Pasaron varias horas y su encantador policía la volvió a llamar le dijo que no dejaba de pensar en ella que
Con su hermosa risa y su encantadora forma de ser lo dejo tonto de amor por ella, María solo lo escuchaba alabarla y se colocaba roja por todo lo que José le decía, después de varios minutos el la invitó a salir María como vivía con una tía