El regreso de Wendy Martí
img img El regreso de Wendy Martí img Capítulo 1 La muerte firma contrato
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Capítulo 6 Hay que seguir luchando img
Capítulo 7 Lo inevitable img
Capítulo 8 Tenemos una misión img
Capítulo 9 Vamos contra reloj img
Capítulo 10 Una sincera amistad img
Capítulo 11 En las buenas y en las malas img
Capítulo 12 No es fácil cambiar img
Capítulo 13 La amistad por, sobre todo img
Capítulo 14 Cordialidad a toda prueba img
Capítulo 15 Un amigo nunca se niega img
Capítulo 16 Las cosas se complican img
Capítulo 17 Una mujer especial y diferente img
Capítulo 18 Las recompensas, llegan solas img
Capítulo 19 La mejor de todas img
Capítulo 20 El infierno de la pasión img
Capítulo 21 Medidas drásticas img
Capítulo 22 Ella es todo lo que yo quiero img
Capítulo 23 Un gran hombre img
Capítulo 24 Un amigo nunca se niega img
Capítulo 25 Una verdadera tragedia img
Capítulo 26 Tenemos que hablar, Wendy img
Capítulo 27 Siempre hay problemas img
Capítulo 28 Un nuevo caso img
Capítulo 29 Blofear, sí que ayuda img
Capítulo 30 Una verdadera tragedia img
Capítulo 31 El amor siempre se impone img
Capítulo 32 Con verdadero esfuerzo img
Capítulo 33 Conociendo la gloria img
Capítulo 34 Vivir de prestado img
Capítulo 35 Nada es eterno img
Capítulo 36 Del infierno a la gloria img
Capítulo 37 Al que obra mal, se le pudre el tamal img
Capítulo 38 Sin precipitaciones img
Capítulo 39 Mucho que hacer y poco tiempo img
Capítulo 40 El que con lobos anda, a aullar se enseña img
Capítulo 41 El que mucho abarca, poco aprieta img
Capítulo 42 El que se avoraza, no se satisface img
Capítulo 43 En defensa de su vida img
Capítulo 44 El abusador contra la inocente img
Capítulo 45 No hay nada oculto bajo el sol img
Capítulo 46 Abarcando todos los frentes img
Capítulo 47 Moviendo los hilos adecuados img
Capítulo 48 Más enemigos que hermanos img
Capítulo 49 Yo tomo lo que quiero img
Capítulo 50 Un ser sin entrañas img
Capítulo 51 No puedo creer que seas mi hermano img
Capítulo 52 Un final anunciado img
Capítulo 53 El derecho a ser felices img
Capítulo 54 No es fácil comenzar de nuevo img
Capítulo 55 Un ser sin entrañas img
Capítulo 56 Una cacería peligrosa img
Capítulo 57 El momento de la verdad img
Capítulo 58 Sin compasión alguna img
Capítulo 59 El mundo es todo mío img
Capítulo 60 El cerco se estrecha img
Capítulo 61 Droga, traición y muerte img
Capítulo 62 Esa era la intención img
Capítulo 63 Por amor... al dinero img
Capítulo 64 La belleza trae problemas img
Capítulo 65 La vida tiene que seguir img
Capítulo 66 No me importa el mundo, me importo yo img
Capítulo 67 La pasión causa locura img
Capítulo 68 Así es mi naturaleza img
Capítulo 69 Una dura lección img
Capítulo 70 Cortados por la misma tijera img
Capítulo 71 Pobre hombre rico img
Capítulo 72 El dinero no es la vida img
Capítulo 73 La felicidad no tiene precio img
Capítulo 74 No puedo vivir sin ella img
Capítulo 75 Hay que dar el todo por el todo img
Capítulo 76 Que comiencen las acciones img
Capítulo 77 La que espera desespera img
Capítulo 78 El momento de la verdad img
Capítulo 79 Cuando las cosas encajan img
Capítulo 80 Lo pasado, pasado img
Capítulo 81 El trabajo nunca se acaba img
Capítulo 82 En busca de su destino img
Capítulo 83 Cada quién tiene lo que se busca img
Capítulo 84 El cruel destino img
Capítulo 85 Solo contra el mundo img
Capítulo 86 Cero y van dos img
Capítulo 87 Los muertos no hablan img
Capítulo 88 El agua siempre vuelve a su nivel img
Capítulo 89 Las cartas sobre la mesa img
Capítulo 90 Fuera caretas img
Capítulo 91 Motivos para matarlo img
Capítulo 92 ¿Quién mató a Rómulo Gaytán img
Capítulo 93 La última voluntad img
Capítulo 94 El agua siempre vuelve a su nivel img
Capítulo 95 El momento de la verdad img
Capítulo 96 Ya no hay marcha atrás img
Capítulo 97 La vida sigue su curso img
Capítulo 98 El paraíso terrenal img
Capítulo 99 El poder, abre todas las puertas img
Capítulo 100 Drogadicto y asesino img
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El regreso de Wendy Martí

Flagranti Amore
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Capítulo 1 La muerte firma contrato

Sentada, detrás de su escritorio, en el privado que ocupaba en el bufete, la abogada Wendy Martí, trataba de concentrarse en aquellos escritos que debía presentar al juzgado, les daba una última revisada para que todo estuviera en orden y no tuvieran complicaciones con nada.

De pronto, la puerta de su privado se abrió y ella levantó la vista para ver quién era, Germán Domínguez, entró y cerró la puerta tras de sí, se veía más varonil y guapo que nunca, avanzó unos pasos hasta situarse frente al escritorio de la litigante.

-Necesito hablar contigo de manera urgente -le dijo Germán, viéndola a los ojos.

-Estoy con el escrito del juicio que tenemos encima... además debo revisar la apelación que vamos a presentar, así como el cambio de abogado que debemos efectuar para que...

-¡Ya basta, Wendy! Deja de escudarte tras el trabajo y enfrenta la situación como es -dijo él con un tono de voz contundente y directo- ya no eres una estudiante, ya eres toda una mujer.

-¡Yo nunca me he escudado de tras de nada! -dijo Wendy, poniéndose de pie y saliendo de su escritorio- siempre he sabido enfrentar la situación y mucho más, veces que tú.

-¿Entonces por qué me niegas el derecho a que hablemos y aclaremos las cosas?

-Porque no tiene caso volver a lo mismo... no eres consistente y...

Ella ya no pudo seguir hablando, Germán la tomó por la cintura y la jaló hacia él para besarla con toda ese amor y esa pasión que esa hermosa mujer le despertaba.

Por un momento, la abogada se quedó confundida, sin saber exactamente qué hacer, hasta que de pronto comenzó a corresponderle a la caricia, dejándose llevar por las emociones que sentía.

Las manos de él comenzaron a despojarla de su ropa, sin dejar de besarla y de acariciar sus perfectas formas, ella también intentó quitarle la ropa, amaba a ese hombre y lo deseaba más que nada en el mundo, así que ya no iba a luchar más contra ella misma.

Cuando ambos, quedaron en ropa interior, Germán la sujetó por las caderas y la levantó un poco, ella lo abrazó con sus torneadas piernas, al tiempo que, con un manotazo, Wendy, despejó su gran escritorio de madera, ya que Germán, buscaba un lugar para depositarla y continuar.

Domínguez, la acomodó de manera tierna y suave en el escritorio y luego, dejó los carnosos y sabrosos labios de ella, para comenzar a besar su cuello, sus hombros, sus mejillas, con una dulzura que hizo que la piel de Wendy, se estremeciera de pasión y deleite, luego siguió besando, lamiendo y chupando, sus hermosos y bien formados pechos.

Con la habilidad que lo caracterizaba, le desprendió el brasier y sin prisas, probó el sabor de aquellos senos deliciosos, firmes, tersos, suaves, incitantes, paladeando cada uno de sus contornos, disfrutando de su tersura y de ese aroma tan especial que ella emanaba.

Sin medir el tiempo que los disfrutaba, sin importarle repetir las mismas caricias, pasó de uno al otro, disfrutando con un profundo deleite y arrancándole gemidos de pasión a la abogada, al tiempo que notaba que su virilidad aumentaba con potencia motivada por el deseo, que sentía.

Wendy Martí, se sentía flotar, se cimbraba mientras recibía aquellas sabias caricias y se dejaba hacer recostada en aquel escritorio en el que pasaba largas horas laborando.

Ella no pudo evitar el hacerle sentir que quería que siguiera, y por eso le acarició la cabeza para motivarlo e indicarle que iba por buen camino, lo que lo enardeció más.

Germán, siguió descendiendo con sus labios por el vientre plano y firme, llegó al ombligo y le aplicó ese intenso tratamiento, mientras que el vestido caía al suelo y él, se posicionaba del resorte de las elegantes pantaletas de lencería y las bajaba.

Cuando el delicado calzón, quedó en los tobillos de ella, su boca ya había llegado al sitio preciso que buscaba, y su lengua se abría paso hacia la fuente de placer que lo esperaba anhelante, mientras sus manos acariciaban aquellos tersos y torneados muslos de marfil.

Las palmas y sus dedos, recorrían desde las rodillas hasta las carnosas y deliciosas caderas, con suavidad, sin prisas, como si buscara alguna imperfección en aquella tersa piel, para ese momento, Viridiana, ya era un volcán a punto de hacer erupción, había levantado una de sus piernas para poder abrirla, dejando en el piso su vestido y sus delicadas pantaletas.

La boca de Germán, al ver que el paraíso que buscaba abría sus puertas para facilitarle el acceso, no se detuvo un solo momento y con su anhelante boca y su inquieta lengua, comenzó a recorrer todos los ocultos rincones de su intimidad, paladeando las mieles del placer y del deleite.

Ahora las manos de Viridiana, rendidas ante aquel hermoso tributo, acariciaban la cabeza de él, para presionarlo más contra su cuerpo, contra ese punto en el que sentía la lengua y los labios, llenándola con un deleite que jamás se imaginó, con un placer sublime y enloquecedor.

Hasta que de pronto sintió que todo su cuerpo se tensaba, que todo su ser se estremecía, que en su cabeza hacía explosión un fuego que había subido desde su intimidad, pasando por su vientre, siguiendo por su pecho, recorriendo por su garganta y estallaba en su cerebro, haciéndola ver lucecitas de colores y arrancándole un profundo gemido de placer y satisfacción.

Aquella hermosa sensación que la desquició, que la hizo vibrar y estremecer, que le proporcionó un deleite que jamás soñó, duró algunos minutos y él siguió en su labor, mientras las manos de ella, oprimían con mayor fuerza su cabeza y sus gemidos aumentaban.

Martí, se estremecía con las caricias que estaba recibiendo, todo su cuerpo era un volcán esperando el momento propicio para hacer erupción, disfrutaba de manera intensa aquel momento tan especial en el que no había nada ni nadie más que su amor y su deseo.

Ese deseo que había mantenido reprimido por tanto tiempo, ese deseo que le gritaba desde el fondo de su ser que quería salir a la luz, manifestarse y convertirla en toda una mujer en esa mujer plena y temperamental que esperaba el momento para darse a conocer.

            
            

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