Capítulo 6 Mi nueva vida con Jeremy.

En la mañana siguiente, Mahina se levantó temprano, y sintiendo el fuerte calor de 28 grados que los azotaba, decidió darse un baño en el río.

La bella chica, física y mentalmente, se sentía mejor. La corta conversación que había tenido en la noche con Jackson, le había alejado de la profunda soledad que la consumía.

Ella, aún luchaba con su propia mente para recordar, sin embargo, decidió tomar las cosas con calma para no envolverse en un fuerte estrés.

La joven, sabía que nada bueno le había sucedido. Ella no era tonta, sabía que claramente había sufrido algún tipo de maltrato, debido a las marcas que invadía todo su cuerpo.

Mahina, sentía como los pechos le dolían, también sentía como su vientre no se encontraba nada bien. Tenía varias hipótesis, pero no era capaz de aceptar alguna hasta confirmarla.

La nueva situación de vivir en la ignorancia, le hacía profundamente sentir, que al menos por un tiempo, podría sentirse en paz.

La pelirroja, observando todo el paisaje, se desvistió quedando en prendas íntimas y se sumergió en las aguas.

Llevaba varios días sin bañarse, desde esa vez que Jackson la había ayudado. Y También, ya era hora de hacer algo para refrescarse y relajarse.

Mahina instintivamente sintió que podía flotar y nadar a cuánto ella pudiese, así que intuyó que, habría tomado clases de natación en el pasado o simplemente era buena en ello.

Mientras la naturaleza era una buena compañera, ella inició a nadar como una completa sirena, disfrutando del hermoso ambiente.

***

Por otro lado, de la Fábrica, una limusina negra se estacionaba delante de la entrada. Un joven en traje de lino azul oscuro, salía con demasiada emoción.

Jeremy caminó rápidamente hasta la habitación de Mahina, sin embargo, su sorpresa fue no encontrarla.

―Así que viniste ni bien te lo confirmé.

Apareció Jackson, viéndolo por detrás con los brazos cruzados. Jeremy se giró y se le acercó con el rostro fruncido.

―Idiota, te estuve llamando todos los días, ¿Y ayer recién me confirmas, que se ha levantado ya desde un tiempo?

―Lo siento, estuve ocupado ―contestó el rubio despreocupado, con una media sonrisa.

―Eres desagradable, Jackson ―respondió el pelirrojo, con enojo en sus palabras―. Por cierto, ¿Dónde está ella?

Jackson también se preguntaba lo mismo. Desde anoche ya no se había cruzado de nuevo con la joven, y era extraño que no se encontrara en su habitación. Él también se encontraba intrigado, sin embargo, era algo que no lo haría notar delante de Jeremy.

―Yo qué sé, no soy niñera de nadie ―replicó fríamente.

Jeremy negó con la cabeza, entonces se le ocurrió, que de seguro había decidido a darse un paseo por el lugar.

―Vamos a buscarla ―le indicó, y Jackson en silencio simplemente lo siguió.

Caminaron por unos minutos buscándola por todas partes, pero no la encontraron. Entonces el último lugar que les faltaba era el río, así que se dirigieron hasta allá.

Cuando salieron por la puerta trasera, no observaron a nadie. Confundidos se miraron entre sí, hasta que de pronto, la hermosa pelirroja, comenzó a salir de las serenas aguas como una bella sirena.

Ambos abrieron sus ojos enormemente. Mahina, concentrada en sus pensamientos, ni siquiera había notado sus presencias, hasta que luego de avanzar unos pasos, alzó la mirada y el corazón se le paralizó por el susto.

―¡Por dios! ―gritó, sonrojándose, en tanto que, a la vez, intentaba cubrirse con sus manos todo aquello que podía.

Claramente, no se encontraba desnuda, pero de igual forma, se sentía avergonzada por estar en solo ropas inferiores.

Jackson se giró a ver al inocente Jeremy, y de inmediato le tapó los ojos.

―Idiota, no mires ―le dijo.

Jeremy no contestó, simplemente permaneció paralizado. La bella muchacha, en su mejor esplendor, lo había hipnotizado como la primera vez.

―¡Jackson, también cierra los ojos! ―gritó, Mahina, y él sonrojándose también se cubrió los ojos con su otra mano.

Mahina, corrió y se puso la ropa rápidamente. Después, cogiendo sus cosas, se les acercó con timidez.

―Ya pueden ver ―les dijo con el bochorno reflejado en su rostro.

Jackson suavemente bajó sus manos, y ambos miraron a la linda pelirroja.

Jeremy tragó saliva y, sin esperar ningún minuto más, apresuradamente se acercó a abrazarla.

Mahina, se quedó petrificada. No comprendía por qué aquel chico, había actuado de esa forma.

―Gracias por recuperarte ―le dijo Jeremy, en tanto un Jackson sorprendido, solamente tragó un bocado de saliva amarga.

Mahina, arrugó su entrecejo con confusión y no demoró en preguntarle:

―¿Tú... tú me conoces?

Jeremy, confundido, la alejó y la observó directamente a los ojos.

―¿Qué sucede? ―le cuestionó. Por lo tanto, de inmediato se giró a ver a Jackson.

El rubio, un poco avergonzado, evitó su mirada.

Jeremy los miró a ambos en un vaivén.

-¿Jackson no le has contado sobre mí?

El rubio haciendo un gesto de molestia, no respondió.

―¿Tú sabes quién soy? ―le preguntó Mahina insistente, mostrando su curiosidad.

―Yo..., no... ―respondió apenas Jeremy.

Jackson, resopló y traspasando su mano por la sien, le dijo:

-Jeremy, ella así te haya visto antes, de igual forma no te hubiese reconocido. Ella perdió la memoria.

***

-¿Por qué no me avisaste? -preguntó el pelirrojo ofuscado mientras caminaba en un vaivén.

Unos minutos atrás, Jackson le había dicho a Mahina que regresara a su habitación, por qué ellos tendrían que hablar de algo al respecto. La chica, algo avergonzada, por el acontecimiento de antes, accedió.

-No sabía que tenía que hacerlo -le contestó el rubio.

-¡Jackson! -gritó Jeremy iracundo.

-Por favor, ya déjate de dramas, niño.

-¿Jackson, a ti la vida te parece un juego?

-Sí, y lo sabes. Nunca te pedí que estés cerca de mí. Tú eres el que me sigue siempre, ¡Y es por ti, por lo que terminamos con esta responsabilidad, que no es nuestra!

-¡Te seguí únicamente porque me preocupas! Quería que regresaras a casa, pero no te importaron mis palabras.

El vínculo entre ellos dos, era único, aunque no lo pareciera. Ambos se conocían desde pequeños. Sus padres eran amigos desde siempre. Por ende, siendo tan recurrentes, inevitablemente se hicieron mejores amigos.

Jackson, siendo frío, airoso y despreocupado, y Jeremy, todo lo contrario, siendo amable, bondadoso y empático, congeniaban demasiado bien en sus momentos de calma. Tener distintas actitudes, se podría decir, que los hacía un buen complemento.

Jeremy apreciaba mucho a Jackson como un hermano, por eso no era novedad que siempre lo reprendía por sus acciones irresponsables. Su consideración era tanto, que incluso, el pelirrojo fue el único que se dio cuenta y se mantuvo preocupado a la ausencia de su amigo cuando huyó de casa. A los dos días inevitablemente lo buscó y no se detuvo hasta encontrarlo.

Jeremy quiso que Jackson regresara, pero el rubio se negaba insistentemente. Entonces el pelirrojo se entercó.

Jackson, siempre le decía que se fuera a casa, pero Jeremy siempre se aparecía de nuevo en la fábrica y en sus lugares recurrentes.

Un día Jeremy, en modo de rebeldía, le dijo que, si no regresaba, él seguiría sus pasos y haría lo mismo que él. Jackson, despreocupado, le dijo que hiciera lo que quisiera, y fue así que, entonces, ellos terminaron de esa forma, como el gato persiguiendo siempre al ratón.

Ese día del encuentro con Mahina, ambos se encontraban en compañía de su pandilla de amigos, en un recóndito lugar de la ciudad de Mali. Disfrutaban de la tarde hasta que, aparecieron al improviso, la pandilla enemiga que se hacía presente por la lucha de poder. Así fue, como se había desatado un confronte de pelea territorial, y es cuando a los minutos de disturbios, aparecieron los policías.

Fue la primera vez en la cual, Jeremy afrontó algo así de emocionante. Claramente, fue una nueva adrenalina muy divertida, que él no quiso admitir. Ambos ese día se dejaron llevar por el ambiente, sin imaginar que, se cruzarían con la persona quien cambiaría inesperadamente sus destinos.

-Repito, nunca te pedí que hagas nada -respondió, Jackson rodando los ojos.

-El día que me digas algo que realmente sientes, te creeré -le contestó Jeremy, sabiendo muy bien que las palabras de su amigo eran vacías-. En fin, eso no es el tema. ¿Al menos el doctor la vino a revisar?

-Viste ese día, que él se comportó insoportable cuando supo sobre mi apellido. No quería que sea una molestia.

-¿Solo por eso no lo llamaste? -le cuestionó Jeremy sonrojado de la impotencia.

-Está bien, no fue necesario... -De repente esa voz congeló a ambos individuos.

Jackson y Jeremy, se voltearon, y Mahina salió del portón viejo, encontrándolos en el mismo lugar en donde los había dejado.

En realidad, en todo el momento ella no se había ido. Le había ganado la curiosidad.

-Gracias a los dos, por preocuparse por mí. Me encuentro mejor, y considero que ya es demasiado lo que han hecho -les dijo, haciéndolos sentir culpables por su discusión.

Jackson, ahí es cuándo sintió un poco de arrepentimiento de nuevo, por ser descuidado. Tal vez, con la ayuda del doctor, ella hubiese estado más tranquila. Además, imaginó también que ella había escuchado todo su semblante frío, así que le quedó un sabor amargo en la garganta.

Jeremy soltó un suspiro como relajándose, y sin decir nada, fue a abrazar a la pelirroja.

-No debes decir eso. No es mucho lo que hemos hecho. Tú debes estar tranquila, por favor, no nos prestes atención. Yo quiero asegúrate, de que recuperarás tus recuerdos. No tengas miedo y confía en mí.

-Me llamo Mahina...-Es lo único que le contestó la joven, al ver que mientras le hablaba, no sabía cómo nombrarla.

Jeremy la alejó de inmediato para verla a los ojos, él se había sorprendido.

-No es mi verdadero nombre, pero me gusta. Jackson me dijo que debería tener uno, y él escogió ese nombre para mí.

Jackson, al mismo tiempo, al escucharla, se petrificó. Lo poco que recordaba él de la noche anterior, no había sido un sueño. La chica realmente había tomado en serio sus palabras.

Jeremy se giró a Jackson, y emocionado, corrió hacia él para darle también un abrazo con palmoteadas.

-¡Eres increíble amigo! -le dijo con una voz casi entre cortada.

El pelirrojo se había conmovido debido al rubio, "aún por completo, Jackson no está perdido" se dijo por sus adentros por el noble acto de Jackson.

Jackson, avergonzado, carraspeó sin alejar los ojos de la leve sonrisa de la muchacha, cerca de ellos.

-No es nada, simplemente era de broma. Pero ella lo tomó en serio -respondió el rubio. Qué completamente ruborizado, comenzó a mirar hacia otra parte que no sea los ojos de los chicos.

Tanto Jeremy como Mahina, sabían que lo que decía, no era real. Él se había esforzado mucho por darle un nombre.

-Te creo -le dijo Jeremy con una pícara mirada, y luego se acercó a Mahina, y la tomó de sus dos manos-. Hola, Señorita Mahina, yo soy Jeremy, sé que todo esto es tan repentino y te tiene confundida, pero...

El pelirrojo, en ese instante, le inició un pequeño relato de cómo la habían salvado.

Mahina, al fin, comprendió como había llegado a sus manos.

-... Todo sucedió de esa forma. Pero, escúchame, quiero decirte que de ahora en adelante no te debes sentir sola. Señorita Mahina, nosotros te ayudaremos en lo que sea. Desde hoy, formas parte de nuestras vidas.

Mahina sonrió con su corazón hecho una gelatina de conmoción, entonces miró a Jackson, y este, de brazos cruzados, le asintió como afirmando las últimas palabras del lindo Jeremy

-Gracias...-susurró entre un sollozo mientras caían sus lágrimas de alegría. Luego fijó a Jeremy, ese nuevo rostro, en especial, le causó seguridad y confianza.

****************************

~~Dos años después...~~

*Narra Mahina*

Las mariposas rozaban mi piel, me daban un pequeño cosquilleo que me hacía brotar una sonrisa.

Me sentía casi en el cielo. Imaginariamente, flotaba recostada en el gras, entre los combinados olores de las rosas y flores que rodeaban mi alrededor.

Las hermosas nubes blancas formadas de figuras que, casi siempre trataba de adivinar, me tenían atraída.

Esto era vida, era un momento tan calmado y majestuoso en donde me encontraba conmigo misma.

-¡Mahina! ¿Mahina, dónde estás?

Ante dichosa vos, sonreí. Luego, en un solo movimiento, me senté, espantando sin querer a las mariposas posadas en mi vestido.

Giré mi rostro, y a lo lejos observé a ese lindo ojis azules buscándome con la mirada perdida.

Con inmensa alegría, me levanté y corrí hacia él con los brazos abiertos.

-¡Jeremy! -grité con exaltación y ni bien llegué a él, me rodeó la cintura y me dio vueltas, sin dejar que mis pies llegaran al suelo.

Luego se detuvo, me miró a los ojos y me dijo:

-Mahina, te extrañé.

Viéndolo a lo alto, le respondí:

-Yo también.

Jeremy, con los años, había crecido increíblemente demasiado. Cuando lo conocí, era un adolescente de mí mismo vuelo. En cambio, ahora, era veinticinco centímetros más grandes que yo. Todo un hombre corpulento y buen mozo.

Su transformación definitivamente se podía notar a una sola vista. Él cambió mucho con el tiempo físicamente, sin embargo, su tierna personalidad seguía siendo la misma.

-Feliz cumpleaños, bello durmiente -le dije apretando sus mejillas y observando sus animados ojos.

-Te lo agradezco.

-Hoy, eres oficialmente un hombre adulto.

-Supongo que sí -me respondió y de nuevo me abrazó con todas sus fuerzas-. Estos dos meses fueron una eternidad.

-Lo sé, pero ya estás aquí.

Jeremy regresaba de un viaje de negocios que había hecho junto con su padre. Le tomó algo de tiempo, pero siempre se mantuvo comunicado conmigo.

-Bello dormilón, regresemos. Una cena nos espera -le dije con gracias. Jeremy asintió, y entrelazando su brazo caminamos de regreso a su mansión.

Con un suspiro de tenerlo aquí de nuevo, pensé como milésima vez, que había sido muy afortunada en mi vida, por haberlos conocido y por pertenecer a este lugar.

Años atrás, luego de haber estado un breve tiempo en la fábrica con Jackson, Jeremy me ofreció quedarme en su casa. Resulta que él había hablado con su padre, y el señor Giralf, había aceptado su pedido. Por lo tanto, ante la amabilidad del Señor Giralf y de su mano derecha, el Secretario Clarck, me fui a vivir con ellos.

Ellos, con el pasar de los meses, me cogieron cariño. Sobre todo, lo bueno que me sucedió, fue que tuve un vínculo muy grande con el señor Clarck. Qué, bajo las circunstancias de que aún no recordaba nada de mi pasado, me ofreció tener una nueva vida como su hija.

El señor Clarck Clinton, era un hombre soltero. No era una persona que vinculaba a mujeres, no tenía familia, y vivía en la monotonía del día a día.

No estoy segura de que sucedió, pero lo nuestro fue algo increíble, nunca me había sentido de esa forma con una persona. Sentía como si él era el papá que nunca tuve, y él sintió lo mismo refiriéndome a lo de una hija.

Llegó el día que él me adoptó oficialmente y, desde entonces, he vivido como tal.

Yo crecí y viví esos dos últimos años, teniendo una nueva vida cómo: La Señorita Mahina Clinton.

-Mahina, antes de ingresar. -Nos detuvo, Jeremy, luego me sostuvo de mi mano, acortando nuestra distancia-. ¿Me permites darte nuestro primer beso?

Su inesperado pedido me ruborizó. Por lo tanto, segura de mis sentimientos, le dije en voz baja:

-Sí...

Entonces él, con esa mirada dulce, acarició mi cabello, puso detrás de mi oreja el pequeño mechón suelto sobre mi rostro y, suavemente con un poco de timidez, se acercó a mis labios.

Era la primera vez, que obtenía un beso suyo.

Y así terminé de descubrir por completo que, de verdad, mi sospecha era cierta.

Yo..., yo ya estaba completamente enamorada de Jeremy Giralf.

                         

COPYRIGHT(©) 2022