Volteé a ver rápidamente dónde estaba cuando habló, quien estaba ahí era mi mejor amiga, Sun.
-Me asustaste y sí, me duele todo.
Dejé el cheque sobre el sofá que estaba a mi lado y caminé hasta mi silla frente al espejo.
S: -¿Seguirás trabajando?
-No lo creo, iré a entregarle esto al jefe y me iré a mi casa ¿me acompañas?
Cuando asintió, fui hasta el baño para bañarme y cambiarme de ropa.
-Listo, vamos.
Tomé su brazos para salir de la habitación y buscar al jefe que de seguro estaba entre el público, al verlo le entregué el cheque y recibí mi pago.
Jf: bien hecho.
Lo mire y sonreí.
JF: mañana regresas a trabajar sin falta.
Me fui de ahí para ir a guardar el cheque.
S: vamos a que descanses lo necesitas.
Sonreí levemente.
S: Como aguantaste cinco horas?
Hice una pequeña mueca, ¿de verdad me tocaba trabajar? Bueno, tal vez en la noche estaría mejor.
- Tienes razón, necesito dormir como todo un oso.
Empecé a caminar con cuidado hasta salir del lugar, reí suavemente por la pregunta y levanté mis hombros.
-No lo sé, hasta yo mismo me sorprendí.
Tomamos un taxi para dirigirnos hasta mi apartamento. Estaba demasiado exhausto.
Reí y negué.
S: ósea te gustó el señor o como lo hizo?
Lo analicé con la mirada.
S: tienes marcas.
-Era demasiado dominante, ni siquiera tuve tiempo de hacer movimiento alguno.
Llevé mi mano a algunas de las marcas que tenía en el cuello, no me sorprendía ya que era lo más obvio.
-Sí, pero ya mañana las taparé con maquillaje. Me la pasaré todo el tiempo en cama hasta que me toque trabajar otra vez. Mañana va a venir los de la mafia japonesa... hay algunos de los tipos que me caen mal.
Suspiré y asiento.
S: Lo se pero no podemos hacer nada.
Lo mire y cuando llegamos lo ayude a bajar.
S: además les gustas mucho, oí que ya tienen a chicos y chicas seleccionados para tríos o cuartetos.
Hice una mueca de asco.
S: espero no ser una seleccionada por qué dan asco.
Caminé con su ayuda hasta la puerta, saqué la llave de mi buzo para abrir la puerta.
- Yo también espero no estar entre esos. Por alguna razón esas personas siempre me hacen sentir incómodo.
Entre con ella y cerré la puerta, estando allí la abracé recostando mi cabeza en su hombro.
- ¿Duermes conmigo está noche? Sí, por favor.
Le hice ojitos de cachorro junto a un puchero.
Lo mire y sonríe.
S: esta bien pequeño, vamos.
Fui con el al cuarto y me acosté con el para jugar con su cabello.
S: algunos chicos decían que eras afortunado de tener a tan hermoso hombre hecho por los mismos dioses en tu cuarto.
Sonreí.
S: estaba bueno?
Estar sobre la cama era la gloria, por fin podía dejar que mi cuerpecito descansara. Mi atención se posó en ella y luego sonreí levemente recordando aquel chico.
- ¿Eso decían? Woah, me gusta ser envidiado. Es demasiado guapo, aunque ni siquiera supe su nombre.
Solté una risa dándole un suave golpe en el brazo.
- ¡Hey! Que son esas preguntas. Pero si estaba demasiado guapo, aunque trato de no pensar mucho en él... su aura era tan fría y es casi como si me hubiera tenido hipnotizado.
Reí bajo.
S: es que se veía bueno pero daba miedo acercarse.
Puchero y apreté sus mejillas.
S: además eres el favorito del jefe como no te iba a ofrecer con ese tremendo dios.
Mordí mi labio levemente.
- En verdad si era muy intimidante.
Me quejé cuando apretó mis mejillas y traté de morder su mano sin éxito alguno.
- Sí soy el favorito, debe saber que me incomoda estar con los de la mafia y me debe dejar solo en el escenario, si eso pasa también haré que no te seleccionen para eso.
Miré como mordía su labio y le di otro suave golpe.
-No hagas eso. Sabes ¿te imaginas que aún sujetos de otros planos astrales aún sigan visitando la tierra, hace tiempo que no se han presentado casos pero podría ser posible.
Me queje.
S: deja de maltratarme.
Puchero y reí.
S: no seas tonto eso no pasará y menos astrales, madura un poco Jungkook.
Me acomode para abrazarlo.
S: descansa.
- Es maltrato con amor.
Hice una mueca de desagrado mientras la escuchaba para luego hacer un pequeño mochín.
-Pero la anciana Yung dice que sí. No arruines mis sueños de fantasía.
Me quedé mirando un punto fijo por los primeros segundos y después cerré mis ojos. No sabía porque sentía la sensación de que él seguía cerca de mí, su aroma estaba intacto, puede ser que el perfume que tenía es muy empalagoso. Entre tanta pensadera me terminé durmiendo, mañana sería otro día de trabajo.
S: esa señora está loca no se por que le crees.
Hablé adormilada y suspiré.
~al día siguiente~
Llegué al Palacio... bueno así conocían mi casa por su gran tamaño y estructura.
- ven aquí
Llame a un guardia para sentarme.
- quiero a este Chico.
Le di una foto del chico de anoche y había podido hacer un pequeño hechizo para que siempre esté pensado en mí hasta que lo tenga en mis manos.
Recibí la foto observándola.
G- ¿Quiere que lo secuestremos o simplemente venga a dar sus servicios?
- secuestrado ya probé su servicio y es bueno.
Sonreí.
- en la brevedad posible necesito que sea mío ahora.
Mordí mi labio.
- búscalo ahora, ayer lo vi en el club ***
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Me desperté mirando a mi mejor amiga dormir aún.
-¡Buenos días! Hoy es un día soleado, ésta super ¡hermoso!
S: -Por dios Jungkook, cállate.
La mire arroparse y solté un bufido.
Otra razón por la que le llamaban conejo, era porque soy demasiado inquieto. Me levanté de la cama teniendo cuidado de mantener mi equilibrio, maldito dolor en mi cadera, me hacia parecer viejito, pero eso no sería obstáculo para el grandioso Jeon Jungkook.
Di suaves saltos y luego corrí saliendo de la habitación deslizándome por los pasillos sobre la baldosa, las medias lo facilitaban, me hacía parecer todo un patinador profesional. Bajé hasta la cocina para preparar el desayuno, me moría completamente de hambre.
Prepare los waffles míos y los de Sun.
S: -Que desayuno tan provocativo, mi afeminado amigo.
-Ajá, pero no más provocativo que yo.
Reí y llevé todo a la mesa para sentarme junto a ella empezando a comer.
S: -Ahorita más tarde tendré que irme, le ayudaré a mis padres.
-Ah, por supuesto, nos veremos en la noche.
Sonreí ampliamente para seguir comiendo. Sun se marchó al terminar el desayuno y luego me subí hasta la habitación de nuevo para ver una de mis series favoritas, cada capitulo está mejor. Tal vez en un futuro piense estudiar en una universidad, antes lo había hecho pero me expulsaron, fue divertido hacerle bromas a los profesores.
~horas después~
Llegamos al club y esperamos afuera de este mientras buscábamos con la mirada al chico.
G- dios ya llevamos tres horas aquí.
Me estire un poco para ver a mi otro compañero.
No quería salir del camerino, me encontraría con esos tipos desagradables.
X: -Tienes que ser un buen bunny, vamos.
-Pero no quiero.
Me quejé pero luego uno de los guardias tomó mi brazo para arrastrarme hasta el escenario. Allí se escuchó el típico anuncio y zapateé varias veces frustrado. Caminé junto a las demás hasta quedar como siempre en nuestros lugares. Al ver a los de la mafia me tocó fingir una sonrisa empezando a bailar. Al terminar la primera canción, me avisaron que me tocaría en la mesa ellos.
-Por dios...
Me escabullí un poco entre las personas tratando de tranquilizarme y poder ir, de seguro si voy en el estado que estoy soy capaz de agarrar las botellas de vivo y lanzárselas en la cabeza.
G.5: entremos.
Baje y pasamos la seguridad después nos separamos para buscarlo.
G.3: lo veo
Anuncie por la radio después lo jale para ir al baño.
G- buenas noches lindo.
Lo drogue.
Iba a caminar ya hasta la mesa pero me sentí jalado, no pude observar bien quien era.
Estando en el baño traté de defenderme pero ya era tarde al tener el pañuelo en mi nariz, me sentí tan mareado que quedé dormido al instante.
Lo cargue y tape su rostro para salir eh al carro.
Empecé a manejar.
G.2- por que será tan importante para el señor.
Suspiré mirando al chico.
Mientras los del lugar empezaban a buscarme por la demora en ir a esa mesa, yo ni siquiera estaba consciente de para dónde iba a parar.
Sun también estaba preocupada buscando por todas partes.
- Hasta que llegan.
Hablé en la entrada y tome al chico.
- yo lo hago, gracias.
Lo cargue como saco de papas para ir al cuarto después lo deje en la cama para golpear un poco su frente haciendo que despierte.