que ha conocido hoy eran bastante hermosos.

-El placer es mío...

Desde ese instante, supo Jack que algo iba a suceder, pero no sabía muy bien qué podría ser. Pero sentía que su vida iba a cambiar mucho. Christian y Tomás iban a ser muy importantes en su vida. A tales maneras que su vida podría dar un cambio de 180º. Y no sabía si para bien o para mal. Pero tenía cierto miedo a que las cosas fueran a mal. Ha tenido una vida tranquila y no quería que se pusiera patas arriba por unos desconocidos.

Mientras pensaba ensimismado en aquello, a lo lejos escuchó una voz que lo tranquilizaba, haciendo que volviera a la realidad. La voz de Christian lo tranquilizaba bastante ya que era una voz armoniosa, ni grave ni aguda, sino dulce.

-Jack, ¿quién es él? -dijo Christian, que aún permanecía junto a Jack haciendo fotos.

Aunque solo se conocían de medio día, es como si una atracción incontrolable los uniera el uno al otro.

-Soy Tomás Kim, he venido a ver a los delfines, y cuando estaba dando una vuelta me encontré con él. -Señaló a Mochi que en ese mismo momento estaba bebiendo agua, desentendido de toda la conversación.

-Entiendo... -Dijo Chris, mirando de reojo a Jack, que no dejaba de mirar a Tomás.

¿En qué estaría pensando? -se preguntó Christian.

Y la primera vez sintió miedo de perder a una persona. Sintió celos. Aunque no se conocieran de mucho, sabía que Jack era muy importante, y el hecho de compartirlo le hacía sentir extraño en su pecho.

Él no dijo nada más y se fue con Jack a su lado, aún más cerca de lo que estaba ya. Sentía que debía proteger lo que era suyo. Pero ni siquiera era de él, ni siquiera habían comenzado a ser amigos. ¿Cómo podía tener un pensamiento tan posesivo?

Por un momento dado hubo silencio, creando una gran incomodidad a Tomás, que se sentía segundo plato entre ellos tres.

-Bueno chicos, ha sido un placer, otro día nos veremos. -Tomás, al sentir la incomodidad que se había creado, decidió irse. Sintió un aura de Christian que no le gustó, pero no iba a meterse en problemas y menos en su día libre.

-Hasta luego, Tomás. -Dijo Christian, mientras acariciaba a Mochi que había vuelto de beber agua, haciendo énfasis en su nombre.

Seguidamente se fue.

Mientras tanto, el silencio entre los dos jóvenes se había hecho presente de nuevo, y Jack no sabía muy bien como romper el hielo.

-No sé quién era. No lo había visto nunca.

-Ya veo. Bueno, da igual. -Christian dejó de acariciar al elefantito y miró al mayor. -¿O no da lo mismo?

-Sí...da igual. -vio como se iba el peli-negro.

Jack no entendía el comportamiento de su supuesto nuevo amigo, era muy extraño, sin duda. Pero en cierta manera, Tomás también le pareció muy curioso, tanto que tampoco se lo podía sacar de la cabeza.

¿Se volverán a encontrar?

                         

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