Lo miré con una sonrisa guiñándole un ojo para después volver al centro, mientras seguía mirando al público, uno de los hombres que estaban casi cerca del escenario me llamó la atención, las facetas de su rostro son tan marcadas y atractivas.
Terminó la sección de los primeros minutos y volvimos a nuestros camerinos.
X: -Cada vez te luces más, Jungkook .
-Es agradable ver sus sonrisas embobadas.
Solté una suave risa mirando a mi compañera, entre a mi camerino quitándome el antifaz para retocar un poco mi maquillaje, aún faltaba bastante trabajo. Tal vez más tarde ayude a repartir el licor.
Suspiré cuando acabo la función y fui con el encargado para hablar con el.
-quiero al mejor chico.
Lo mire y sonreí levemente aún con semblante serio después hablamos de cuánto sería o que haría con este chico.
-solo sexo y uno que otro azote ya sabes...
En aquel lugar, quienes fueran de más dinero, era quienes tenían mejores requisitos y el derecho a tener relaciones sexuales era uno de ellos. El encargado le dio la orden a una de las meseras quien fue hasta mi camerino. Me levanté de la silla abriendo la puerta.
M: -Pasa a la mejor habitación, uno de los clientes estará contigo.
-Está bien, gracias.
Volví a cerrar la puerta para terminar de peinar mi cabello y aplicar más perfume. Acomodé aquel antifaz en mi rostro de nuevo para salir e ir hasta la habitación, entre y me quedé sentando con mis piernas cruzadas en uno de los gran sillones al lado de la cama, ahora solo falta esperar que traigan al cliente.
Entre al cuarto y cerré bajo llave para ver al chico.
-hola lindo.
Me senté en la cama analizar su cuerpo por completo, ya me lo imaginaba en la cama llorando de placer después lo jale a mi con demasiada fuerza para ponerlo abajo de mi.
Tomé un poco de la botella de agua que había traído, luego la deje a un lado sobre la mesa, lo observé entrar. Vaya sorpresa que me lleve, era aquel hombre de facciones perfectas.
-Hola, guapo, encantado de tenerte aquí.
Me levanté de la silla parándome frente a él mientras estaba sentado en la cama. Iba a tomar la iniciativa de llevar mi mano a su rostro pero fue cuando me sentí jalado tirándome en la cama quedando bajo de él.
-Que fuerte eres.
Susurre y quité mi antifaz, lo miré por unos cortos segundos y dejé un beso en una esquina de su labio dejando la marca de labial allí.
Lo mire con atención y acaricié su mejilla.
-y tú eres muy lindo.
Tome sus manos y las puse arriba de su cabeza para morder su cuello mientras que con una mano sostenía las de el y con la otra recorría su cuerpo después empecé a quitarle el traje que traía pero no de linda manera.
-eres sádico lindo?
Miré mis manos sostenidas por las del contrario y luego a él. Jadeó suavemente por su mordida en mi cuello, tenía un aspecto tan dominante. Miré cómo mi traje de playboy era quitado con rebeldía.
-¿Acaso eso se pregunta? Se nota que estás sediento de placer ¿no?
En todo momento mantuve el tono de voz coqueto y dulce.
Sonreí y mordí con más fuerza.
-demasiado lindo, sobre todo con alguien así de guapo.
Abrí sus piernas y entre en el con brusquedad.
-que estrechó~
Lo azote para embestirlo con la misma brusquedad con la que entre.
Su otra mordida hizo aquel escalofrío más sobresaliente.
-Que agradable es escuchar eso.
Mis piernas fueron abiertas quedando a la disposición del él, un alto gemido salió de mis labios cuando entró sin previo aviso, su miembro es tan grande.
-A-ah~
Mordí mi labio sintiendo sus fuerte embestidas, mi entrada se fue acostumbrando al tamaño dándole el paso al placer. Tratar de no demostrar mucho placer era algo imposible por la manera en la que él se movía, eran sensaciones totalmente diferentes que con los demás. Aunque yo muchas veces escogía si tener sexo con ellos o no, pero este hombre me atraía con facilidad.
Sonreí y solté sus manos para mover su cadera con fuerza.
-que estrecho~
Mordí mi labio para seguir después salí de el para ponerlo en cuatro, jale su cabello para darle una bofetada.
-abre grande.
Escupí en su boca después metí mi miembro en esta para embestir su boca.
Dios, aquella jodida sonrisa que salió de sus labios es tan sexy. La cama chocaba fuertemente contra la pared, nunca había sentido esta clase de placer, va mucho más allá de los límites.
Me coloqué en cuatro como todo un conejo obediente, solté uno que otro quejido cuando jaló de mi cabello y luego por la bofetada. Abrí mi boca dejando que fuera escupida por el mayor, después aferré un poco mis manos a las sábanas cuando empezó a embestir mi boca, su miembro entraba hasta mi garganta haciendo que soltara algunas lágrimas, mi lengua se movía como podía dándole pequeños estímulos a su gran polla.
-ah si~
Mordí mi labio y tome su cabello con fuerza para meterlo por completo provocándole arcadas.
-eres muy bueno.
Lo saque para soltarlo con brusquedad después entre de nuevo en el con fuerza para embestirlo.
-eres tan bueno~
Encorve mi espalda un poco cuando su miembro estuvo por completo dentro de mi boca. Tomé respiración ya que lo sacó, dejaba que manejara mi cuerpo a su gusto, parecía como si estuviera hipnotizado.
-A-ah~ sigue, date todo el placer que quieras conmigo~
Mis piernas empezaban a temblar y mis lágrimas no se detenían. En la habitación se podía escuchar perfectamente mis sollozos y gemidos junto a los gruñidos y choques obscenos de nuestras pieles.
-lo voy a hacer lindo.
Sonreí y lo embestí hasta correrme después lo puse un pequeño pug.
-dame tus manos.
Solté su cadera con brusquedad y tome una cuerda para verlo.
-rápido.
Lo azote.
Antes de que él se corriera yo ya lo había hecho. Aquel chico era como una bestia deshaciendo cada gota de su lujuria.
Lo miré por unos cortos segundos y luego seguí bajo su orden. Nunca pensé encontrarme en una situación así, las diminutas gotas de sudor hacían ver mi piel más brillante, a la vez no podía parar de gemir y jadear.
Sonreí y ate sus manos con brusquedad, sin importar que lastime sus muñecas.
-eres muy bueno para estar aquí.
Termine y lo aventé a la cama boca arriba después busque juguetes en los cajones.
Sentí como me tiraba de nuevo sobre la cama, cerré mis ojos recuperando mi aliento mientras daba pequeños masajes en mis muñecas soltado jadeos. No podía decir nada al respecto, era mí trabajo, mañana me tomaría un buen descanso, de seguro no me podré levantar de la cama aunque sería una buena excusa para estar todo el día de flojo.
Ya estaba un poco más calmado al igual que mis piernas no temblaban de a mucho.
Termine de atar sus manos a la cabecera.
- eres flexible así que abre bien las piernas.
Golpe su panza con fuerza después le di una bofetada.
- Vamos abre.
Le puse una mordaza ajustada después jugué con su miembro.
ESTA ES LA MORDAZA

Me acomodé un poco pero luego solté un quejido por el golpe y la bofetada.
Abrí mis piernas dejándole espacio.
Mordí fuertemente aquella mordaza mientras el jugaba con mi miembro.
Es con el primer cliente que me atrevo a tanto, memorizaba cada una de sus expresiones.
Lo mire y sonreí.
- te gusta?
Golpe sus muslos internos después jugué con su entrada, entre en el sin pudor para embestirlo de la misma manera hasta que encontré su punto.
- vamos bebe.
Di un asentimiento como respuesta manteniendo mi mirada fija en sus ojos. Me traté de mantener tranquilo, incluso cunado volvió embestirme, todo aquel esfuerzo se desborono en el momento en donde empezó a tocar mi punto.
-¡Mmgh!
Me retorcí volviendo a llorar por esas embestidas constantes en aquella zona que me hizo correr fácilmente.
Sonreí y abrí sus piernas después me apoye de estás para embestirlo con brusquedad.
- ah si~
Mordí mi labio después lo azote.
~horas después~
- nada mal.
Quite la ataduras de sus manos.
Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado, pero aún se escuchaba la música, de seguro a mis compañeras les tocó reemplazarme en lo de repartir los cócteles.
Teniendo mis manos sueltas, bajé mis brazos peinando mi cabello hacia atrás. Casi no sentía mis piernas, lo miré por unos pocos segundos y me incorporé quedando sentado. Quité la mordaza para después sobar un poco mi mejilla.
- ¿Quedaste satisfecho?
- demasiado hermoso.
Sonreí y palme su mejilla.
- nos vemos luego.