Capítulo 3 Capitulo 3

Luego de unos minutos llego a la Empresa Fauré, el gran cartel con el apellido se lo confirmaba. Espléndido no había otra mejor palabra que esa, todo ahí era espléndido tan pulcro y tan brillante desde el diseño hasta las personas que ahí trabajaban; todos se veían sonrientes mientras atendían a las personas se saludaban entre sí y supuso que eso se debía al Ceo de la empresa, después de todo quizá no era tan mala persona.

Al acercarse a la recepcionista está la miro de pies a cabeza y viceversa botando ahí todo lo que pensaba sobre los empleados, era de imaginar que todo eso era fingido desde la amabilidad hasta esa falsa pero creíble sonrisa.

-Necesito hablar con el señor Faure -pidió amablemente ganando una mueca de la recepcionista

-¿Quién lo busca? -Una voz ajena a ellas dos se hizo presente, era un tipo elegante con un porte algo dominante por cómo se veía seguramente era muy cercano al dueño era el único que no mantenía una sonrisa fingida mucho menos forzada- Nuevamente, ¿quién lo busca?

-Joven Lucas... -La chica se tensó ante la presencia de aquel chico.

-Soy... Soy Maya Adish -Hizo reverencia y miró nuevamente a Lucas

-Se-Señorita Adish -Lucas hizo repetidas veces la reverencia en forma de disculpa- Discúlpeme, no sabía qué era usted.

-Tranquilo no tienes que disculparte, solo vengo a hablar con el señor Faure -Este se detuvo asombrado, cualquier otra persona lo hubiera dejado por los suelos pisoteándole o diciéndole que valía menos, pero, con ella había sido diferente.

-Él señor Fauré está en una reunión y puede que tome mucho tiempo. Puede venir más tarde si así...

-Está bien. -Lo pensó unos minutos antes de volver a hablar- Puedo esperarlo -Hizo una reverencia y luego le sonrió, Lucas la guió hasta la oficina de Leo mientras hacía los cálculos necesarios e inventar una excusas por si ella decidía contarle a su mejor amigo el trato que había recibido.

Abrió la puerta de la oficina y se adentró junto con ella, le indicó que se sentará en el sofá mientras le prepara un café. Estaba nervioso, sin embargo, pudó mirar el hecho de que no andaba algo con que abrigarse y muy seguramente estaría congelada hasta los hueso.

Lucas puso la taza de café frente a ella, y sin disimular un poco su asombro lo hizo reír.

-Supongo que debe tener frío -le comunicó mientras se sentaba frente a ella- ¿No vio las noticias?

-Luego de desaparecer de la cena en la que conocería al joven Fauré me desconecte de todo. -Maya tomó la taza de café muy agradecida, tenía mucho frío ahora realmente deseaba contar con un abrigo.

-Ya veo... -Miró su reloj y se levantó de inmediato del sofá, tomó una libreta y algunas carpetas del escritorio mientras se acercaba a la puerta- Tengo que irme el señor Fauré vendrá enseguida, el café la mantendrá caliente.

Luego de que Lucas saliera de la oficina, se acercó a la gran ventana mientras veía la gran vista incluso podía ver el lugar en el que solía vivir antes. El tiempo siguió pasando al punto en el que se aburrió con temor se acercó a la estantería de libros y tomó uno, la mayoría de libros que tenía ya los había leído. Miro su reloj y ya había pasado al rededor de una hora, puso nuevamente el libro en el estante quedando paralizada en el momento que la puerta fue abierta.

Maya se dio la vuelta para mirarlo directo a los ojos, ¿por qué le resultaba conocido? Leo por su parte sonrió internamente al ver que se trataba de la misma chica.

Su postura era dominante y eso le causó gracia "supongo que todos los empresarios deben tener una postura así" pensó para sí misma.

Estaban ahí sin decir ni una sola palabra uno frente al otro, ella mantenía su mirada en cualquier otro lado que no fuera él, y él bueno, él no le había quitado la mirada de encima desde que se sentaron.

-Señorita Adish viene a hablar conmigo, pero no dice ni una sola palabra. -Con un tono burlón Leo decidió iniciar una conversación- ¿Tuvo que esperar tres días para venir a buscarme?

-Quiero disculparme por lo de la cena y de igual forma por haber chocado con usted en el lobby -Lo había recordado, era él con quien había chocado el día de la cena. No obstante, por algún otro motivo tenía el presentimiento de que lo había visto mucho más antes.

-Supongo que es lo único que puedes decir. -Leo la miro con desdén y está al darse cuenta se enojó.

-No esperabas que te trajera rosas para que me disculparas, ¿o sí? -La miro furioso por el hecho que había cambiado su tono completamente y nuevamente compartieron miradas- Lo siento señor Faure, pero se equivoco de chica.

Algo enojada se puso de pie dispuesta a irse, sin darse cuenta que Leo había hecho lo mismo. Supo que se había equivocado al tratarla así y ahora seguramente no la volvería a ver algo en su interior no quería que se fuera y el hecho de no verla de nuevo le desagradaba.

Tomó del perchero su abrigo y antes que saliera de la oficina se lo puso sobre los hombros. Maya un poco confundida abrió sus ojos ampliamente, miro de soslayo y observó cómo este le ponía el abrigo, su corazón empezó a latir desenfrenadamente.

-Dime Leo, habrá mucho frío cuando salgas, es mejor que lo uses. -Se acercó a la puerta y la abrió

Maya camino hacia la salida, pero no puedo evitar detenerse y luego mirarlo. Era estúpido sentirse segura tan sólo viéndolo a los ojos, le agradaba el hecho de mirarlo.

-Mi nombre es Maya -Dijo y luego salió.

Leo cerró la puerta y sonrió caminando de nuevo a su escritorio, le pidió a la recepcionista que llamara a Lucas el cual llegó de inmediato.

-Que un taxi la lleve, pero sin que se dé cuenta que fui yo quien lo pidió. -Le ordenó a su mejor amigo sin despegar la mirada de aquellos papeles, realmente no les estaba prestando atención, pero no quería que su amigo viera la estupida sonrisa que tenía.

-Si señor. -Lucas hizo una reverencia para luego salir, al estar en la puerta lo miro y antes de salir por completo le dijo- Quita esa sonrisa o pensaré que te alegro ver a la señorita Adish.

Leo le tiro el lápiz que tenía en la mano y este sonrió victorioso.

Miro su reloj y encontró la excusa perfecta, salió del edificio buscando a Maya hasta que a lo lejos pudo distinguir el abrigo de su mejor amigo. Corrió lo más que pudo hasta alcanzarla y así lo hizo.

-Se-Señorita Adish... -Su respiración estaba agitada había olvidado cuando fue la última vez que corrió así. Al ver que ella se había puesto el abrigo y lo estaba usando perfectamente sonrió, al fin de cuentas había una razón para que su amigo estuviera de buen humor- ¿Puedo pedir un taxi?

-Oh, no es necesario... -Le dijo, pero fue absurdo este ya esperaba un taxi y la estaba invitando a entrar- Supongo que no tengo elección.

-Supongo que no. -Ambos rieron, subieron al taxi cada uno a un extremo.

El silencio fue incómodo en todo el trayecto, cruzaron una que otra palabra ahora Lucas no la llamaría más "señorita Adish" y ella no lo llamaría más "señor Harrelson" cada uno llegó a su destino aunque uno de ellos no tuviera un destino predestinado solo quería cumplir una orden de su amigo y jefe.

Maya llegó a su apartamento aún con el olor del abrigo desde que se lo puso no había dejado de inhalar ese aroma, en definitiva olía a Yoongi y era un olor que le agradaba mucho.

                         

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