KING: Nuevo reino, nueva era -Libro II-
img img KING: Nuevo reino, nueva era -Libro II- img Capítulo 3 II
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Capítulo 3 II

Me encontraba sentada frente a Timothée, en mi mano sostenía el vaso con jugo de naranja que hace unos momentos había traído Juliet, los dos estábamos revisando las cosas que había dejado el padre de mi esposo, unos cuantos se trataban de acuerdos con países diferentes, entre ellos Dinamarca e Inglaterra, unos que se quedaron en proceso como el acuerdo entre Francia, así que solo estábamos esperando la respuesta, tocaron la puerta y los dos dejamos de leer los documentos.

- Majestad, han llegado y piden verlo de inmediato, solo están esperando su presencia -ante esas palabras Timothée intercambio mirada conmigo-

- Es hora -se levanto y me espero- dile que en un momento vamos -el empleado se fue y los nervios me comenzaron a invadir una vez más-

- Ya está todo listo, ordene todos los documentos tal y como me lo dijiste, de hecho le puse separadores -el sonrío ante mi expresión-

- Ellos te van a aceptar, la mayoría son nuevos, de hecho uno de ellos lo conocí en Escocia ahora es encargado del comercio en Noruega, el estará a favor

- El estará a favor, el único de las veinte personas que estarán ahí -dije mientras agarraba su brazo- Te ves bien

- Tu pareces ser la Reina más hermosa que ha tenido Noruega

- No seas mentiroso, todo el mundo sabe que tu madre es la Reina más guapa que Noruega ha tenido, así que esta vez no te creo -comenzamos a caminar- Estaba pensando en guardar todo en una caja fuerte, lo que tenemos de tu padre, las pruebas.

- Muy buena idea, tal vez cuando regresé Harry podemos decirle que nos ayude

- Lo extraño mucho, la última vez que lo vi se veía tan nervioso, me dijo que tenía miedo de regresar a Noruega

Caminamos por los pasillos del castillo hasta llegar al lugar en donde se encontraban esas personas importante que hace tiempo había atendido, las puertas se abrieron y todos hicieron una reverencia, llegamos al lugar y solo había una silla, supongo que solo esperaban a Timothée, uno de los empleados rápidamente salió a buscar una silla, mientras tanto Timothée me ofreció el asiento a lo que yo accedí, el empleado llego y puso la silla junto a mi, para que Timothée se sentará.

- No esperábamos que la reina estuviera aquí - hablo un hombre mayor - con todo el respeto que se merece majestad -dijo mientras me veía-

- Hemos decidido estar presentes los dos -ahora hablaba Timothée- a los dos nos importa la situación del país, y lo que pasa en nuestro reino

- Muy bien dicho majestad, nos hemos enterado de los asuntos pendientes que dejo tu padre antes de morir, nos ha hecho llegar la información el Príncipe Henry

- Me alegra tanto saberlo -contesto Timothée mientras buscaba con la mirada a alguien-

- Sabemos que para ustedes es difícil estar a la altura de este cargo, no estoy dudando de sus capacidades, pero usted tiene veinte años y su esposa parece tener diecinueve años

- ¿Acaso trata de decir que su Rey no está a la altura? -Timothée sonrió ante el comentario que provenía de un chico que al parecer era el amigo del que hace unos momentos me hablaba-

- No, claro que no, lamento tanto si todo esto se mal entendió -el hombre volvió a tomar su lugar-

- Sabemos el valor de este cargo, desde el momento en que mi esposa y yo fuimos testigos de que el pueblo depositaba la confianza en nosotros, por cierto mi esposa tiene también veinte años -guardo silencio y me vio, era la señal, me estaba invitando a hablar-

- En los documentos que cada uno tiene, están todos los acuerdos que se firmaron antes de la muerte del Rey Benedict, y también los que quedaron pendientes, ya estamos en contacto con cada uno de estos países, vamos a tratar de cerrar cada acuerdo para que Noriega siga siendo un país con un alta nivel económico.

- Me alegra tanto saber que usted ayudó al Rey a hacer eso.

- En realidad ella me dio la idea, yo estuve de acuerdo, así que estamos tratando de que antes de Febrero del siguiente año todos los acuerdos, para que las familias puedan festejar el día Nacional Sami y nos encargaremos de que se beneficie toda nuestra gente.

- Todo suena muy bonito, ¿Pero como van a lograrlo? -Un hombre alto miró a Timothée-

- Eso estamos viéndolo aún, por ahora esperamos la respuesta de Francia.

- Estuvimos hablando sobre su situación -dijo un hombre de los veinte que se encontraban ahí- y hemos decido que alguien trabaje para usted, como su padre trabajaba con el Príncipe Henry.

- Entre todas las personas llegamos a la conclusión de que el Príncipe Christian trabaje para usted, como es parte de la familia Real -dijo mientras en la entrada de la puerta entraba Christian sonriendo-

- Maldita sea -susurro Timothée-

- Timothée -hable y vi a los demás- no enfrente de él, demuestra que no te afecta, después hablaremos con el

-Perfecto, aceptaré a Christian en mi castillo, si eso es lo que quieren, ahora tenemos mucho trabajo, gracias por venir -dijo mientras me ofrecía su brazo y caminamos a la puerta en donde estaba su primo- ¿Que esperas? Te espero en mi oficina

- Primo, que gusto, voy a comer.

- Te espero en mi oficina, en cinco minutos

- Que genio, ¿Como la pasaron en su luna de miel?

- Demasiado bien -hablo Gisselle y lo observo- ¿Como sigue tu padre?, le debio doler más el saber que tu no serías rey que la muerte de su hermano

- Cariño -observo a Timothe y luego a Gisselle- Majestad, esta tan equivocada, mi padre quería a su hermano

Llegamos a la oficina y recordé que debía ir con Juliet.

- Timothée regresó en unos minutos, debo ir a mi habitación

- Esta bien -sonrio-.

- Por favor, no lo mates, ni intentes agredirlo, no quiero que te metas en problema

- Tal vez juegue con el como en los viejos tiempos, claro si no se me escapa un golpe de verdad directo en su rostro -deposito un beso en sus labios- no haré nada -dijo y yo salí de ahí-

Las puertas se cerraron y Timothée fruncio el ceño y sin rodeos hablo.

- Mantén tus manos y tus ojos apartados de mi esposa, sabes a lo que me refiero, tu la violaste

- No, eso se oye feo, tal vez tuvimos sexo

- La violaste, fue una violación Christian, ¿Que tan enfermo debes estar para hacerle daño a una chica?

- Debía hacerlo, ella no respetaba a mi padre

- Esa mujer de la que violaste ahora es mi esposa, no la toques, no te atrevas a hacerle daño por que no dudaré en hacer que vuelvan a usar la guillotina

- Eso no está permitido

- No está permitido a menos que el Rey lo ordene y para tu sorpresa yo soy el Rey

- No la tocaré, en realidad quiero hablar contigo, aunque no lo creas necesito tu ayuda.

            
            

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