Al llegar a los últimos pisos y al ver hacia abajo, era como ver una pista de hielo en medio de tanta majestuosidad, se ve la gente subiendo y bajando por ascensores de cristal, como en una capsula espacial, el que está adentro observaba todo a su alrededor. Al salir del ascensor me topé accidentalmente con una pelirroja
-! Lo siento mucho ¡ me disculpé
- no discúlpame a mí, por estar distraída, casi, te hago caer por mi culpa, respondió la chica.
- vas muy cargada con tantas bolsas, ¿te puedo ayudar? le dije.
-Ay si, por favor agradezco tu ayuda, eres muy dulce, responde la pelirroja.
-Soy Jennifer. Me dijo
-Mi nombre es Pedro, con una sonrisa en mi rostro le contesté.
-! Guao ¡, veo que llevas muchos regalos a la familia, comenté.
-Es que viene unos familiares, desde el exterior, que teníamos mucho tiempo que no nos visitaban. Me contestó dulcemente
¡ Me alegra mucho !, respondí.
- Es aquí, donde dejé el carro.! Gracias ¡. Contestó con un gesto de amabilidad
Era un Mazda sedan, color blanco.
Tomé su mano, la miré a los ojos y la besé diciéndole: el gusto es mío.
Di la vuelta para retomar el ascensor, mientras esperaba a que el ascensor llegara, se me acerca un carro.
-! Oye Pedro ¡, gritó.
Volteé en enseguida, Era la pelirroja, sacó la mano por la ventana y me dio su tarjeta.
-Llámame, nos tomamos un café y charlamos sobre la vida! vale ¡
- ¡ Seguro, cuídate guapa !, respondí con mucha picardía
-Igualmente tu cariño, me respondió
Nada mal pensé, había hecho una amiga...
Guardé la tarjeta en la cartera, donde uno generalmente guarda todas las tarjetas. Ya de vuelta a casa, prendí mi moto y me fui a el apartamento. La moto era, de un compañero de trabajo, que me la dejó para pagarle en partes, ya que él quería comprarse otra más nueva.
El nuevo departamento, era más acogedor, contaba con agua caliente, filtro de agua, aire acondicionado y tenía un balcón con vista a unos atardeceres, donde se podía apreciar el más soñado crepúsculo
Era cuarto Jueves del Mes de noviembre, donde se celebraba el día de acción de gracias en los Estados Unidos de América. Es un momento familiar, como si fuera una navidad anticipada, ese día se daba Gracias por las bendiciones recibidas durante el año.
Desde muy tempranas horas, me rondaba un solo pensamiento en la cabeza: ¡La pelirroja!, con la frase: "llámame", inmediatamente, tendí mi mano hacia atrás para sacar mi billetera, al buscar encontré su tarjeta: Jennifer Oldson García. Pude observar que su profesión era Médico Veterinaria.
Comenzaba a repicar él teléfono, al cuarto timbrado contesta una dulce voz melodiosa:
-Hi, How are you?
-Hola, es Pedro, me recuerdas, te ayudé con unos paquetes en el centro comercial.
-Hola, claro que sí me acuerdo, como olvidarte, respondió.
-Como estás Pedro, que bueno que llamas.
-Me acordé de ti esta mañana, decidí llamarte y saludarte.
-Que vas hacer Hoy Pedro?, hoy es el día de acción de gracias
por los momentos no tengo ninguna invitación, le respondí.
-Mi familia viene de visitas, si gustas puedes venir y compartir con nosotros, digo como no tienes ninguna invitación por los momentos...
-Me encantaría, pero me da mucha pena le contesté.
-No te preocupes todos en mi familia son Emigrantes y son muy abiertos, la vas a pasar bien.
-Bueno, no se diga más, acepto su invitación Señorita.
-Te voy a pasar por mensaje la dirección o si prefieres, nos podemos conseguir en el centro comercial, donde nos conocimos, así me acompañas con la compra de unos víveres...
-Vale, te espero hoy a las 16 horas en el mall, ¿te parece?
-¡Ahí estaré Jennifer ! contesté muy alegre, me sentí como un niño, cuando le espera una grata sorpresa
Es hora de una buena ducha pensé...
En mi armario, contaba con 3 camisas mangas largas blancas y 2 pantalones tipo caqui, uno de color azul marino y otro color beige, los zapatos eran marrones claros o negros. Estaba por comprarme unas botas de cuero marrón, seguramente, me deben quedar padrísimo.
Faltaban 45 min, para las 16 horas, tenía el tiempo ajustado para el encuentro con Jennifer.
Iba por las calles y hacía un sol resplandeciente, mientras veía por el retrovisor, vi a una anciana cruzando la calle con andadera, al frente el semáforo que estaba en rojo, cambia a verde, estaba cada vez más cerca del centro comercial, precisamente a 7 min. Me quito el casco y miro alrededor, estaba muy concurrido el área, pensé.
Por ser día de gracias, era un día que más se vendía víveres, bebidas alcohólicas y pasapalos. Al rato suena mi teléfono, al contestar era Jennifer.
-¡Hola ya estoy aquí ! en el área de restaurantes, en donde está el café.
-No te veo, ah ya te veo, le contesté y colgué.
Al acercarme a la mesa, venía el mesonero, a tomar la orden, en ese momento, ella pide un Moccachino mediano con toping de crema americana, -y tu cual quieres Pedro?, me preguntó.
-A mí me da un Macchiato mediano con crema americana, le contesté.
-Al acercarme nos saludamos con beso en la mejilla y un abrazo corto.
Iniciamos una conversación, sobre nuestros orígenes, nuestras familias y sobre lo que hacíamos cada quien.
Al finalizar nuestros cafés, nos dirigimos a la tienda de víveres, pasamos por la máquina detectora de metales e ingresamos, ella cogió un carrito de mercar, yo a seguí.
Le pregunté, tienes una lista en mente o vas a comprar cosas muy puntuales, cuando de pronto, se ríe y me observa, al verme, los ojos, me coloca la mano en el hombro, y saca, una lista, como la lista de deseos de santa en navidad, ja,ja,ja, nos reímos y avanzamos hacia el pasillo de la charcutería.
-Tienes que probar este salchichón picante, es muy rico, me decía...
-Al pasar había una promotora, y al vernos, nos dio a probar del salchichón picante, que por cierto estaba en promoción por el día de gracia.
-Guao, que bueno está, le dije a Jennifer.
-El cuál ella respondió con una dulce sonrisa.
- te dije que te iba a gustar me decía.
Me tomó del brazo e íbamos como dos viejos amigos que se conocía desde niños por todos los pasillos comiendo y probando de todo...
Al llegar a la caja y al ver cumplido con el listado de compras o, mejor dicho, la lista de santa?, reí...
-Sígueme, ya sabes cual es mi carro, yo en mi moto esperaba, a que saliera el mazda blanco y la seguí, al conducir por la autopista, cruzamos por una desviación y un letreo, que decía, próxima desviación a 500 m, continuamos recorriendo y siguiendo las instrucciones del letrero, al llegar nos topamos con una intercepción en forma de Y, al ver su luz de cruce indicaba ir a la derecha, y entonces el camino sería recto hasta el final, parecía lejos, pero en realidad, no lo era, pero si un poco confuso con tanto cruce.
Se abrió el portón del conjunto e ingresamos, al ver las casas, eran como chalets tipo country, con amplia vegetación, al centro había una fuente hermosa, como una redoma, era una Diosa Griega, que sostenía un cuerno con su mano y del mismo brotaba el agua en abundancia.
Llegamos a la casa a diferencia de otras casas, lo que variaba era el tipo de puerta con vitral.
Ella me indicó que estacionara la moto delante de su carro. Dejé el casco en la moto y la ayudé con las bolsas del mercado.
Entramos en la casa, y de pronto salió un San Bernardo, muy grande que saludaba a su dueña, con mucha efusión.
-Bernan, conoce a Pedro
Me presentaba con su amado y peludo amigo, el cuál contestó con un Ladrido amigable y me tendió amablemente su pata, era como darle la mano a un caballero, que daba la bienvenida a su casa.
Ella muy sonriente, me miró a los ojos diciendo: Bernan te dio la bienvenida, ya eres como de la familia.
Al dejar las bolsas en el comedor, una bella y joven señora se acerca, a jennifer y la recibe con beso.
-Me trajiste las aceitunas negras y el pavo que te pedí?
-Si madre, ahí las traje.
- ¿Oh que maleducada, y el amigo que te acompaña no lo presentas Hija?
-Madre, es el Pedro, Pedro ella es mi madre.
-Mucho gusto Pedro. Yo soy María. Bienvenido
-El placer es mío mi señora le dije.
-mexicano! ¿Verdad? decía la Sra.
-La cual respondí Si, de Jalisco, Guadalajara
-Nosotros somos de origen madrileño, me decía la Sra.
-Fuimos a tomar un café y Pedro me ayudó con las compras comentó Jennifer
- Que bueno contar siempre con la mano de los hombres, contestó la Sra. María
-Pedro, toma asiento mientras desempacamos en la cocina, ya volvemos.
-Jennifer me prendió la TV y me dejó el control remoto, diciendo: por si quieres cambiar de canal, vale.
La Madre de Jennifer, parecía estar muy contenta con el invitado de su hija, ya le había escuchado que había conocido a un mexicano muy guapo y muy respetuoso.
Mientras la madre y la hija sostenían conversación al mismo tiempo que iban desempacando las compras. Pedro buscaba el canal de la lucha libre, hasta que lo consiguió.
Al rato el Bernan, se subió al sofá junto a mi regazo, parecíamos dos viejos amigos compartiendo los mismos gustos por la acción. Solo faltaban los tequilas.
Al cabo de un rato, entró a la casa, un Sr Rubio, vestía zapatos casuales de gamuza color azul, pantalones caqui color beige, chamase color blanco con azul tipo polo y unas gafas de sol.
-Hola, ya llegué familia, decía.
El padre de Jennifer, tenía cierto parecido con la hija, pero más se parecía a su madre. Sus ojos eran claros como los de la madre, de un azul celeste, eran como fijar la mirada en el mar, irradiaban luz, sus labios eran como pétalos de rosas, de un rojo carmesí profundo, su piel eran fresca y radiante con abundantes pecas y su cabello entre color zanahoria y rojizo.
Tu debes ser el amigo de mi hija, el caballero que tanto hablan.
Soy Pedro, mucho gusto
Bienvenido muchacho a la familia y feliz día de acción de gracia. Llámame Henrry
Hoy es un día para compartir y que mejor que con invitados, decía el padre.
Todos en la familia se veían amigables y felices, muy unidos pensé.
Llegada la hora del compartir, nos sentamos en el salón de comedor, había estofado de pavo, ensaladas, papas, pan con ajo y diferentes tipos de quesos
El padre, se levanta de la silla alzando una copa de vino, la cual estaba ya servida en la mesa
-Propongo un brindis por la familia por los invitados y por lo buenos comienzos. ¡Salud!, esas fueron las palabras de padre
Luego se levanta la madre,
-yo también voy hacer un brindis, por las familias del mundo para que a pesar de las distancias permanezcan unidas en amor. ¡Salud!
-Ahora me toca a mí, decía Jennifer: Porque el día de hoy, sea muy especial y que todos los días sean especiales por siempre. ¡Salud!
Ahora le toca a nuestro invitado, ofrecer su brindis, decía el padre de Jennifer.
-Por las familias, para que permanezcan siempre unidas en el amor y en la salud por siempre. ¡Salud!
-Gracias por tus buenos deseos, dijeron todos.
Del brindis, pasamos al estofado, luego a la degustación de quesos, los panes con ajo y finalmente llegaríamos al postre: una torta de selva negra que se veía jugosa y espectacular.
Fue un momento muy bonito, cuando de pronto sonó el teléfono de María...
son Juan y la familia, que hay retrasos con el vuelo en Europa y no podrán llegar a tiempo. Seguramente, llegarán mañana por la noche.
Qué lástima, que no están aquí, será mañana que compartiremos con ustedes decía Jennifer a través del parlante. Cuídense. ¡Besitos y Saludos!
El papá también habló por el parlante del celular diciendo: les guardamos comida rica, preparada con mucho cariño Saludos y Cuídense.
Una vez acabado el compartir, nos despedimos con fuertes abrazos,
- y muy agradecidos con ustedes por tan bonito gesto y hermosa reunión. La pasé buenísimo, les dije
-Adiós Bernan, viejo amigo, me despedí.
Al acercarme a la puerta, Jennyfer, se despide con un gran abrazo y un beso de medio pico, rosando mis labios, como el toque suave y sutil de un viento que frota con mis labios
-Me coloqué el casco y prendí la moto luego pité y anduve recordando la vía que me llevó hasta el lugar.
Eran las 21 horas, cuando salía de casa de Jennifer, seguí de largo por la vía iluminada en medio de la noche oscura hasta llegar a casa, estacioné, y subí el casco al apartamento.
Era una fresca noche, abrí el ventanal y el viento sopló tan fuerte anunciando precipitaciones, se sentía el jardín húmedo y provocaba tomar algo y ¿porque no?con una música para deleitar mis oídos y terminar de pasar la noche.
Por ser el día de acción de gracias la noche anterior, no se trabajaba al día siguiente, al menos en la empresa era así, de igual forma tocaba trabajar el sábado y hasta librar el próximo Domingo, así era ritmo de trabajo.
Jennifer, era hija única, contaba con apenas 22 años de Edad, nacida en los EEUU, sus padres eran de origen español, de signo zodiacal Géminis
Su pasión por los animales, lo convirtió en su profesión.
Desde muy pequeña jugaba a que era doctora y curaba a los animalitos. Un día peny la tortuga, se había atascado en la cerca del jardín y tenía lesionada la patica y ella lo curó, al cabo de unas semanas la tortuga andaba normal.
Mostró ser siempre una niña extrovertida y cariñosa, tenía unos padres que la adoraban desde que estaba en el vientre de su madre, era una niña muy mimada.
Era raro verla con capricho o enojada por algo, parecía ser muy feliz.
La paciencia era su virtud, serena y calmada pero algunas veces impulsiva. Demostraba sus sentimientos con mucha sinceridad. De su boca no salían palabras obscenas ni vulgares y su vos era dulce y melodiosa a simple vista caía bien.
Siendo sociable y muy inteligente le gustaba rodearse de personas cultas e inteligentes.
Cuando su padre se molestaba no hablaba, prefería mantenerse en silencio, en cambio su madre se desahogaba con las plantas del jardín, cuando había diferencias matrimoniales, solo se trataba el punto en concreto y se aclaraba el motivo de la molestia o lo que causó el disgusto, en la gran mayoría de los casos había un acuerdo.
En la familia, no había cabida para orgullos, todo se resolvía en una reunión o junta y se buscaba soluciones a los conflictos.
El amor y el cariño siempre estaban presentes por lo tanto se expresaba con hechos, de aquí que la hija sea muy detallista.
En cambio, Pedro era de signo Escorpio, enérgico, ansioso y siempre ocupado. Al igual que Jennifer era muy detallista y esperaba de los demás lo mismo, para él, era muy importante celebrar los cumpleaños y felicitar a un amigo o un familiar, siempre mantenía el contacto, siempre fue muy sociable.
Se podría decir que eran signos zodiacales compatibles, los signos opuestos pueden ser compatibles: "A veces habrá energías que te complementen al 100% de ese signo que es tu opuesto, pero habrá otras en las que estarás en choque, que sentirás que algo no está, que bien que falta algo o hay una confrontación directa"
Pedro y Jennifer estaban destinados a estar juntos...