Capítulo 2 Expediente de Terror II - El acompañante

No sé cómo comenzar esta historia, se hace complicado cuando jamás has hablado del tema, de algo que es totalmente irrelevante e indiferente para algunos y lo vuelve a su vez ¡No importante! Para mí como persona... pero paso, me ocurrió, me sigue ocurriendo y simplemente vivo con ello.

Es muy extraño, como algo realmente sobrenatural o paranormal te puede afectar en tu vida cotidiana, en el trabajo, en la universidad, el colegio, una salida al cine y entre muchas más actividades diarias, actividades que se vuelven una pesadilla, un mal recuerdo o una pésima experiencia; eso ocurrió muchas veces mientras intentaba divertirme, aún me sigue limitando a muchas cosas, "Mi acompañante" como suelo llamarlo, es una entidad que al parecer nunca quiso o tuvo la intención de dejarme, y creo saber de dónde se origina todo.

Hace ya unos 12 o 13 años quizás, fui a visitar a mi abuela como de costumbre, así podía jugar con mis primos y ser la típica niña, más, sin embargo, ese día en particular mi mamá haría una visita a una vecina, una persona que se ha dedicado toda su vida a la brujería, santería y todo tipo de rituales y creencias oscuras; jamás he sido escéptica al tema relacionado con que siempre viví rodeada de dichas historias y vivencias de personas cercanas a mí. Ese día cuando entré a dicha casa con mi mamá, salí con un dolor increíblemente fuerte y pesado ¡Si pesado! En los hombros, recuerdo que le comenté a mi madre y ella solo me dijo que a lo mejor era un aire que había agarrado, al no saber simplemente no le di importancia.

El dolor se asemejaba a la pesadez de cuando cargas a un niño en tus hombros, es una mezcla de dolor muy ligeramente liviano y peso; a llegar a nuestra casa en la noche, mi abuela paterna me miró y me tomó de la espalda, ella me preguntó dónde había estado y yo solo le dije que había estado con mi mamá, y ella comentó – Donde te hayas metido, trajiste algo contigo – me puso de espaldas y comenzó a rezar, a los pocos segundos esa pesadez desapareció, jamás le di una explicación y tampoco lo entendí, mucho menos le di importancia, quizás porque era aún muy niña.

Desde esa oportunidad como toda niña, le tienes mucho miedo a cosas que son normales, sin embargo, si ocurrieron cosas extrañas a lo largo de mi niñez, una noche mi muñeca se encendió sola y comenzó a cantar, y al llegar mi mamá a la habitación, simplemente se había apagado, al revisar no tenía baterías, y lo siguiente fue botarla muy lejos, así hubo muchas veces sombras, presencias que eran obvias y se sentían muy cercas y sueños que son premonitorios desde un simple robo, hasta un embarazo dentro de la familia, un temblor o una enfermedad, y no sé aún si tomarlos como un don o algo negativo.

Me volví amante a lo paranormal, mis canales de televisión y películas eran terror extremo, todo lo relacionado con el misterio y lo paranormal, que por obvias razones sabía que existía, llegue a ver a la edad de 12 años a mi primer "Fantasma" en casa de mi abuela, un día a las 6 am mientras todos dormían y yo pretendía ir al baño, él estaba allí dentro del baño de pie, un hombre alto de piel oscura, con una camisa negra, jamás vi su cara no pude pues solo grité y corrí, pase varias noches asustada sin siquiera atreverme a entrar a ese baño de nuevo, y luego de los años nos mudamos.

En nuestra nueva casa me sentía más segura, y aunque aún sentía la presencia de alguien o algo, ya no tenía miedo. Al año y medio me tocó quedarme sola en casa, ese día la luz se había ido y mis padres habían salido con mi hermano a una consulta médica, yo me quedé para descansar y mientras mandaba mensajes de texto acostada, en la habitación de mi hermano, sentí como alguien me observaba a mis espaldas, – Debo aclarar esto, porque me pareció muy interesante al vivirlo yo – primeramente no sentí miedo, sino curiosidad, me giré y escuche los pasos de un niño pequeño corriendo, como escondiéndose, yo diría que tendría tal vez unos 5 años, me levante así como lo hacen en las películas y comencé a buscar y seguir esos pasos donde según yo, habían entrado, que era mi habitación, pero al entrar claramente no había nadie, fue en ese momento cuando sentí miedo y abrí la puerta trasera, luego con la claridad dentro de la casa, volví a acostarme y me quedé dormida.

Durante unos años no pasó ni ocurrió nada extraño, más, sin embargo, a mi mamá y mi hermano muchas veces los asustaron en la casa, mi mamá una noche despertó y vio al pie de su cama a una mujer que la miraba fijamente, pero ella es más fuerte, comenzó a insultarla y esa cosa desapareció, luego le movían las cosas estando ella presente y ausente también, a mi hermano muchas veces lo despertaban en la madrugada con una luz en su rostro y al abrir los ojos, todo el cuarto se encontraba a oscuras, pero a mí me comenzó a molestar de nuevo tiempo después de esos sucesos.

Fue una noche en la que pensé que era una pesadilla común, como esas que tenemos y al despertar se va, y no fue así, esta vez fue diferente, yo me encontraba en la misma posición en mi cama, como si estuviera viendo mi cuerpo dormir, y sentía todo como si estuviera despierta, no sé cómo poder describir la escena, pues aún ni yo misma la entiendo, pero sentía el cómo jalaban mi sábana, como me susurraban al oído, y como tocaban mi cabello, de verdad jamás había sentido tanto miedo en mi vida, desperté esa noche muchas veces hasta perdí la cuenta de cuántas veces fueron, pero al intentar dormir de nuevo ocurría lo mismo, seguía esa cosa molestándome y susurrando cosas que no lograba entender, hasta que no pude más y me levanté corriendo a encender la luz; eran exactamente las 4 am y desde esa hora no pude dormir, tenía miedo, sentía escalofríos y no quería volver a cerrar los ojos.

Esa mañana mi mamá se sorprendió al verme despierta tan temprano y con la luz encendida, me preguntó qué había pasado y le conté la experiencia, y pensé que quizás esa noche sería diferente, que solo fue una pesadilla y nada más, pero al quedarme dormida volvió a ocurrir lo mismo en el mismo escenario, los mismos susurros y los mismos actos, mi cabello, mi cama moviéndose y mi sábana igual, me levanté de nuevo corriendo y encendí la luz, eran las 3 am... comencé a rezar y así logré quedarme dormida con la luz encendida; ese evento siguió ocurriendo por dos noches más, una de esas mi hermano tuvo que dormir conmigo y otra mi madre, en la que ella no durmió nada pues dice que me quejaba mucho, como si estuviera huyendo de algo.

Días más tarde fueron unos tíos a rezar y orar en mi habitación, me regalaron un salmo con el cual duermo cada noche, lo coloco debajo de mi almohada, abierto por temor a que vuelvan esas pesadillas, y durante unos meses todo se mantuvo calmado, pero la verdad es que hace unos días, volvió aquello que me atormenta.

Llevaba varias noches sin poder dormir, mi sueño se cortaba hasta cinco veces en una noche, y solo podía dormir 10 minutos cada media hora, algo realmente estresante para quien realmente está cansado. Le había comentado a mi madre que no podía dormir, pero lo tomamos simplemente como preocupaciones o estrés, pero un día al irme a trabajar, mi madre se quedó en la casa arreglando unas cosas y cocinando, mi vecina tiene un perro que siempre nos visita pues soy amante de los perros, y cuando lo veo lo invito a pasar y así le doy comida, pero ese día en particular fue diferente, él entró a la casa y cuando se acercó a mi habitación comenzó a ladrar, mi mamá dice que tenía como miedo, pues no quería entrar a la habitación, solo ladraba sin parar y gruñía, pero cuando intento entrar a morder aquello que él podía ver y mi madre no, salió despavorido llorando y salió de la casa, desde ese día no ha querido entrar más.

Mi madre quedó muy angustiada y sacó una biblia la cual deja abierta en la sala, al llegar a casa ella me comenta lo sucedido, pero aun así no me dio miedo, no sentí ningún tipo de temor, simplemente yo me di un baño, cené y me acosté, esa noche dormí completo, no me levanté en intervalos de tiempo durante la noche, pero a la noche siguiente a esa, volvieron las pesadillas que me levantaban en la madrugada, esta vez fue diferente, pues yo me encontraba en una casa totalmente diferente a la mía, donde había una mujer sentada frente a mí, y yo me encontraba allí rezándole, al paso que sus ojos se iban oscureciendo por completo y sonreía de una forma muy diabólica, pero cuando despertaba del sueño y volvía a dormir, seguía corriendo la misma escena, como si fuera una película la cual paralizas y luego vuelves a darle Play para continuar viéndola.

Esa noche si sentí miedo, no obstante pude descansar, intente no darle importancia pues no quería que eso fuera más fuerte que yo, pero ha seguido ocurriendo, las pesadillas, las sombras, e incluso los sueños premonitorios, si siento esa presencia y sé que está conmigo a donde quiera que voy, durante mi jornada laboral la siento, es algo inevitable no hacerlo, pues se hace notar, he podido notar su sombra por el reflejo de los cristales o la formica de los estantes, o simplemente cuando te mira, y sientes esa mirada fija en ti y ese instinto de voltear y mirar; siento como roba mi energía y mi alegría, se alimenta de mí y aunque intento impedirlo y ser mucho más fuerte que eso, sea lo que sea, no sé cómo hacerlo, y mientras tanto sigo aquí... viviendo mi día a día en compañía de mi acompañante.

                         

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