Genial, sueno como una prisionera fugitiva. Aunque en teoría así ha sido, es la primera vez que tomo mis propias decisiones y no hago algo que alguien más quiere. Solo estoy para complacerme, y por más que me sorprenda, cada vez me gusta más.
Mi fantasía se acabará dentro de poco, tengo en claro que no puedo continuar desaparecida por mucho tiempo, pero tengo la esperanza de que realmente pueda vivir algo como esto de forma permanente. Y no me refiero a no trabajar, sino a sentirme libre.
Eso es algo que no estoy segura, tengo mucha presión sobre mis hombros que no deja ponerme de pie. Es un milagro que hayan pasado casi cuatro meses fuera de casa y aún no me haya buscado la guardia nacional para llevarme de regreso a casa. Mierda, de todas maneras eso es posible, así que prefiero no seguir pensando en ello, sino en mi destino.
Después de varias horas de viaje me encontraba en San Diego, recorriendo el lugar, no estaba segura cual sería mi próximo destino.
Estaba dentro de mi auto, mirando el mapa mientras comía una enorme hamburguesa.
«No quiero ir a Los Ángeles, viaje muchas veces y sería algo lógico para buscarme. Tampoco California me convence lo suficiente» Pensé
Escuché el sonido de un avión que pasaba algo cerca del lugar en donde estaba y por unos momentos me cuestioné si tomar un avión sería lo mejor.
No tengo nada que perder.
Viajé por mucho tiempo por Estados Unidos, esto será una forma de salir de casa y ver que tanto puedo hacer allí afuera. Sé que probablemente si el pasaje está a mi nombre puedan saber donde estoy, pero no me importa.
Arranqué el auto nuevamente y me dirigí hacia el aeropuerto internacional de San Diego. Estaba segura de que a nadie le importaba de que desaparezca por un buen tiempo. Conocía a la perfección a mis padres y lo único que estarían pensando es que era otro de mis caprichos y ya volvería, aunque realmente no sabía si eso sería así.
Miré el tablero de los destinos y por alguna razón me llamó la atención ir a Hawaii, porque de todas maneras era una isla y a nadie se le ocurriría buscarme allí y sinceramente era lo que más deseaba en el mundo.
Compré el boleto y esperé las dos horas que faltaban para abordar. Los recuerdos me invadieron de repente, haciendo que las lágrimas salieran sin permiso.
-¿Estás bien? -cuando me di la vuelta me encontré con un chico, que tranquilamente podía tener la misma edad que yo
-Si, no te preocupes.
-¿Día difícil? -dijo sentándose a mi lado
-En mi caso sería una vida difícil -torcí la boca al pensar aquello
-¿Y a dónde vas? -él me miró- ¿Te molesta si me quedo aquí?
-Oh no, no te preocupes -intenté sonreír-. Voy a Hawaii o eso creo
-Oh que genial, al menos tu te darás un descanso
-¿Y tú a dónde vas?
-Tengo una reunión de trabajo en México, así que tengo un largo viaje
-Algún día iré a México
-¿No conoces?
-Aún no ¿Y tú?
-Yo tuve que viajar algunas veces, así que tengo algunos hoteles para recomendarte -sonrió
Aquel chico se quedó hablando conmigo por un buen rato, era amigable así que ni siquiera me incomodó. Luego de una hora, cuando su vuelo estaba a punto de salir, se despidió y luego lo vi alejarse.
Había conocido a muchas personas durante estos meses que estuve recorriendo, la mayoría eran amigables, pero ni siquiera me había molestado en hablar más de unos minutos, porque sabía que no duraría mucho y tampoco quería estar con nadie, necesitaba encontrarme de nuevo y para eso necesitaba estar un tiempo sola.
La única fue aquella hermosa mujer, no supe como explicar lo que había ocurrido allí. Fue tanto tiempo en el que intenté rehusarme a mis gustos y admitir de que me gustaban que cuando me sentí libre, sin mis padres, sin la prensa ni nadie que me juzgara decidí hacerlo.
¿Cómo podría resistirme a ella si me generaba ese tipo de cosas?
Quizás no me gustó mucho la forma en la que me fui, sin decir adiós, pero supuse que era lo mejor. Yo no tenía nada para ofrecerle, pronto seguiría viajando y ella no debía complicarse la vida con alguien como yo.
Octavia era una mujer tranquila, sin prejuicios y sumamente hermosa. No podía decir que no me hubiera gustado quedarme con ella, por así era, pero no ahora.
¿Es que me doy el lujo de pensar en un futuro con una mujer cuando estoy casada y teniendo una vida de mierda? Vaya, si que tenía expectativas.
La vida que ella tiene es la que me hubiera gustado, pero lamentablemente había nacido en un hogar y en un ambiente que no me podía permitir algo como eso, aunque últimamente me estaba planteando la idea de continuar allí.
A penas aterricé en "Hilo" busqué un sitio en donde alquilar un auto, había dejado el de mi abuelo en el aeropuerto, por lo que más adelante debería preocuparme por ir a buscarlo. Quizás lo remolquen o no lo sé, ahora no quería pensar demasiado en ello.
-¿Cuál de todos le gustaría, señorita?
El hombre me miraba con una sonrisa. Estaba a punto de alquilar el mismo auto de siempre, pero pensé que quizás ahora podía cambiar mi situación. ¿Porqué seguiría las antiguas normas?
Toda mi vida me habían gustado las motos y los todoterrenos, quizás la primera opción no sea buena para cargar todo el equipaje, pero había una 4x4 realmente hermosa allí.
-La Rezvani Tank, por favor. ¿Por cuánto tiempo podría tenerla?
Aún no estaba segura de cuánto tiempo más me quedaría, pero pagué por dos semanas, quizás en el camino se me ocurriría otro destino y tenga que irme de aquí.
Una vez arriba, sonreí de emoción y encendí la radio, poniendo música fuerte. A este punto me siento una adolescente por estar haciendo todo lo que no me permitieron en todos estos años.
El paisaje era hermoso, se podía ver la naturaleza en todo el sitio lleno de verde, el aire era diferente, estaba tan acostumbrada a la ciudad que esto simplemente me parecía el paraíso.
El clima era caliente, estábamos en pleno mayo y sabía que aquí comenzaba el verano.
Estaba ansiosa por llegar a Hawaii y sinceramente mi interior se encontraba más tranquilo.
Sin dudas podría ser este mi último destino, aquí podía estar sin pensar que alguien podría encontrarme, ya que en Estados Unidos era una persona conocida.
Después de recorrer un poco, me pondría a buscar el sitio en donde dormiría esta noche.
Agarré una de las rutas, parecía desierta. Aceleré, sintiendo el fuerte viento contra mi cara, esto era lo único que necesitaba.
De un momento a otro la camioneta comenzó a hacer ruidos extraños, así que paré.
-Era lo único que faltaba -susurré para mí
Abrí el capot del auto y sinceramente no entendía una mierda, comenzó a salir un pequeño humo y me asusté.
Genial, ahora me quedaría en el medio de la nada.
Escuché el sonido de un auto, quise caminar para intentar hacerle señas y que me ayudara, pero pasó tan fuerte que casi me vuela a mi.
Abrí la puerta del conductor para sacar una gorra con visera, el sol estaba demasiado fuerte y no quería morir aún.
Me quedé parada por unos minutos pero ningún auto pasaba y sinceramente no sabía que mierda hacer.
El sonido de unas ruedas frenar a mi lado hicieron que mi corazón se acelerara, no sabía de quién se trataba y tenía miedo por lo que me pudiera ocurrir en ese instante.
Di la vuelta y miré de quién se trataba, una furgoneta se había estacionado detrás de mi camioneta y segundos después bajó un chico rubio, tenía anteojos negros de sol. No parecía peligroso, pero aún no daba ningún paso hacia él.
Oh mierda, creo que estoy viendo fantasmas ahora mismo. Si mal no recuerdo, me había cruzado con él en la fiesta de Las Vegas. ¿Es que acaso él no me reconoce o está intentando ignorarme al mirarme con esa sonrisa divertida en su rostro?
¿Acaso él está solo? ¿Su amiga lo acompañaría?
Una pequeña pizca de ilusión se aloja en mi pecho, no sé porqué siento eso después de solo haberla visto un vez y encima hace al menos dos meses atrás.
-¿Necesitas ayuda? -preguntó quitándose los lentes
-Mhm si, no sé qué le ha pasado. ¿Eres tú?
-Es bueno volverte a ver -él sonríe-. Tienes suerte, sé algo de mecánica.
Jordan creo que era su nombre, aún tengo vagos recuerdos de la discoteca. Él había sido amable, supongo que puedo confiar. Abre el capot del auto y comienza a mirar, espero que sepa solucionarlo, no hace ni media hora que la he alquilado.
-¿La rompí? -él se ríe y niega con su cabeza
-Creo que es un problema de agua -dijo mirando el interior-. El problema es que no tengo en este momento ¿Tú tienes?
-No, acabo de tomar lo último -respondo mordiendo mi labio
-Bien. No importa, podemos solucionarlo.
El sonido de la puerta trasera de su furgoneta me llamó la atención y cuando dirigí mi mirada hacia allí, mi corazón comenzó a latir rápidamente.
No creí que la volvería a ver, después de todo los habíamos encontrado en otra parte del mundo y justo ahora ella también está aquí y con sus amigos.
No supe que decir, ella lograba que tenga ese efecto. Mi mirada fue hacia sus increíbles labios carnosos, y luego hacia su cuerpo.
Era la mujer más hermosa que había visto en mi vida, todo en ella era perfecto, incluso su ceño fruncido en mi dirección, era tan sexy en esa postura.
Tenía un pequeño short de jean, que apenas la cubría, junto a una remera atada por encima de su abdomen, que me dejaba apreciarlo por completo, tenía un tatuaje en su brazo, casi cubriendo toda la manga.
Mis ojos siguieron todo el movimiento que hizo con su lengua sobre su labio inferior.
¿Era real? ¿O la estaba imaginando?
No, ella era exactamente como la recordaba. Incluso se veía mucho más hermosa.
-¿Charlotte? -ella sube sus anteojos, poniéndolos sobre su cabeza y mostrándome aquellos ojos que tanto me habían atraído desde la primera vez.
-Hola de nuevo -muerdo mi labio inferior, jugando con él mientras espero su reacción. He sido una completa mierda yéndome del hotel.
-¿Qué haces por aquí? -ella sonríe, lo cual lleva mi mirada hacia sus labios y suspiro.
No, efectivamente esto no fue producto del alcohol. Octavia me parece mucho más atractiva con este aire al natural, sus ojos resaltan por el bronceado de su piel, su ropa mostrándome partes de su cuerpo que me habían vuelto loca esa noche me hacen sudar y ni hablar de lo que su voz me hacía.
-Vacaciones ¿Tú?
-También, vacaciones.
Ella hace algo que no me espero. Camina hacia mi y me deja un beso en la mejilla, dejándome oler su perfume. Por un momento sentí que la había extrañado, y me siento una idiota porque solo la había visto una noche y apenas sé un mínimo sobre su persona.
Pero allí me tiene, sintiendo cosas que no he sentido en mi vida, ni con mi marido. En una sola noche ha revivido una parte de mi que no creí tener, deseos que pensé que no estaban dentro de mi y pensamientos calientes que solo los generaba cuando la veía.