Me alisté de lo más descarada posible según yo pues primero iríamos a almorzar y luego a bailar, me puse un vestido color vino hasta mitad del muslo pegado al cuerpo con mangas de gasa y unas zapatillas rojas, en mi bolso puse unos zapatos de tacón, algo de ropa por si acaso y maquillaje ligero.
Me despedí de todos en casa y sentía la mirada aguda de Sebastián, me incomodaba, pero ya que él me ignoraba yo igual.
Luego de encontrarme con Camila e Isabel fuimos al restaurante donde estarían los demás en total éramos como veinte personas, la tarde se pasó en risas, tonterías y locuras, ni que decir de las previas antes de ir a bailar.
Las cosas en la disco fueron de locura, aunque no me hablaba con muchos baile en grupo, pero en parejas estaba en perdida, pero mientras me movía sola en la pista sentí unas manos sobre mis caderas, estaba dispuesta a alejarlos de mí, golpearlo quizás.
Eran esos ojos con brillo que muchas veces me miraban, era Lucas con una sonrisa en los labios, su mirada me traía buenos y malos recuerdos, pero en ese momento no quise recordar nada, emperece a moverme nuevamente algo que a Lucas le agrado, bailamos hasta aburrirnos y bueno la fiesta está siguió entre tragos y baile.
Muchos nos fuimos en grupos para un mismo destino, yo me iba a quedar con Camila e Isabel pero mis planes fueron cambiados por Lucas que me jalo y me subió a su taxi, me hubiera importado y a mis amigas igual pero teníamos tanto alcohol en el sistema que no me incomodo, en el taxi estuvimos conversando aunque lo graciosos fue que según Lucas me hizo venir con él por el informe que tenemos que presentar regresando a clases después de fiestas, me causo algo de risa la cual no paro hasta que llegamos a su apartamento.
Estábamos en la sala, me quite mis zapatos y caminé, pero Lucas me detuve me dio una sonrisa coqueta, él muy descarado, la verdad no es que sea feo, sino que Sebastián es único, aunque no sea para mí.
Fue una mala idea mirar aquellos ojos café claros porque me perdí cuando reaccione estaba sentada a hornadas sobre Lucas y él sobre el sofá, me subía el vestido con sus manos y no dejaba de acariñar mis piernas.
Me separé de él, quise levantarme para irme, pero fue en vano pues me retuvo abrazándome y volviéndome a besar con rudeza, sabía que si continuaba esto acabaría muy mal, pero sus besos eran algo adictivos y estaban volviéndome loca.
Lucas parece que tenía experiencia en lo que hacía pues me quito el vestido con una rapidez elegante, yo estaba en ropa interior mientras él seguía vestido, no quise parecer una inexperta así que le quite la camisa e intente desabrochar sus pantalones, pero era inútil hasta que tuve su ayuda.
Nos separamos unos segundos y supe que debía calmarme o perdería la vergüenza, tenía la sensación de que esto acabaría en una noche y luego sería una más en su lista, no traería nada bueno.
Busque mi vestido en el suelo, lo cogí, pero Lucas me lo arrancho se veía algo decepcionado.
- ¿Te piensas ir?
- Esto está mal, no soy un juguete
- ¿Porque crees eso?
- Tengo mis razones
- Tus razones deben ser muy bobas te lo aseguro
- No lo son, perdón debo irme
- Dame una muy buena razón, una excelente razón y te dejo ir, pero igual tenemos que hacer el informe
- Lucas, yo estoy enamorada de alguien más y estoy tengo contra eso
- ¿El siente lo mismo por ti?, ¿te trata como se debe?, ¿ya son pareja?
Rememore a cada una de sus preguntas, me daba vergüenza responder a eso ya que no sabía cómo decir que no y recordé lo del beso y fue una acción mal realizada pues Lucas aprovechó eso y volvió a besarme, para lo siguiente me cargo y enredé mis piernas en su cintura llevándome a su habitación, pero lo que no sabía era que ese chico sería mi perdición.
Sentía que él había leído mis diarios con mis fantasías eróticas que tenía con Sebastián.
Luego de besarnos como si fuera el fin del mundo y desaparecer las únicas prendas que teníamos, Lucas hizo algo que solo en palabras lo describí en mi diario.
Lleno de besos mi cuerpo, fue algo glorioso y más cuando cada beso lo sentía más caliente en mi cuerpo, sus manos eran como hielo que calmaban ese calor que me volvía loca, sus besos bajaban centímetro a centímetro hasta que llegó a mi zona de lujuria, empezó a dejar besos al inicio, pero luego sentí su lengua por mis pliegues haciendo que la locura y excitación me consumiera, su boca era experta en lo que hacía, mi garganta la sentía seca quería gritar, pero no salían las palabras, sentí una corriente que me estremeció completa llegando al clímax.
- Lu(fue la única frase que salió de mis labios)
Lucas me sonrió y me beso con locura nuevamente, ya no me importaba nada ahora solo disfrutar el momento ya luego me arrepentiría.
Me daba vergüenza decirle que era mi primera vez y creo que lo supuso porque me miraba y sus labios pronunciaron aquellas palabras que ablandaron mi solitario corazón seré cuidadoso adoraba sirena.
Sentí como poco a poco entraba dentro de mi mientras me besaba cada vez con más pasión, gemí por la incomodidad que sentía, pero me habló al odio para luego empezar a moverse como todo un experto, solo diré que una cosa es verlo o leerlo, pero otra muy diferente hacerlo.
Lucas era todo una experto en la materia, enredé mis piernas en su cintura mientras sus embestidas eran más rápidas y gloriosas, mis gemido hacían que las embestidas fueran más rápidas algo que me excitaba demasiado.
Lucas se detuvo y pensé que todo había acabado pero no fue así, salió de mí y me dio la vuelta en la cama, me hizo arrodillarme mientras lo miraba sobre mi hombro cuando me dé una sola estocada estuvo dentro de mí, no sé porque me volvían frenética sus movimientos, jamás pensé que le pediría que sea más rudo, la realidad con la fantasía estaba acabando con mis neuronas en aquel momento y más cuando empezó a jalarme en cabello con sus embestidas haciendo que salieran gemidos intensos de mí y volviendo a llegar al clímax, me sentía extraña pues ya eran dos veces en una noche, no pude aguantar más y creo que Lucas tampoco pues sentí como acabo dentro de mí.