"Tu padre me contó que te mudarás a otra ciudad, así que vine a despedirme de ti", respondió la mujer con voz dulzona.
"Es un gesto muy amable de tu parte, pero no tenías que molestarte", dijo el hombre sin siquiera voltear a verla.
"¿Puedo sentarme?".
"Adelante...".
Rachel se sentó en un sofá e, inmediatamente después sacó una botellita de vino y un par de copas de su bolso, pues sabía que no tenía mucho tiempo para llevar a cabo la tarea que Joseph le había encomendado.
"¿Qué estas haciendo?", preguntó John con los ojos abiertos como platos, pues no podía creer lo que estaba viendo.
"Quiero que brindemos por la nueva vida que estás a punto de comenzar".
John puso los ojos en blanco hacia la mujer y dijo: "Escúchame; debo estar en el aeropuerto en una hora, así que no tengo tiempo para bridar".
"Pero el aeropuerto está a solo veinte minutos de aquí y nuestro brindis solo te quitará un par de minutos", respondió la mujer mientras destapaba la botellita y vertía un poco de vino en las dos copas.
"De acuerdo. Pero después de brindar te marcharás", dijo John tajantemente.
"Si tu lo dices", respondió Rachel con una voz seductora al tiempo que se acercaba al hombre por detrás y restregaba sus enormes pechos en su espalda.
John se giró intempestivamente y gritó: "¿Qué es exactamente lo que pretendes?".
"Tranquilo. Solo quiero que brindemos por tu futuro", respondió la mujer al tiempo que estiraba el brazo y acercaba una copa a John.
El hombre recibió la copa, pero en lugar de chocarla con la de Rachel, la dejó sobre su mesita de noche y tomó un vaso de agua que momentos antes una sirvienta le había llevado.
Levantándolo frente a su rostro, exclamó: "¡Salud!" y bebió el agua de un trago.
"Pero...", comenzó a decir Rachel.
"Lo siento mucho. Creo que mi padre olvidó decirte que no bebo. Ya hicimos el brindis que querías, así que puedes marcharte...".
*
Cuando Lulú llegó a su casa estaba casi hipotérmica debido a que hacía mucho frío y su ropa estaba empapada, así que de inmediato tomó una ducha caliente.
Después de ducharse y de prepararse una infusión de eucalipto, encendió la chimenea de la sala de estar y tomó un álbum fotográfico.
Comenzó a hojearlo mientras un torrente de lágrimas rodaba por sus mejillas.
No podía creer que sus padres estuvieran desaparecidos.
Sentía como si lo que estaba sucediendo fuera una pesadilla, pues no podía imaginar la vida sin sus padres amorosos.
Se sentía como un náufrago en medio de la nada, ya que era hija única y solo tenía un par de amigos.
Se recostó en el sofá a esperar la llamada del comandante Lewis, pero aproximadamente una horas después el cansancio y agotamiento la vencieron...
En el aeropuerto internacional de San Antonio:
"Hijo, aún estás a tiempo. No te vayas, por favor. Hablaré con tu padre para que te permita trabajar algunos años como agente secreto y después podrás hacerte cargo de Smith Group", dijo Aura a John.
"Madre, no hagas esto más difícil".
"Pero, hijo...", comenzó a decir la mujer, pero el llanto le impidió terminar su oración.
"¡Madre, ya soy un hombre! Solo yo puedo decidir que es lo que quiero hacer con mi vida y mi padre tiene que aprender a respetar mis decisiones. Prometo que vendré a visitarte", dicho lo anterior, John abrazó a su madre con fuerza y besó su frente.
"Cuídate mucho...", dijo Aura entre sollozos.
John tomó sus maletas, se dio la media vuelta y se perdió entre la multitud que esa noche abarrotaba el aeropuerto.
En la Oficina de Servicios Estratégicos de Filadelfia:
"Jefe, esta noche llega mi sobrino a la ciudad y me gustaría que me acompañara en mis futuras misiones", dijo George a un hombre de raza afroamericana que vestía un traje negro y que se encontraba sentado detrás de un escritorio, flanqueado por cinco hombres musculosos que portaban fusiles de asalto.
"¿Qué edad tiene y cómo se llama?", preguntó el hombre, cuya expresión parecía imperturbable.
"Su nombre es John Smith y tiene veintitrés años".
"Quiero conocerlo. Estaré esperándolos mañana a las nueve de la mañana".
"Muchas gracias, jefe", respondió George.
Acto seguido, se dio la media vuelta y salió de la oficina del Agente Pantera, esbozando una sonrisa de oreja a oreja.
George era el hermano mayor de Joseph, el padre de John.
Cuando el señor Smith murió, George, como el primogénito de la familia, debía tomar las riendas de Smith Group, pero los celos y la envidia se apoderaron de Joseph y contrató a un grupo de matones para que secuestraran y desaparecieran a su hermano, y de esa forma ser el único heredero de la fortuna de su padre.
Unos días antes de que se llevara a cabo la junta de accionistas de Smith Group, donde George asumiría el cargo de CEO, un comando armado lo interceptó mientras se dirigía a la casa de su novia.
Lo trasladaron a bordo de un vehículo blindado desde San Antonio Texas hasta la frontera con Canadá, donde planeaban asesinarlo y desaparecer su cuerpo.
Pero después de varios días de viaje, George aprovechó un descuido de esos delincuentes y logró escapar.
Caminó varios kilómetros hasta que se desmayó en la orilla de la carretera.
Minutos después, un hombre de aproximadamente dos metros de altura, que vestía uniforme táctico policial, detuvo su auto cuando vio a George tirado sobre la hierba.
Creyó que estaba muerto, pero cuando se acercó a él y tomó sus signos vitales, descubrió que estaba vivo.
Después de brindarle los primeros auxilios y de darle un poco de agua, George recuperó la conciencia y pidió a ese buen samaritano que lo ayudara a ocultarse, pues sabía que su hermano haría todo lo posible por encontrarlo y asesinarlo.
El Comandante Cobra trasladó a George a una base militar secreta donde le asignaron una identidad nueva y recibió entrenamiento policial y militar.
Dos años después, bajo el seudónimo de Escorpión, George comenzó su carrera como agente secreto en la Oficina de Servicios Estratégicos de Filadelfia.
Con el paso del tiempo se ganó la confianza del Comandante Cobra, el hombre que tiempo atrás le salvó la vida, y lo convirtió en su brazo derecho.
Un día, George fue enviado a San Antonio Texas a una misión secreta y aprovechó la oportunidad para averiguar qué había sido de su hermano...
Se enteró de que dos años después de que asumió el cargo de CEO de Smith Group, se casó con una hermosa chica de nombre Aura y que meses después se convirtieron en padres de un hermoso varoncito.
Como agente secreto de primer nivel, no fue difícil para George estar al tanto de lo que sucedía con su hermano y su familia.
Y siempre que tenía la oportunidad de tomar unas vacaciones, regresaba a su ciudad natal, pues le gustaba recorrer las calles y visitar los lugares que solía frecuentar en su infancia y juventud.
A pesar de que su hermano menor lo había traicionado, George no guardaba ningún rencor a Joseph, pues era un hombre de buen corazón.
De hecho, su sueño era poder conocer a su sobrino, así que un día...