No Gracias
img img No Gracias img Capítulo 1 La Noticia.
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Capítulo 6 Una Botella No es Una Disculpa. img
Capítulo 7 El Favor. img
Capítulo 8 Una Linda Pareja img
Capítulo 9 Conociendo Al Indicado. img
Capítulo 10 ¿Se Va A Casar img
Capítulo 11 Quiere Verme img
Capítulo 12 Despedida de Soltera. img
Capítulo 13 Buscando Un Viejo Amor. img
Capítulo 14 Un Bar Diferente. img
Capítulo 15 Me Debes Una Bebida. img
Capítulo 16 Un Plan Arriesgado. img
Capítulo 17 Me Gusta Tu Cabello Largo. img
Capítulo 18 Chaperona. img
Capítulo 19 Hora de Llegada. img
Capítulo 20 ¿Quieres Volver a Ser Virgen img
Capítulo 21 Subamos. img
Capítulo 22 Cartel Iluminado. img
Capítulo 23 Niña Bonita. img
Capítulo 24 Quiero Que Grites img
Capítulo 25 Domando a la Fiera. img
Capítulo 26 Teléfono Equivocado. img
Capítulo 27 Maleta Perdida. img
Capítulo 28 Reunión Familiar. img
Capítulo 29 Me Tengo Que Mudar. img
Capítulo 30 La Carta. img
Capítulo 31 No Recuerdas mi Nombre. img
Capítulo 32 Confesiones. img
Capítulo 33 Matrimonio Consumado. img
Capítulo 34 Negocios en Madrid. img
Capítulo 35 Lo Siento por Él img
Capítulo 36 ¿Una Luna de Miel img
Capítulo 37 De Visita a Madrid. img
Capítulo 38 Tercer Encuentro. img
Capítulo 39 Nombre Equivocado. img
Capítulo 40 Necesita un Médico. img
Capítulo 41 Una Cubeta de Agua Fría. img
Capítulo 42 Estas Hermosa Hoy. img
Capítulo 43 Indagaciones. img
Capítulo 44 Preguntas y Sorpresas. img
Capítulo 45 Indagando en el Pasado. img
Capítulo 46 Madres Furiosas. img
Capítulo 47 Tendrá que Esforzarse. img
Capítulo 48 Ayúdame. img
Capítulo 49 Marcar Territorio img
Capítulo 50 ¿Cuanto Quieres img
Capítulo 51 Planeando una Venganza. img
Capítulo 52 No Me Puedes Dejar. img
Capítulo 53 Cena de Amigos. img
Capítulo 54 Ayuda y Sorpresas. img
Capítulo 55 Escuchando a Escondidas img
Capítulo 56 No me Rindo Tan Fácil. img
Capítulo 57 Te Gusta img
Capítulo 58 Inicio de la Prueba. img
Capítulo 59 Entrando en Acción img
Capítulo 60 Las Cosas con Calma. img
Capítulo 61 Estaba en Shock img
Capítulo 62 Ideas img
Capítulo 63 Investigando en la Web img
Capítulo 64 Poniendo una Idea En Marcha img
Capítulo 65 Siendo Sinceros img
Capítulo 66 Liberty img
Capítulo 67 Una Prueba de lo que me Gusta img
Capítulo 68 Invitación img
Capítulo 69 Entregas. img
Capítulo 70 Máscaras Afuera img
Capítulo 71 ¿Por Qué img
Capítulo 72 Sobre que Estamos Pisando. img
Capítulo 73 ¿Me Estas Vigilando img
Capítulo 74 Un Regreso No Grato. img
Capítulo 75 Daño Colateral img
Capítulo 76 Una Reunión. img
Capítulo 77 Un Viaje Sorpresa. img
Capítulo 78 Una Inocente. img
Capítulo 79 Una Llamada Triste. img
Capítulo 80 Hazlo Por Él. img
Capítulo 81 La Hora de la Verdad. img
Capítulo 82 Dejando las Cosas Claras. img
Capítulo 83 No Te Vayas. (capítulo final) img
Capítulo 84 Epílogo (Una Boda Inusual) img
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No Gracias

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Capítulo 1 La Noticia.

PDV. Isabel.

Estaba saliendo del juzgado con mi mejor sonrisa tras ganar otro caso. En mi mente estaba mi porrista moviendo el trasero cantando "¡You won, You won!" Cuando mi teléfono repicó, observé la pantalla y era un número internacional, podía ser cualquier cliente que estuviera fuera, así que contesté.

– ¡Buenos días! – respondí, usando mi tono profesional.

– ¡Me casoooo! – escuché el grito al otro lado de la línea.

– Por Diooos, casi me dejas sorda – le respondí a mi amiga Pilar. – felicidades me alegro por ustedes, hasta que Luis Alberto por fin te dio el anillo.

– Ay sí, mi alma, tienes que venir a mi despedida de soltera.

– Por supuesto, no me la perdería por nada del mundo, pásame el día que tienes pensado hacerla y reviso mi agenda a ver qué tal.

– Nada de a ver qué tal, eres mi dama de honor / madrina / ayudante así que no puedes perderte nada. Tienes que venirte – chilló, con su acento cantado.

De nada han servido los seis años que tiene viviendo en Fráncfort, cuando hablamos, el acento español brotaba por todo su ser.

– ¿De dónde me estas llamando? Mi teléfono no reconoció el número – comenté al azar para que no continuara por ahí.

– Como te conozco, abogada – me la imaginé haciendo un puchero – no me cambies el tema su señoría.

– Pilar, te prometo que abriré un espacio para tu boda – me resigné, con ella a veces no se podía.

– ¿Qué parte de estar en todo, no escuchaste, Isabel María? – al decir mis dos nombres ya sabía que la estaba haciendo molestar.

– Tienes dos años que no tomas vacaciones, he tenido que ser yo quien ha ido a España, es mi boda y me lo debes, tienes que venirte un mes.

– ¿Un mees? – ahora fui yo quien grite mientras abría la puerta mi coche – ¿Te has vuelto loca? no puedo dejar la oficina por un mes – objeté. – Además, tienes que casarte aquí, esta es la tierra de ambos, es el trato.

– El mismo trato que tú tienes cuatro años rompiendo. – solté un suspiro pesado, llegaremos a viejas y me lo seguirá sacando en cara.

– Ok, lo siento ¿sí? Voy a manejar, estoy muy feliz por ti, te llamo al final de la tarde para que me cuentes los detalles ¿de acuerdo?

– De acuerdo, su señoría.

– Boba, te quiero, cuídate y salúdame al Luis.

– Te quiero.

Así colgamos y yo me dispuse a introducirme en el tráfico madrileño rumbo al bufete, aún me quedaba la entrevista con un prospecto de cliente y una reunión de socios. Al final de la tarde al llegar a mi piso, me quité los tacones de aguja negros y los puse en su espacio, justo al lado de la puerta en una repisa destinada para ello.

A mi piso solo se puede entrar descalzo, nadie va a traer la suciedad de la calle y con energías discordantes. Me fui a dar un baño, ponerme unos shorts de algodón grises y una camiseta rosa para irme a la cocina a prepararme una ensalada de pollo y por supuesto, llamar a Pilar a quien puse en altavoz mientras cocinaba.

– Ya te iba a llamar yo – contestó al segundo repique y me la imaginé torciéndome la boca.

– Mujer de poca fe. Ahora sí, ya tengo una copa de vino llena, cuéntamelo todo, ¿cómo fue?

– Bueno, en nuestro décimo aniversario me llevo a cenar al Radisson blue hotel, el que está en la Franklinstrabes 65, lo hemos visto juntas cuando viniste. Quizá ya lo olvidaste con el tiempo que tienes sin visitarme – aprovechó para recordarme nuevamente con su tono agrio.

– En fin. Cenamos de lo más divino, pagamos y cuando creía que nos íbamos pues no, mientras estaba distraída viendo el magnífico acuario cilíndrico que tienen en el lobby, Luis me llevó hacia el ascensor, ya para final de la cena estaba medio raro y al tomarme la mano estaba sudando así que le pregunté "¿Ey Luis, te sientes bien? Sabes que me encanta este hotel, pero no nos tenemos que quedar aquí "

– Sí tenemos, es nuestro aniversario. Vamos. Me dijo sonriente.

Una vez llegamos a la habitación me abrió la puerta y me pidió que pasara, me quedé parada apenas unos pasos de la entrada admirando la amplia sala con un mueble divisorio, que tenía un televisor giratorio, luego caminé hacia la parte donde estaba la cama y ¿qué crees? – me preguntó mientras yo me estaba masticando un bocado de ensalada.

– Dime – respondí con la boca llena.

– Sobre la cama estaba escrito con pétalos de rosas fucsia que combinaba perfecto sobre el cubrecama negro. "Cásate conmigo"

– Oh, que romántico – respondí con lágrimas asomadas en mis ojos.

– Y cuando me gire a ver a Luis estaba con una rodilla en el piso y mostrándome un hermoso anillo solitario.

– Pásame la foto ya – pedí.

– Mejor enciende la cámara para que lo veas en vivo.

Y al encenderla, mostró en su mano izquierda un solitario de oro blanco con un lindo brillante cuadrado sostenido por los cuatro lados.

– Ay, está lindo, me encanta Pilar, estoy feliz por ustedes – dije con un nudo en la garganta – Te extraño, hermana, quisiera que estuviéramos abrazadas brincando.

– Ay boba, no me vayas hacer llorar, yo también te extraño mucho hermana, sabes que eres más familia mía que cualquier miembro de mi real familia.

– Por cierto, tengo que llamar a María, ni se te ocurra decírselo tu primero o me matará – dijo refiriéndose a mi mamá. – Ay me están llamando. No sé quién será el inoportuno, pero puede ser del trabajo, te llamo pronto, te quiero su señoría.

– Te quiero, saludos al Luis – y así colgamos lanzándonos besos con la mano.

Yo me quedé sentada en la encimera de mi cocina terminándome la ensalada y saboreando el Cabernet Sauvignon del 2000 mientras los recuerdos de cómo Pilar se volvió como mi hermana llegaron a mi mente.

Soy la única hija de un matrimonio de abogados exitosos y me la pasaba jugando con mi niñera cuando no estaba en la escuela o en alguna actividad extra académica como las clases de inglés y alemán, apenas veía a mi madre para la cena y a mi papá prácticamente los fines de semana.

Una mañana mientras me mecía en mi columpio en el jardín de mi casa, vi que llegaba un camión de mudanza detrás de una camioneta tipo Vans gris, de ahí bajaron una hermosa y alta señora María Concepción, la mamá de Pilar; con su cabellera perfecta color rubio cenizo, ojos grandes y cara dulce, don Rafael un hombre blanco de cabello oscuro, ojos verdes, elegante y sonriente.

Luego abrieron la puerta trasera y sacaron en brazos a una niña de unos ocho años como yo, de cabello castaño claro y ojos marrones, me alegré instantáneamente porque ella podía ser mi amiga y corrí hacia la reja para ver cómo entraban a la casa de al lado, que hacía un año la estaban vendiendo. Me quedé ahí hasta que Pilar me vio y vino a mi encuentro con una muñeca parecida a ella.

– Hola, soy Pilar ¿y tú? – Saludó.

– Hola, soy Isabel, ¿vas a vivir al lado? – Preguntó

– Sí, es mi nueva casa, ¿quieres ser mi amiga? – quiso saber.

– Sí, sí quiero – respondí sonreída, solo tenía un par de amigas en la escuela y vivían lejos de mi casa. Ella sonrió y me entregó su muñeca.

– Espera un momento – le pedí antes de que se fuera – corrí hacia el banco al lado de los columpios para tomar una de mis muñecas preferidas, de cabello marrón como el mío y se la di, desde ese intercambio de muñecas fuimos inseparables.

Fui sacada de mi flashback por el sonido de mi teléfono que anunciaba un correo nuevo, lo revisé y era de uno de mis colegas con quien llevaba un caso en conjunto sobre la división de una empresa pidiendo unos documentos, se los envié y revisé mi agenda para la semana siguiente, lo único que no podía posponer era un juicio sobre un embargo el miércoles, así que tomé una decisión.

            
            

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