Capítulo 8 La insignia familiar

Justo cuando Lily iba a sacar el frasco de perfume de la mochila de Trevor, se dio cuenta de que había algo más dentro, que le resultaba bastante familiar, así que lo tomó para examinarlo.

En el momento en que vio lo que era, se asustó tanto que sus manos empezaron a temblar.

Inmediatamente reconoció que era el escudo de la familia Sanderson. Era una insignia dorada con forma de flor de Cercis.

Por suerte para él, ella lo había visto una vez, por lo que podía recordar el símbolo.

La familia Sanderson ha existido desde la época medieval y era una familia muy misteriosa. La riqueza y el poder que poseían eran inimaginables.

La perfumería Sanderson, que fue fundada por ellos, tenía ya un valor en el mercado de quinientos mil millones de dólares, lo que la convertía en una de las mayores empresas de Jork.

Sin embargo, eso apenas era una pequeña parte del patrimonio familiar.

"¿Es... este joven miembro de la familia Sanderson?".

Al mirar a Trevor, la expresión de la mujer cambió al instante.

Efectivamente, su apellido era Sanderson y tenía el escudo de la familia entre sus posesiones, ¡así que hacía parte de ella!

Cada uno de los miembros importantes de la familia tenía una insignia como esa, y una palabra de él podría determinar el destino de Lily.

Además, la tienda de lujo le pertenecía a la familia.

¿Cómo podría considerarse un robo si Trevor solo se llevó algo de una tienda que era propiedad de su familia? Tenía todo el derecho de hacerlo.

Dennis seguía esperando para ver a Trevor ser humillado, así que dijo con orgullo: "Gerente Lily, lo has encontrado, ¿verdad? Como dije, él es un ladrón...".

"¡Maldición! ¿Cómo te atreves a calumniar al señor Sanderson? ¡Seguridad, échenlo!", rugió Lily mientras levantaba la mano y abofeteaba a Dennis.

Ella dejó su huella en el rostro de él, quien empezó a derramar lágrimas, lo que lo hacía parecer miserable.

"¡Seguridad! ¡Saquen a este bastardo de aquí, y no dejen que regrese de nuevo! ¡Se le prohíbe la entrada a esta tienda a partir de este momento!", gritó ella histérica.

Todos lo que estaban en la tienda se sorprendieron.

No sabían lo que ocurría.

Pensaban que Trevor recibiría una paliza, y no esperaban que Dennis fuese abofeteado.

Al ver eso, Sylvia tampoco se atrevió a quedarse allí por más tiempo y salió corriendo del lugar de inmediato.

"Señor Sanderson, siento haberle causado problemas".

Al decir esto, Lily volvió a poner las cosas de Trevor en su mochila de forma ordenada.

Los dependientes de la tienda también estaban confundidos.

¿Por qué la gerente de la tienda, que tenía fama de arrogante, se volvió de repente tan educada?

Ella cerró el bolso después de acomodarle las cosas.

No obstante, accidentalmente usó más fuerza y rompió la cremallera.

"Señor Sanderson, siento haber roto su bolso. ¡Lo compensaré por ello de inmediato!".

Sacó rápidamente diez mil dólares de su cartera y se los entregó.

Sintiéndose avergonzado por tomar su dinero, él contestó: "Está bien. Este es un bolso común y corriente. No tiene mucho valor".

"Por favor, acepte esto. Fue mi culpa. Por favor, perdone mi error".

Poniendo el dinero en su mano, la mujer casi se arrodilló, rogándole que tomara el dinero.

Trevor se quedó perplejo.

'¿Qué le pasa a este mundo?'.

Tras ver que ella le suplicaba continuamente que aceptara el dinero, él lo tomó a regañadientes.

De repente, su teléfono sonó.

Era la entrenadora de baloncesto, Bessie.

"¡Hola, Trevor! Ya empezó la fiesta de cumpleaños. ¿Cuándo vas a venir?".

"Llegaré pronto. Estaba comprando un regalo y por eso llego un poco tarde".

"¡Venga, ponte presentable! ¡Quiero presentarte a una chica guapa!".

Trevor colgó.

Rara vez iba a esas fiestas de cumpleaños porque no tenía dinero para comprar un regalo.

Pero ahora las cosas eran diferentes.

Porque ya se había convertido en un chico rico.

Se preguntó si a Bessie le iba a gustar este regalo.