Capítulo 5 Nuevo jefe

-No, no ha pasado mayor cosa-respondió.

-¿Y qué hago aquí?-pregunté.

-Bueno, usted vomito su ropa y estaba muy borracha. ¿No esperaba que la llevara así a su casa y que su sobrina la viera ebria o sí?-preguntó y baje mi cabeza con vergüenza.

-Gracias, supongo-respondí y el asintió, había algo que me estaba matando-, ¿Usted me cambió de ropa?-pregunté.

-Sí, lo siento, pero su ropa olía mal-respondió y volví asentir-, No se preocupe que por mucho que quise ver, no vi nada que no debiera.

Sentí erizarse mi piel, mis mejillas tomaron un tono carmesí. ¿Por qué bebí tanto? ¿Qué me sucedió? Yo nunca hago esto, jamás dejaría sola a Amy por tomar. Rayos, Amy.

-¿Y mis pertenencias?-pregunté por mi bolso y ropa.

-Aquí tiene su teléfono-respondió entregándomelo, estaba en su mesita de noche.

Le agradecí y le marqué enseguida a Amy. No me atendía el teléfono y me preocupe mucho, ¿Acaso le había ocurrido algo? Mis alarmas mentales estaban encendidas, ella siempre contestaba, seguramente le había sucedido algo. Estaba por levantarme como un resorte cuando atendió.

-¿Hola? Tía ¿Por qué me llamas a las siete de la mañana un domingo?-se quejó-, Sé que no viniste a dormir, pero no es necesario reportarte tan temprano.

-Amy, ¿Estás bien? Lo siento por no avisarte-respondí.

-No te preocupes, ¿Te quedaste con alguien?-preguntó divertida y tape por instinto la bocina del teléfono, que vergüenza que mi nuevo jefe la escuchará.

- Sí, estoy con Shelly-respondí rápidamente-, Ayer salimos por unos tragos y se me hizo tarde, ya voy al departamento. Ya sabes no le abras a nadie, adiós.-colgué sin darle tiempo a decir palabra alguna.

-¿Ahora soy mujer y me llamó Shelly? ¿No podía ser un nombre más apropiado?-divirtió y me reí liberando la tensión de la situación.

-Bueno, teniendo en cuenta que Amy ya es adolescente. No podía decirle "Si Amy me quedé en casa de mi nuevo jefe"-respondí obvia.

-¿Acaso le cuenta todo a ella? ¿Y qué le dirá? "Ya no trabajaré bailando en un bar para millones de hombres, si no solo para uno"-intentó imitar mi voz.

-Sí, quiero que ella sea transparente también-respondí-, Y no, ella no tiene idea de a lo que me dedico. Moriría de vergüenza, si se enterará.

-¿Por qué? Es un trabajo como cualquier otro, no se acuesta con hombres-respondió encogiendo sus hombros.

-Es muy pequeña para entender aún ciertas cosas-respondí-, De momento no sabrá, le diré que me contratará para limpiar su casa y cocinar-finalicé.

-Su sobrina podrá ser niña aún, pero no será tonta. ¿Cree que se creerá ese cuento que trabaja como servidumbre y gana cinco mil dólares? -me preguntó con una sonrisa irónica.

-¿Y qué prefiere? ¿Qué le diga? "Amy le haré bailes privados a un millonario"- respondí.

-Sí quiere que ella sea transparente con usted, debería hacer lo mismo-respondió.

Permanecí en silencio, tenía razón y lo sabía. Pero quería cuidar tanto mi imagen con Amy, quería que se sintiera segura que jamás preferiría un vicio o a un hombre antes que a ella. ¿Qué más podía hacer? Sí todo lo que hago es por y para ella. Me mató trabajando muchas horas, lo hacía en aquel bar por el simple hecho de juntar el dinero necesario para que a ella no le falte nada y sobretodo poder pagar las cuentas. Suspire con cansancio y me coloque de pie. Me di cuenta que solo llevaba puesta una camiseta, me daba por la rodilla como si se tratase de un vestido. Me regañe mentalmente cuando recordé la ropa interior que llevaba puesta. Cerré mis ojos y los apreté con fuerza.

-¿Qué ocurre?-preguntó mirándome fijamente, podía notar como le causaba gracia mi incomodidad.

-¿Usted me ha visto en ropa interior?-pregunté lo obvio, pero quería escucharlo de su boca.

-¿Cómo evitaba no verla de esa manera si necesitaba cambiarla?-preguntó respondiendo lo obvio, sentí más vergüenza aún.

-Es entendible, gracias por...la amabilidad-respondí-, ¿Dónde está mi ropa? Necesito irme.

-No pensará que le permitiré irse con esa ropa sucia, además tampoco es como que fuese posible. Ya que la deseche-respondió y mi boca se abrió ligeramente. -, Pero no se preocupe, tenga, mande a pedir esto para usted-se adelantó entregándome una bolsa con la marca "Lam Perret" la recibí y entreabrí. Era ropa nueva.

-Muchas gracias, Jordán-respondí-, ¿O prefiere que lo llamé por señor?-respondí.

-Jordán está bien-respondió-, Y no es nada, pasaré por ti y tu sobrina hoy en la tarde.

-¿No era a las once?-pregunté confundida-, ¿Y por qué con Amy?

-Le enseñaré una de mis propiedades, para que crea que si mereces ganar cinco mil dólares por limpiar una casa-respondió comprensivo.

-Muchas gracias, es demasiado lo que está haciendo por mí-respondí avergonzada.

Él asintió y yo tomé mis zapatos del suelo y entré al baño que estaba en la habitación. Tomé una ducha rápida y me vestí, por suerte Jordán pensó en todo, hasta en ropa interior de encaje me había comprado. ¿Acaso me imaginaría usándola? ¡Isabella que son esos pensamientos! Me regañe a mí misma, tomé la ropa y me vestí muy rápido. Era un blue jeans, una blusa holgada y unos zapatos de tacón medio. Arregle mi cabello y lave mis dientes. Salí del baño y ahí seguía el sentado.

-Gracias por la ropa, está perfecta-agradecí.

-¿Lo hará siempre?-preguntó mirándome fijamente, lo cual me hacía poner muy nerviosa.

-¿Qué cosa?-pregunté confundida.

-Agradecerme por cualquier cosa-respondió obvio.

-Sí claro, es costumbre-respondí encogiendo mis hombros-, Bueno, me retiro. De nuevo muchas gracias por ayudarme y por todo en general. Lo veo después.

-Liam la llevará, está esperándola abajo-respondió y asentí, estaba por bajar cuando lo escuché nuevamente-, Por cierto, muy adorable su ropa interior, creía que solo las niñas usaban pantys con dibujos de unicornios y arcoíris.

Mi cara parecía un tomate y estaba segura de ello, así que ignorando y fingiendo no haber escuchado su comentario sobre mi muy infantil ropa interior. Baje rápidamente las escaleras de esa enorme casa y busque la salida, al hacerlo vi a una camioneta gris con la puerta abierta, subí y enseguida me llevaron hasta el departamento. Moría de vergüenza, ¿Por qué tenía tan mala suerte? Justo el día que uso mi ropa interior favorita por lo suave y cómoda que es, un millonario sexy me desviste.

Al llegar a casa me encontré con Amy despierta desayunando y a su lado estaba Shelly, mi amiga. Abrí mis ojos con sorpresa, mierda. Ahora ¿Qué le diría a Amy? Mentir no era un ejemplo que quería darle, ambas me miraron con los ojos entrecerrados.

-Creí que te habías quedado en casa de Shelly-comentó Amy con sus brazos cruzados.

-¿Cómo es eso que fuimos de tragos anoche?-preguntó Shelly con diversión. Estaba acabada.

-Queremos la verdad y con detalles-pidió Amy.

-Se los contaré todo-respondí con cansancio, busqué un bol y serví leche con cereal. Moría de hambre y dolor de cabeza. Así que me tomé una pastilla para la migraña.-, Bien, tengo un nuevo trabajo donde ganaré mucho más. No pude evitarlo y celebre por adelantado-conté.

-¿Y dónde pasaste la noche?-preguntó entrecerrando sus ojos, Amy.

-En su casa, ¡Pero no paso absolutamente nada! Les juro, solo me quedé dormida borracha-respondí con vergüenza.

-Sospechoso-dijeron ambas al unísono y quería hundir mi cabeza en mi taza de cereal.

                         

COPYRIGHT(©) 2022