BLACKGOLD
img img BLACKGOLD img Capítulo 8 ❍[LA CONFIANZA]❍
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Capítulo 10 ❍[COINCIDENCIA]❍ img
Capítulo 11 ❍[PRESENTACIÓN]❍ img
Capítulo 12 ❍[CURIOSIDAD]❍ img
Capítulo 13 ❍[EL ASOMBRO]❍ img
Capítulo 14 ❍[CONFUNDIDA]❍ img
Capítulo 15 ❍[CAMBIOS]❍ img
Capítulo 16 ❍[MAL PLAN]❍ img
Capítulo 17 ❍[JUGUETE NUEVO]❍ img
Capítulo 18 ❍[REDES]❍ img
Capítulo 19 ❍[TONTERÍAS]❍ img
Capítulo 20 ❍[FLASHES]❍ img
Capítulo 21 ❍[LA FUSIÓN]❍ img
Capítulo 22 ❍[DESAYUNO]❍ img
Capítulo 23 ❍[ALMUERZO]❍ img
Capítulo 24 ❍[ACUERDO]❍ img
Capítulo 25 ❍[PLAN]❍ img
Capítulo 26 ❍[LA NOCHE]❍ img
Capítulo 27 ❍[SIN EMOCIÓN]❍ img
Capítulo 28 ❍[LOBO FEROZ]❍ img
Capítulo 29 ❍[PRESA]❍ img
Capítulo 30 ❍[IMPRESIÓN]❍ img
Capítulo 31 ❍[FECHA]❍ img
Capítulo 32 ❍[RECUERDO]❍ img
Capítulo 33 ❍[BOXING]❍ img
Capítulo 34 ❍[RESPIRO]❍ img
Capítulo 35 ❍[COMPROMISO]❍ img
Capítulo 36 ❍[SIN PALABRAS]❍ img
Capítulo 37 ❍[SORPRENDIDA]❍ img
Capítulo 38 ❍[¡SÍ! ]❍ img
Capítulo 39 ❍[TRAMPA ]❍ img
Capítulo 40 ❍[INDIFERENCIA]❍ img
Capítulo 41 ❍[CENA ]❍ img
Capítulo 42 ❍[CASA ]❍ img
Capítulo 43 ❍[CUMPLEAÑOS]❍ img
Capítulo 44 ❍[UN BESO ]❍ img
Capítulo 45 ❍[NUEVO DÍA]❍ img
Capítulo 46 ❍[DULCE ]❍ img
Capítulo 47 ❍[AHORA]❍ img
Capítulo 48 ❍[UNIÓN PERFECTA ]❍ img
Capítulo 49 ❍[NUEVO COMIENZO ]❍ img
Capítulo 50 ❍[ DECLARACIÓN DE GUERRA ]❍ img
Capítulo 51 ❍[PRESENTIMIENTO]❍ img
Capítulo 52 ❍[CONTROL]❍ img
Capítulo 53 ❍[DECEPCIÓN]❍ img
Capítulo 54 ❍ [ADVERTENCIA] ❍ img
Capítulo 55 ❍ [CONOCIMIENTO] ❍ img
Capítulo 56 ❍ [INCÓGNITA] ❍ img
Capítulo 57 ❍ [LÁGRIMAS] ❍ img
Capítulo 58 ❍ [OPORTUNIDAD] ❍ img
Capítulo 59 ❍ [DE NUEVO ] ❍ img
Capítulo 60 ❍ [DESCUBIERTOS ] ❍ img
Capítulo 61 ❍ [ADOLESCENTE ] ❍ img
Capítulo 62 ❍ [RETRASO ] ❍ img
Capítulo 63 ❍ [VERDAD ] ❍ img
Capítulo 64 ❍ [ CLARIDAD ] ❍ img
Capítulo 65 ❍ [VEREDICTO ] ❍ img
Capítulo 66 ‗‗‗ ❍ [ EPÍLOGO] ❍ ‗‗‗ img
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Capítulo 8 ❍[LA CONFIANZA]❍

La mujer caminó hasta él y se dejó caer de rodillas a sus pies; comenzó a acariciarlo. Debería ser un poco más fuerte. Un hombre no se mide por la cantidad de sexo que tenga, si no por la responsabilidad que tenga a la hora de hacerlo.

-Ya sabes lo que quiero -respondió ella con un susurro relamiéndose los labios.

Yasir descruzó las piernas, para darle más espacio. Con voz gutural expresó:

-No -negó con la cabeza-, yo no lo sé ¿Por qué no me lo muestras?

Triunfante por haber creído que había ganado sonrió.

-Claro que te mostraré -esa vez comenzó a acariciar su paquete con mucha destreza, y habilidad le desabotonó su pantalón. Colocó la cabeza sobre sus rodillas-. Te aseguro que lo vamos a disfrutar más que antes, bebé.

No podría quitarle mérito. La mujer tenía conocimiento a la hora de dar una mamada. Tenía apretados los dientes. No quería que ella supiera que le estaba dando placer. Sentía como su miembro entraba, y desaparecía en las profundidades de su garganta. Tenía los puños apretados con los dedos blancos por la presión en el respaldo de la silla.

Era cierto que estaba duro como una vara de hierro. ¿Por qué no lo estaba disfrutando? ¿De verdad estaba pensando en eso? Su cuerpo estaba ahí. Recibiendo placer y su mente analizando la situación.

La experta mujer acariciaba sus testículos con mucha delicadeza. Los sonidos de succión aunado a sus gemidos podían volver loco a cualquier hombre. No quería ser descortés, por eso le acarició la cabeza indicando con esto que estaba haciendo bien. En realidad; lo que estaba haciendo más que bien. Simplemente que al parecer él no estaba interesado.

Reclinó la cabeza al respaldo del sillón, y miró al negro del techo. Estaba deseando que terminara rápido. Lo cual no sucedería, si no ponía de su parte. Así que tuvo que utilizar un recurso que jamás había tomado. Cerró los ojos, y pensó en la pequeña bruja que estaba en el local. Que de manera tan inocente lo atraía como el canto de una sirena.

Quería sentir sus pequeñas manos sujetando su glande, para acercarlo hasta su boca y así sentir el calor a su alrededor. Fue entonces cuando un fuerte gemido salió de su pecho.

-¡Oh sí! -exclamó Yasir.

Al parecer esa expresión, hizo que la mujer que estaba entre sus piernas. Se animara, porque comenzó a succionar su miembro. Más rápido y más profundo, pero él se imaginaba a otra toda dispuesta a darle el placer que necesitaba. Cuando la chica pasó la lengua por sus delicados testículos. Yasir no pudo controlar el impulso de jadear y arquear las caderas para que le diera más.

-Ufff esto se siente muy bien.

En ese instante fue obvio que quería más de ella. Quería que su esencia de hombre corriera por toda su garganta. Le quemara y le marcara como suya. Volvió a imaginar aquella mujer que lo miraba con aceptación, y con eso sellaba su destino. Con los ojos aún cerrados y la cabeza reclinada, extendió los brazos y encerró con sus manos la cabeza de la mujer para inmovilizarla.

-¡Basta! -fue firme al hablar, ahora sería él quien dictaría el ritmo-. Abre la boca -ordenó.

Se empujó hasta lo más profundo de su garganta, y se detuvo un momento cuando la mujer hizo una arqueada. Se obligó a retirarse un poco, para luego comenzar a follar su boca en serio, con rápidas y largas estocadas. Yasir sabía que no estaba comportándose como un caballero. Pero necesitaba la liberación, si no lo hacía. Entonces no podría deshacerse de esa mujer durante la noche.

-Tómalo todo -siguió follando su boca sin contemplación ninguna.

Estaba muy cerca de correrse, su cuerpo estaba tenso. Sentía una corriente eléctrica que subía por la espina dorsal. Su miembro estaba hinchado y más duro. Los testículos también los tenía pesados. Arqueaba más sus caderas masculinas, para disfrutar más la sensación. En ese justo momento fue cuando en su malvada imaginación, era la pequeña bruja quien acarició con la punta de la lengua su glande y se encontró con sus ojos. Eso fue todo lo que necesitó, para encontrar la liberación duro y rápido en la boca de la mujer. Su corazón latía desbocado, cuando abrió los ojos, solo tuvo problemas de decepción.

Vio como su acompañante se relamía los labios, victoriosa. Si tan solo supiera que ella no era la dueña de esa eyaculación. Ella colocó su cabeza de nuevo sobre las rodillas masculinas.

-Estoy muy segura que lo has disfrutado tanto como yo.

-No estuvo mal, querida -Yasir lo dijo con toda sinceridad.

Al escuchar esas palabras la mujer se puso seria.

-¿Cómo es eso de que: "No estuvo mal, querida"?

Yasir se estiró en el sillón donde estaba, y guardó su miembro dentro de sus pantalones y se acomodó un poco. Estaba ya aburrido de que ella tratara de llamar su atención con estupideces.

-No me malinterpretes -trató de excusarse-, estuvo muy bien.

-Voy a pensar que es tu maldito español que siempre ha sido malo. -Ella se levantó del suelo, y acomodó un poco su vestido.

-No te pongas así -pidió él, extendiendo el brazo buscando el trago que había dejado en la mesa. Mientras que la mano libre la tomaba de la cintura y la sentaba en su regazo.

-Sabes que estoy aquí para ti -declaró la joven en voz baja, y buscó sus labios.

Al ver su intento él bebió su trago. Luego la miró a los ojos seriamente.

-Eso me consta -sonrió con arrogancia.

-Por eso me lo estoy jugando todo aquí, Yasir.

-También lo sé.

-Entonces, no me hagas recordártelo.

Él ladeó su cabeza.

-No entiendo por qué razón quieres arruinar el momento con una discusión.

Lo miró entrecerrando los ojos.

-Tal vez porque te di placer, y no me ha devuelto el favor -le contestó de manera espontánea.

¡Listo! Ya podía deshacerse de ella. La quitó de su regazo y la colocó en el sofá. Se fríamente para mirar fríamente a los ojos.

-Yo no te pedí que me dieras una mamada.

-Tampoco dijiste que no -lo miró indignada.

-Solo tomé lo que de buena gana me ofreciste -él se encogió de hombros.

-Eres un cerdo -bufó ahora molesta.

-Somos adultos, podemos darle a las cosas el nombre que realmente tienen.

-Creo que ha sido un error total y completo recurrir a ti con el problema de mi familia.

Yasir la miró con una ceja arqueada, y con sonrisa lobuna le dijo:

-Sabes que me necesitas

-Lo sé perfectamente. Lo que no estoy tan segura es que si esta ayuda tuya me traerá algún tipo de problema al final.

-¡Vamos, cariño! Sabes que soy la única opción que tienes. -De nuevo la tomó de la cintura y pegó su cuerpo al de ella. Era importante seguir su papel, hasta averiguar qué era lo que pasaba realmente con esa empresa.

-Es eso lo que me pasa -susurró bajito, con resignación pegó su frente junto a la de él.

-¿Qué quieres decir? -cuestionó Yasir con curiosidad.

-No quiero que seas una opción -lo miró seria-, quiero que seas todo.

-Sabes que me estás pidiendo algo que no puedo darte -Yasir se lo había comentado un mes atrás.

-Dices que... ahora no puedes -le recriminó- ¿Por qué?

Ella había sido la culpable. Le había sido infiel con su compañero de habitación. Sin embargo; él nunca lo mencionó. Lo único que hizo fue terminar su relación con ella, y pedirle a su supuesto amigo que abandonara inmediatamente el apartamento en donde vivían. De eso habían pasado siete años. En el presente pedía su ayuda como si nada. Yasir suspiró cansinamente.

-La verdad es que no puedo, porque no quiero -Le habló con la verdad.

Ella emitió un jadeo y se tapó la boca.

-¿Cómo puedes decirme algo así? Siempre estuve para ti -se removió inquieta sus brazos-. Incluso cuando sin motivo alguno me dejaste.

«¡Qué descarada!», pensó Yasir.

-¿Crees que te dejé sin un motivo? -preguntó abriendo los ojos de incredulidad.

-Si, eso dije -lo estaba enfrentando-. Lo sabes muy bien, yo nunca hice nada malo para que tomaras esa decisión.

-Entonces, ¿asumo que no sabes el motivo? -chasqueó él los dientes

-No lo sé, y eso es algo que siempre me lo ha preguntado -ella se cruzó de brazos-. Es hora de saberlo, ¿por qué no terminas de decirme?

-De verdad que eres una caradura -resopló-. Te dejé porque te encontré follando con mi compañero de piso.

Ella abrió los ojos en plena confusión. Al parecer no recordaba ese episodio en su vida.

-Eh.. Es.. Eso no fue lo que sucedió, Yasir -la mujer se puso nerviosa.

-¿Ahora resulta que soy ciego? -Alzó los brazos en desesperación.

-No, no he dicho eso, solo que tal vez malinterpretaste lo que viste -ella trataba de usar una voz razonable.

-Realmente eres una cínica.

-No me faltes al respeto -negó con la cabeza.

-Decirte cínica es muy poco, cuando yo sé lo que hiciste -la señaló con un dedo-, porque te vi. -Apretó los dientes enfrentándola-. Estabas en su habitación encima de él, follando.

-¿Cómo sabes que era yo? -preguntó ella fríamente.

-Tal vez será, porque también conozco tu cuerpo y porque te vi en el reflejo del espejo.

No le quedó más remedio que aceptar la verdad.

-Él.. Fue un error.

-Lo que digas, ya no tiene importancia.

-Puedo ver que a pesar del tiempo aún te duele -manifestó ella de forma gloriosamente.

-Claro que me duele -la miró frunciendo el ceño-. Me dolió, haber perdido un año de mi vida contigo.

-Solo estuvimos juntos esa vez, Yasir.

-Ahórrate las explicaciones -hizo gesto con la mano-, ya hace mucho de eso.

-No lo parece. ya no confías en mí.

Estaba a punto de perder la calma. Era mejor que la despacharla, y salir de ahí en busca de aire. ¡Maldita sea! La sangre le hervía de la rabia. Caminó hasta el sofá en busca de su saco, para tomarlo e irse del lugar.

-No puedo confiar en ti.

Ella se acercó anhelante, y colocó las manos en su pecho.

-Dame una oportunidad -suplicó-, déjame demostrarte entregándote la empresa de mi familia que puedes confiar en mí -se puso de puntillas para rozar sus labios y besarlo-- Así como yo confío plenamente en ti.

Yasir se quedó inmóvil, tal vez debería aprovechar. Era un buen negocio lo que le ofrecía.

-Gánate mi confianza -se soltó de su abrazo-. Tal vez así, puedas ganarte algún día mi respeto.

            
            

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