Capítulo 4 Al infierno

-Si, me lanza a ti... aquí junto a ti, un tipo sin gracia, y sin empatía. Mentiroso, abusivo.-Mientras lo despotrico veo sus venas azules resaltarse en su frente y la sien.

Como veo resultado a mis ganas de fastidiarlo, él me toma del brazo y me sacude. Su abuelo entonces interviene y le ordena.

-Andrés Santos, suelta a la Chica. Ya que no quieres estar casado con ninguna de las mujeres que te he conseguido, entonces puedes dejarla marcharse, igual que las anteriores-Vuelvo a mirar al viejo, este me da una mirada compasiva.

-No, no la dejaré ir. Es mi esposa y lo seguirá siendo hasta que la muerte nos separe.-Mi mirada se enfrió y volví hacia este loco, mis ojos se abrieron de par en par.

-No puedes hacer eso, no eres mi dueño.-Le grito una y otra vez.-Su abuelo mantiene una calma aparente, pero en el fondo, él sabe que yo no le soy indiferente a su nieto. Por la razón que sea que él tratase de mantenerme a su lado, por simple capricho o no, no importaba.

Flash back

Hace cinco años atrás, Andrés Santos estaba tan enamorado de una mujer, una mujer a la que toda su familia rechazó, al cabo que se hizo todo para que él no conciliara ese amor con dicha mujer.

Después de varias batallas libradas, la Chica llega a tener un trágico final, fallece en un accidente aéreo, desde aquel incidente desastroso, Andrés cambia totalmente, cambiando su actitud alegre y jovial por un carácter amargado y grotezco con los suyos.

A veces lo veían hacer caminatas por horas, solitario y sin ninguna compañía. Solía hacer esto con Verónica antes, ella era su musa amada, pero ahora ella ya no se encontraba en este mundo y Andrés había decidido cerrar su corazón ante las demás mujeres, evitando asi a que su abuelo tuviera algún bisnieto de parte de él.

Ese era el castigo que él daba a su familia por no dejarlo ser feliz con la mujer que quería.

Cuando Jason Landett mostró la foto de su

hija Camilla al abuelo, a este le pareció hermosa, todo lo que vió fue su mirada calmada, según se llevó esa percepción de la Chica.

Pero, a unos cuatro días antes de celebrar la boda, Jason Landett llegó sofocado a informar que su hija había sufrido un accidente automovilístico, por lo que estaba sin poder cumplir con la boda.

Enseguida el hombre mencionó que él aún tenía una solución abierta, que tenía una segunda hija, incluso era mayor por unos dos meses, lo que dejó muy perplejo por la diferencia de edades de las dos hijas.

Siendo un hombre discreto, no ahondó más, pero quedó con esa duda en su corazón.

Al mostrar la fotografía de Elizabeth Gu, el abuelo de Andrés mostró algo de sonrisas, dijo después, "me gusta más tu segunda hija", ¿Quién de las dos es la mayor?

Algo inconforme Jason Landett respondió que Elizabeth era su hija mayor, pero que lo era tan solo por dos meses, el abuelo estaba entendiendo bien, sin haber preguntado, hacerlo sería como abrir una caja de Pandora.

Así que hizo silencio y no hizo más preguntas.

Fin del Flash Back.

Hoy en la boda, se percató de dos cosas, que esta chica no era una mujer al azar y que la nueva esposa y ahora su nieta política, había logrado entrar en el radar de cierto sujeto frío.

Esta era la mujer que su nieto al fin se había interesado después de tanto tiempo, así que él no haría nada para ayudarla a irse, la quería aquí junto a su nieto.

***

Andrés Santos

Todos me tildan de grosero, un petulante, un tipo sin corazón, pero no soy yo quien irrespeta el espacio privado de otros, soy a la medida de lo que el dolor hizo de mi; un hombre solitario y sin nada en el corazón. Así que si se puede decir que no tengo un corazón, en su lugar tengo un pedazo de roca.

Se dice que uno debe ser feliz con lo que tiene, yo solo tengo dolor en mi corazón, siendo así, es lo único que puedo reflejar de mi mismo.

Los recuerdos vividos junto a mi querida musa Verónica fueron las mejores, sin embargo, ella ya no está conmigo.

"Amor, dime ¿Que puedo hacer para poder soportar tu ausencia? ¿No era mejor no tenerte jamás, que tenerte, sentirte y haberte tenido a luego perderte?

"Esos recuerdos con ella son las que aún me mantiene vivo, como bien dice, recordar es vivir"

Jamás amaré a otra mujer a como te he amado, aún después de tantos años, aún te sigo amando como si fuera ayer, eso no cambiará ni una docena de mujeres en mi vida, ni una sola en particular.

Aunque, debo aceptar que el día de hoy me sentí algo fuera de lugar, tuve sentimientos que creí habían quedado guardados muy en el fondo de mi corazón, creía también que nunca me iba a molestar por qué una simple mujer tuviera la atención de otro hombre, esa es la cosa, me sentí tan molesto con ése doctorcito, que más que un respetable doctorcito, parecía un indigente detrás de lo ajeno.

Un estafador, un... este, un secuestrador, un maleante. Pervertido sexual, Um no, un violador, ¿como llevarse algo que me pertenece?

¡Quería morir el dichoso doctor?-Y sobre todo, ¿Cómo ella se puso por encima de ella misma para protegerlo? Eso me hizo sentir miserable,

lo sabía, porque yo ya no podía tener eso de una mujer. Todo su amor, toda su atención.