Capítulo 5 No eres bienvenido aquí

Tras unos segundos de vacilación, Gordon la abrazó y su manzana de adán bailó mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para decir.

"No es tu culpa. No hay necesidad de señalarse a sí mismo. Tus padres construyeron la empresa desde cero y tú pagaste el precio para que esta no se arruinara. Si no lo hubieras hecho y no te hubieras aferrado a lo que ellos te dejaron, realmente te habrías quedado sin nada. Al menos conseguiste proteger lo último que te dejaron".

El cuerpo de Janessa temblaba con los sollozos que la ahogaban.

El hombre frunció el ceño al verla desmoronarse y el corazón se le partió al verla tan frágil en sus brazos. "Te ayudaré con el funeral de tu madre. Espero que sepas que hay gente que te apoya".

Ella solo pudo responder con un asentimiento ante sus reconfortantes palabras.

Acto seguido se apresuraron juntos al hospital en el que estaba la señora, donde apenas la vio inerte, la chica casi se desmayaba.

De no ser por culpa de Gracie y Rayan, ella podría haber visto a su madre por última vez y despedirse de ella, pero ahora todo lo que tenía enfrente era su cuerpo frío y sin vida.

Las lágrimas hacían que todo le pareciera borroso y no podía decidir si lo que sentía era dolor o resentimiento.

Después de que todo estuvo listo, Janessa fue a donde la familia Qiu con las cenizas de Fannie. Una vez que llegó a la casa, descubrió que el velatorio ya estaba preparado hasta el último arreglo floral.

La chica no pudo evitar la mueca que aquello le produjo. "Nunca los había visto hacer algo con tanta eficacia y rapidez. Mi mamá acaba de fallecer, por lo que deben estar saltando de alegría".

En el momento que su padre falleció y su madre asumió un papel más activo en la empresa, ya sabían que las personas que los rodeaban se estaban preparando para aprovecharse de lo que pudieran.

Con esta reciente pérdida, ella temía que le robaran toda la propiedad que habían trabajado sus padres.

Ya se habían aprovechado mucho de su padre cuando todavía estaba vivo, ahora que todo dependía de ella, juró que nunca sería tan misericordiosa como él.

Siguiéndola, Gordon frunció el ceño al ver su expresión de determinación.

No había nadie más que ellos allí, de modo que la mujer colocó con cuidado las cenizas en medio de la mesa y luego se arrodilló con el incienso en la mano para hacer las tres habituales reverencias.

Antes de ponerse de pie, escuchó a lo lejos el sonido de pasos.

El hombre con una expresión de burla se inclinó ante las cenizas en silencio antes de decir: "Señor Shen, viniste. Qué casualidad".

Al escuchar su voz, Janessa se volteó de inmediato hacia Rayan y lo miró con ojos insondables. "¿Qué haces aquí?", cuestionó con desaprobación y furia evidentes en su voz.

"¿No debería estar presente en una ocasión como esta?", replicó su esposo acercándose rápidamente al otro, a quien miró de arriba abajo y le dijo con desprecio: "En cuanto a ti, no creo que sea apropiado que una persona con otro apellido venga aquí".

El rostro normalmente amable de Gordon se endureció ante él y lo que le acababa de decir.

"Cuando sucede algo importante, incluso sin ser parte de la familia, yo soy más confiable. Tú que eres el yerno de los Qiu, ¿te importaría explicar dónde estuviste anoche? Si ella tuviera otra opción, no habría tenido que conducir por sí misma al hospital y...".

"Gordon", lo interrumpió la mujer enderezando la espalda para acercarse al otro con cautela en su semblante. "Señor Lu, no eres bienvenido aquí. ¡Por favor, vete!".

Ella habló con total firmeza.

La expresión estoica de Rayan vaciló por un breve momento para revelar cómo se sentía en realidad, pero enseguida volvió a su frialdad habitual.

"Recibí una invitación para el funeral. ¿Con qué razón me echas?". Dicho eso, se acercó a ella en silencio y la evaluó con ojos sombríos y calculadores.

"¿O es que me quieres echar para tener una aventura con otro hombre a mis espaldas? ¡Dime!", exclamó entrecerrando los ojos.

Su esposa se limitó a darle una fuerte bofetada sin decirle una palabra más.

El sonido del golpe resonó en todo el salón y esta sintió que le hormigueaba la mano de dolor.

Tocándose ligeramente la mejilla caliente, los ojos del hombre se oscurecieron.

"¡Eso es lo que te ganas por faltarme el respeto frente a mi madre! Dado que ya no tengo nada que perder, no me comprometeré más. ¿No me dijiste que querías libertad? ¡Pues te lo daré!".

"¿Comprometerte?", replicó él sonriendo como si ella le hubiera contado un chiste. "¿Alguna vez te he puesto en una posición en la que tuvieras que sacrificar algo? Tú sola te arrojaste a mis brazos por el bien de la compañía de tu padre, y ahora que esta está en peligro, ¿quieres huir? De verdad sabes hacer negocios".

Su voz llena de burla le dio escalofríos además de que no le estaba dando oportunidades de negociar.

A pesar de lo furiosa que estaba con él, logró provocarlo también. "Ya veo que juegas sucio. ¡Corrompes cada cosa que tocas! ¡Todo lo que haces me repugna!".

La sonrisa desafiante en ella lo inquietó, pues resultaba que esa mujer sabía cómo meterse en su cabeza y qué decir con exactitud para volverlo loco.

El ambiente allí estaba cargado de tensión y ambos tenían la respiración entrecortada.

Interponiéndose entre ellos dos, Gordon permaneció en silencio durante unos largos segundos, pero no bien hizo un gesto para dar un paso, vio de reojo que el otro se movió.

Antes de que este pudiera procesar qué sucedía, Rayan tomó la mano de Janessa, la atrajo hacia sus brazos y presionó sus labios con brusquedad.

Con movimientos codiciosos de su boca y un abrazo tan fuerte que no la dejara escapar, él marcó a la mujer como suya, lo cual le dio una emocionante sensación de venganza.

De repente ella sintió náuseas con ese beso, por lo cual lo empujó con decisión y se limpió los labios con el dorso de la mano.

Con los ojos llenos de malicia, su esposo soltó: "Si no quieres tener nada que ver con esa empresa moribunda, haz lo que te plazca. Sería muy fácil para mí comprarla y quitártela de encima".

Sus afirmaciones gritaban superioridad y dominio.

Por su parte, aunque Janessa estaba llena de ira, no sabía qué decir cuando de reojo notó que su tío y otros Qiu entraban allí con malas caras.

"¡Veo que sí es cierto que una hija casada ya no es parte de su familia! Incluso en un lugar como este no se comporta como se debe. Desafortunadamente tu madre fue la que falleció, ¡no tu enemiga!", exclamó el viejo recién llegado en un tono duro.

Con un bufido de burla, ella dio dos pasos hacia el anciano. "Ya tiene bastante edad para saber lo que es el respeto. ¿Acaso no sabe que los difuntos deben ser honrados? No respeta siquiera un velatorio. ¿No le preocupa que el karma se lo haga pagar en el futuro?".

Su tío estaba tan enojado que perdió todo el color de su rostro y se agarró el pecho como si lo hubieran golpeado al tiempo que se quedaba sin aire.

Su tía enarcó las cejas y abrió la boca para responder, pero enseguida cerró la boca cuando Rayan la miró, así que no pudo hacer nada más que mirar al suelo y soportar el insulto.